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El patronato elegirá presidente de la fundación en febrero

La muerte de Cela abre la incógnita sobre quién se encargará de sucederle al frente de la fundación que lleva su nombre y que acoge en Iria Flavia (A Coruña) un valiosísimo legado de manuscritos originales, obras artísticas y colecciones privadas. Cela era el presidente vitalicio con la prerrogativa de dejar nombrado un sucesor para el caso de muerte o incapacidad. Ni su viuda, Marina Castaño, vicepresidenta primera de la fundación, ni su hombre de confianza y gerente del organismo, Tomás Cavanna, han aclarado si Cela dejó instrucciones al respecto. Otros miembros del patronato de la institución, que prefieren guardar el anonimato, sospechan que el escritor no dispuso nada sobre el asunto y que tendrán que ser los patronos quienes elijan presidente.

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El misterio de la herencia de Cela

Esa creencia se basa en las gestiones que ya ha empezado a hacer Cavanna para convocar a finales de febrero un pleno del patronato con un único punto en el orden del día: elección de un nuevo presidente. Si Cela hubiese dispuesto un sucesor, tal elección no sería necesaria. De momento, el patronato ignora los planes de Marina Castaño. El hijo del escritor, Camilo José Cela Conde, señaló, en declaraciones a La Opinión de A Coruña, que 'por decoro' la presidencia debería recaer en uno de sus dos tíos, Ana y José Luis.

El patronato

El patronato tiene 30 miembros, 17 de ellos elegidos por el propio Cela entre familiares, amigos y banqueros o empresarios como José María Amusátegui y Rodolfo Martín Villa. El resto son representantes de instituciones como la Universidad de Santiago, la Xunta de Galicia o las diputaciones gallegas. Le elección de presidente requiere el acuerdo de dos tercios de los patronos, y el designado no tiene necesariamente que pertenecer a la institución.

Aunque la fundación fue uno de los mayores empeños de Cela al final de su vida, el escritor se desentendió de los asuntos cotidianos de su gestión, de los que se encargó Cavanna en estrecha colaboración con Marina Castaño, según testimonios de personas que trabajaron en el organismo. Un hipotético litigio sobre la herencia de Cela no debería afectar a la fundación, ya que la primera esposa del escritor, Rosario Conde, aceptó tras su divorcio la cesión del material depositado en Iria Flavia y que antes se encontraba en la casa del matrimonio en Mallorca.

Desde su creación, en 1986, el organismo ha recibido 7,5 millones de euros en donaciones, la mitad públicas y la mitad privadas. Ese dinero se ha destinado fundamentalmente a la compra y restauración de los edificios del complejo de la Casa de los Canónigos de Iria Flavia, sede del organismo, y de su lujoso mobiliario.

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