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Feria de San Fermín

Un estadounidense queda parapléjico en el encierro, que deja 6 heridos más

Un neoyorquino de 31 años fue volteado por una vaquilla al final del primer encierro, celebrado ayer, y a consecuencia del golpe quedó parapléjico. Fue operado de urgencia. Los astados del Marqués de Domecq protagonizaron ayer el primer encierro de las fiestas de San Fermín, en su día grande, que transcurrió con peligro y concluyó con siete personas heridas, tres de ellas de gravedad, y dos de ellos corneados: otro corredor neoyorquino y un neozelandés. Sin embargo, fue en las vaquillas posteriores a la carrera, habitual entretenimiento matutino, donde se produjo la cogida más grave. R. D. fue golpeado violentamente por una vaquilla. Los servicios médicos lo trasladaron al hospital de Navarra, donde fue ingresado "en estado gravísimo" en la unidad de cuidados intensivos.

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Previamente a esta cogida, la ganadería gaditana había comenzado un encierro muy agitado, con una violenta salida de dos de los toros, que derrotaron contra la acera izquierda de la cuesta de Santo Domingo, corneando al neozelandés David Mcdell Toby (25 años) en el muslo izquierdo y golpeando al navarro Pedro Delgado (28 años), que sufrió una herida en la cabeza y una contusión en el tórax; al pamplonés Ramón Garayoa, de 46 años, que sufrió traumatismo craneoencefálico grave, y al también pamplonés Francisco Javier Muñoz, de 48, que sufrió fractura de tobillo.

La manada permanecía unida, con los cabestros a la cabeza, aunque a partir de la plaza del Ayuntamiento ésta comenzó a estirarse entre continuos resbalones. Sin demasiados agobios por parte de los corredores, los astados enfilaron la calle de Mercaderes, en la que dos caídas provocaron una fractura de muñeca al inglés Thomas de Miranda, de 26 años, y al neoyorquino Frank Walsh, de 44, un traumatismo facial y un ligero puntazo en la cabeza.

Tras la salida de la curva, con sólo una caída, la calle de la Estafeta tomó su habitual protagonismo. Tres de la camada de Domecq se adelantaron al resto de cabestros y astados y permitieron ver las clásicas y largas carreras, con mozos veteranos y corredores noveles compartiendo espacio en el balcón de las cornamentas, con continuos relevos de gran belleza plástica debidos, en parte, a la escasa velocidad de los animales.

En apenas doscientos metros se contemplaron unas cada vez menos habituales imágenes de corredores y animales disparados con limpieza hacia el coso pamplonés, sin apreturas y con el arte de los que conocen las reglas de los encierros y los consiguen ensalzar hasta su clímax estético.

Mientras, por detrás, los bueyes y los otros tres cornúpetas trotaban sin derrotar ni mostrar interés por los congregados en este punto. Sólo la caída de uno de los toros, ya en la recta de Telefónica, impidió la total limpieza de la marcha durante el tramo final del recorrido.

El astado resbaló sobre el adoquinado, que presentaba un aspecto demasiado húmedo tanto para el ganado como para los corredores, y decidió permanecer en el suelo hasta coger resuello, mientras sus hermanos y los cabestros entraban en los toriles sin hacer nada por el público que cubría el albero.

El animal caído, con la ayuda de pastores y corredores consagrados, consiguió levantarse 30 segundos después del resbalón. En el momento del alzado, éste trató de volverse contra la masa, en recorrido inverso al del encierro, pero la vara de los pastores consiguió variar el rumbo y así evitar una auténtica catástrofe.

Despistado, pero bien guiado por los mozos, el de Jerez de la Frontera pasó sin problemas por el callejón y entró a los corrales con una pequeña ayuda de los dobladores justo medio minuto después que los tres toros que abrían manada.

El cronómetro se detuvo a los 3 minutos 12 segundos, cerrando así una carrera lenta y compleja. Hoy tendrá lugar el segundo de los encierros con la ganadería de Dolores Aguirre, a la espera de las primeras masificaciones propias del fin de semana, con el consiguiente peligro que éstas generan.

El pamplonés Ramón Garayoa es atendido tras sufrir una caída que le produjo lesiones graves.
El pamplonés Ramón Garayoa es atendido tras sufrir una caída que le produjo lesiones graves.EFE
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