Warren Zevon, kamikaze
Escucha las 15 canciones esenciales del más rockero de los cantautores californianos
Digámoslo de principio. En términos comerciales, Warren Zevon (1947-2003) no pasó de la segunda división: vendió una fracción de lo despachado por los Eagles, Linda Ronstadt, Jackson Browne y demás figuras con las que compartió sello –Asylum Records— y juergas salvajes.
Sin embargo, me atrevería a decir que sus canciones han aguantado mejor el paso del tiempo que las de sus coetáneos. Por varias razones: los discos suyos son rock enérgico, producido con contundencia. No tenía una gran voz y, golpeando su piano, iba al impacto directo. Lógicamente, era un amante del boxeo; también simpatizaba con mercenarios y kamikazes de la vida.
Sus compinches del teclado, de Stephen King a Hunter S. Thompson, admiraban tanto su cultura como su capacidad de síntesis: en unos pocos versos, retrataba a perdedores e inocentes en situaciones apuradas. Con no poca coña, y con conocimiento de causa, se presentaba en sus canciones como un monstruo. Y cuando había que pagar las facturas, componía baladas que —todavía hoy— pueden romperte el corazón. Están avisados.
- Poor poor pitiful me (Warren Zevon, 1976)
- Excitable boy (Warren Zevon, 1978)
- Carmelita (Warren Zevon, 1976)
- Werewolves of London (1978)
- Detox mansion (Warren Zevon, 1987)
- Boom Boom Mancini (Warren Zevon, 1987)
- Raspberry beret (Warren Zevon, 1990)
- A certain girl (Warren Zevon, 1980)
- Things to do in Denver when you’re dead (Hindu Love Gods, 1991)
- Lawyers, guns and money (Warren Zevon, 1978)
- Genius (Warren Zevon, 2002)
- Interlude No. 1/Play it all night long (Warren Zevon, 1980)
- Reconsider me (Warren Zevon, 1987)
- Searching for a heart (Warren Zevon, 1991)
- Splendid isolation (Warren Zevon, 1989)