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Un Risto Mejide transformado se vuelve a sentar en su sofá

El programa de conversaciones con famosos 'Chester in love' se estrena el domingo en Cuatro

Las mismas gafas para encapotar la mirada. Sentado de nuevo en ese sofá de club social inglés. Y, otra vez, tras su "estampida" (en palabras de su productor) a Atresmedia, de regreso en Cuatro. Pero el Risto Mejide de Chester in love, programa que se estrena este domingo a las 21.30, advierte Manuel Villanueva, director de contenidos de Mediaset, es alguien distinto, transformado por el amor. “Su metamorfosis lo impregna todo”, aduce. Hasta el título.

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Lo que hace no son entrevistas, explica el propio Mejide, sino conversaciones. “Las charlas que tendrías con grandes amigos”. Durante los 90 minutos que dura cada uno de los seis episodios ya grabados, tres invitados departen con Risto sobre “grandes temas”, como los califica Villanueva. La muerte, la fama, Dios… La primera entrega va de amor y los contertulios del publicista que pasó de aterrorizar triunfitos a tratar de entrevistar con la misma mordiente son, por orden, Nacho Vidal, Cristina Cifuentes y Miguel Poveda. Cuando la charla, con marcado tono melodramático (“¿Qué es el amor para ti?", y suena Always on my mind de Elvis; “¿Puede el amor durar para siempre?”, con las notas de la banda sonora de El guardaespaldas), transcurre con demasiado sosiego, entra un agitador. Si Cifuentes, casada desde hace 28 años, insinúa a Mejide que esa etapa de amor exuberante (y exhibicionista) que vive el presentador con Laura Escanes dejará paso a otras menos voraces, Lucía Etxebarria aparece y desembucha un discurso sobre consumismo sexual y poliamor. Es solo un ejemplo, cada programa promete tres o cuatro de estos momentos, al menos uno por invitado.

El nuevo Chester prescinde de lo que estiman que terminó siendo superfluo en la versión primigenia: los viajes, la decoración y la subasta del sofá, y se traslada a un plató con público, diáfano salvo por dos pantallas grandes como tapias que “participan en el diálogo”, como indica Óscar Cornejo, de La Fábrica de la Tele, productora, entre otros formatos, de Sálvame. Fotografías de infancia, vídeos, imágenes para ayudar a recordar momentos que luego comentan, se van sucediendo. Dice Mejide que al principio temió "que la inclusión de público restara intimidad” pero que despejó el miedo tras las dos horas de conversación que mantuvo con el primer invitado. “Ocurre eso que tanto repiten los concursantes de Gran Hermano sobre las cámaras: siempre están ahí así que, después de un tiempo, las olvidas”.

Compartirán sofá con él 18 nombres conocidos y muy dispares, gente como Javier Mariscal, Eva Hache, Pablo Echenique, Esperanza Aguirre, Raúl Arévalo, Pilar Rahola, Mónica Cruz, Sánchez Dragó o el Padre Ángel. Entre los polemistas que aguijonearán habrá ricos clasistas orgullosos de serlo, asexuales, paparazzi, resucitados de muerte súbita… Incluso el público eventualmente lanzará preguntas.

Villanueva toma prestadas palabras de Álvaro Cunqueiro cuando quiere hablar del regreso del formato a la parrilla: “Si el viejo silbar volviera a las islas”; y ese silbar que ha retornado es un Risto Mejide que, tras su infidelidad —así denomina su paso por Antena 3— se muestra menos áspero, “enamorado”, y que por ello, insiste Villanueva, consigue hacer que “Chester in love sea un programa donde la gente venga y se vacíe”.

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