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“Lo cambiaría todo de mí mismo”

El escritor mexicano Jorge Volpi contesta al carrusel de preguntas de este diario

Sentado en un hotel de Madrid; en mangas de camisa y recién desayunado (un pincho de tortilla, sin cebolla), Jorge Volpi (Ciudad de México, 1968) explica que hay dos tipos de escritores: los que desarrollan “una obsesión por una única manera de hacer las cosas”, como “Cela o García Márquez, que perfeccionaron su propio estilo, reconocible en todas sus obras”; y los que consideran “más interesante para su propio desarrollo artístico y en general para sus vidas explorar terrenos distintos”. El ganador del V Premio Iberoamericano Planeta-Casa de América de Narrativa en 2012 por su novela La tejedora de Sombras se encuadra en ese segundo grupo.

El escritor Jorge Volpi, en Ciudad de México en abril.
El escritor Jorge Volpi, en Ciudad de México en abril.Saúl Ruiz

¿Qué libro le cambió la vida?Así habló Zaratustra, de Friedrich Nietzsche. Tenía 15 años. Había tenido una educación tradicional, en una escuela católica, y cuando lo leí, empecé a pensar lo contrario a lo que había pensado hasta ese momento. Y en el día de hoy, Nietzsche sigue siendo importante en mi forma de entender la vida.

¿Qué no puede faltar en su nevera?Vino blanco.

¿Qué música escucha en el coche?

Clásica. En general, no solo en el coche.

¿Cuál es el mejor consejo que le dieron sus padres?Que tenía que ser el mejor en lo que hiciera: “Aun si eliges ser barrendero tienes que ser el mejor”. Quizás no fue el mejor consejo, pero sí el que más me repitió mi padre.

La tortilla española, ¿con cebolla o sin cebolla?Sin cebolla. Aunque me gustan las dos.

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¿Cuál fue el último libro que le hizo reír a carcajadas?La conjura de los necios, de John Kennedy Toole.

¿El mejor souvenir que se ha llevado a casa?Robots para añadir a la colección que tengo desde niño.

¿Dónde no querría vivir?

En zonas con violencia. O en un México donde hay 100.000 muertos.

¿Cuál fue la última comida que le sorprendió?En Japón, hace unos meses, me sorprendía prácticamente todo. Lo más peculiar fue un erizo poco cocinado.

Si pudiera coleccionar la obra de algún artista, ¿de quién sería?Soy coleccionista de discos. Busco tener la obra completa de muchos compositores. Ahora estoy en pos de la de Béla Bartók.

¿Con quién le gustaría quedarse atrapado en un ascensor?Con Natalie Portman.

Si pudiera decirle algo a Enrique Peña Nieto, ¿qué sería?Que debe ser una prioridad la reforma del sistema de justicia.

¿Qué regalaría a un niño para introducirlo a la lectura?Los cuentos de Edgar Allan Poe.

¿Cuál es su lugar favorito de su casa?El comedor y la cocina.

¿Cómo iría vestido a una fiesta de disfraces?De italiano del Renacimiento.

¿Su olor preferido?

Jazmín.

Si pudiera cambiar algo de usted mismo, ¿qué sería?Todo. Me gustaría tener muchas vidas distintas. Intento hacerlo con la literatura.

En una fiesta, ¿con quién le gustaría sentarse?Con Mozart.

¿Qué personaje literario se asemeja a usted?No había pensado eso nunca. Pero me gustaría ser el Conde de Montecristo.

¿Cómo fue su primera borrachera?Con 16 años. En la Preparatoria lo más importante socialmente era el alcohol.

¿Qué es para usted un buen fin de semana?Un buen concierto, una buena película, una buena cena.

¿Su especialidad en la cocina?La cocina marroquí.

¿Qué libro le gustaría haber escrito?Doktor Faustus, de Thomas Mann.

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