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Stephen Colbert se estrena esta noche al frente del ‘Late Show’ de Letterman

Sin el disfraz que le proporcionaba su papel de patriota enfebrecido en The Colbert Report, el cómico se reinventa para su debut en la CBS

Yolanda Monge
Stephen Colbert.
Stephen Colbert.Richard Shotwell (Richard Shotwell/Invision/AP)

La espera se acaba. El primer programa del Late Show con Stephen Colbert ha llegado esta noche de martes pasadas las once y media en la costa Este de Estados Unidos. David Letterman parece ya historia lejana. Una nueva etapa se inaugura, con un nuevo escenario y un nuevo presentador dentro de un Ed Sullivan Theater que ha sido todo andamios en el último mes.

Pero cuando los acordes de la banda de Jon Batiste subieron de intesidad para dejar paso al hombre de la noche, los seguidores de Colbert tuvieron que asumir que el de la pantalla es el verdadero Colbert, sin disfraz ni personaje que le represente. Atrás queda el guión de patriota enfebrecido y analista político de extrema derecha con el que cada noche se maquillaba para The Colbert Report.

¿Quién será en adelante el Colbert que ocupe la franja horaria del Late Show de la CBS? ¿Cómo de atrevido será ahora que no está metido en un papel? ¿Es igual de fácil expresar una opinión cuando no se hace a través de un personaje casi idiota? Durante nueve años, Stephen Colbert ha imbuido sentido a través de una careta al sinsentido que muchos días suponía —y supone— la realidad de Estados Unidos.

Colbert es en el Late Show de CBS una historia por escribir. Sin disfraces, el cómico garantiza, eso sí, que las bromas y las risas seguirán existiendo. A raudales. Tanto que asegura que la inspiración para construir el espectáculo le llega de otro programa, Chopped, producido en la cadena dedicada a restauración Food Network. Al fin y al cabo, todos los Late Show tienen algo de chopped (picadillo). “Sus invitados de esta noche son lengua de ternera, café y ositos de gominola. Ahí tiene, haga un programa… Haga un postre que guste a millones de personas", declara Colbert en un perfil sobre él publicado por la revista GQ.

George Clooney.
George Clooney.BRENDAN MCDERMID (REUTERS)

A excepción de que la mesa desde la que ejercerá de anfitrión está en el lado contrario del escenario al que estaba en el caso de Letterman, el estilo de Colbert está por definir. Más o menos todo el mundo tiene encasillado a Jimmy Fallon (NBC); a Conan O´Brien (TBS); a Seth Meyers (NBC). Tras muchos episodios se establece un patrón que deja claro que Conan prima como invitados a los cómicos; Fallon a cierta clase de políticos y Meyers a los autores. Los primeros invitados esta noche al Late Show de Stephen Colbert han sido George Clooney y Jeb Bush. Clooney porque es “un gran actor, un genial director y le preocupa lo que pasa en el mundo”. Bush porque lleva días enzarzado en una rifa en las redes sociales para que así sea. En los días venideros pasarán por el neoyorquino Ed Sullivan, el secretario general de Naciones Unidas, Ban Ki Moon, y los empresarios de Tesla y Uber, Elon Musk y Travis Kalanick, respectivamente.

Lo que suena a declaración de principios ya comienza a hacerle diferente de sus antecesores o actuales presentadores en similares puestos. Colbert se ha puesto como meta “celebrar a las mujeres”, ya que él mismo reconoció en un reportaje este verano que los Late Show parecían territorio exclusivo del género masculino. “Estoy aquí para vosotras, lo que significa que voy a hacer lo posible para crear un programa que no solo guste a las mujeres sino que también les dé voz”.

“No creo que sea necesario dinamitar la rueda y volarla en pedazos para reinventarla”, aseguraba en una entrevista. “Hay una hora de programa con seis interrupciones publicitarias y un público en directo”. No se puede pedir más en esa franja horaria. “No se cómo saldrá todo después de tantos ensayos, porque tampoco sé nunca cómo voy a surfear la ola hasta que estoy encima de ella”.

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Sobre la firma

Yolanda Monge
Desde 1998, ha contado para EL PAÍS, desde la redacción de Internacional en Madrid o sobre el terreno como enviada especial, algunos de los acontecimientos que fueron primera plana en el mundo, ya fuera la guerra de los Balcanes o la invasión norteamericana de Irak, entre otros. En la actualidad, es corresponsal en Washington.

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