‘MasterChef’ se rinde a la cocina de la abuela

A los fogones de MasterChef les quedan, todavía, muchos platos que cocinar. Ya no es un simple concurso, es un fenómeno. Que se haya ido reforzando en la parrilla con el paso de los programas es una prueba de ello. Que el número de aspirantes en la cuarta edición haya aumentado un 25% desde el primer cásting lo avala. 20.000 aficionados a la cocina, 15 plazas que solo ocuparán los mejores chefs. La nueva temporada de MasterChef arranca este miércoles en TVE (22.15) con la filosofía slow food como eje principal. "Hemos querido volver a nuestras raíces, un poco a la cocina de la abuela, pero combinándola con la técnica moderna", explica Macarena Rey, directora de la productora del programa, Shine Iberia.

La nueva edición del programa arranca con una última fase del cásting. Para aumentar el nivel de exigencia en el proceso de selección, la criba final se hará entre 30 concursantes, de los que solo quedarán 15. Rey anuncia que estará lleno de "combate y emoción". Conseguir el título de MasterChef España y una plaza en la prestigiosa Facultad de Ciencias Gastronómicas Basque Culinary Center, será este año más complicado. "Este año las pruebas se complican mucho más, teníamos que darles una vuelta, porque los aspirantes vienen preparados y vienen muy resabidos", anuncia Ana Rivas, productrora ejecutiva de MasterChef. El nivel de exigencia llegará tan alto que un concursante abandorá el programa por la presión.

Entre los futuros concursantes hay perfiles de todo tipo. Gente de otros países, como una modelo rusa, una presentadora venezolana o un filipino que se dedica al servicio doméstico. "Tenemos también dentro de las batallas a una chica ermitaña de Huesca, un ingeniero afinador de gaitas gallego, que además es controlador aéreo. Y un pintor industrial de Albacete que parece que ha salido del programa de José Mota", cuenta Rivas. Eva González, presentadora del concurso, bromea con la variedad de esta cuarta edición. "Estoy contenta porque hay mucha gente de Despeñaperros para abajo. Eso significa que va a ser un programa muy divertido".

Los platos que elaborarán a lo largo del concurso girarán en torno a la filosofía slow food, una corriente que promueve la cocina local y de producto, la cocina de la abuela combinada con las técnicas modernas. "Nos vienen a enseñar de Italia lo que hacía mi abuela hace 60 años", ironiza Pepe Rodríguez, que seguirá al frente del jurado junto a Jordi Cruz y Samantha Vallejo-Nágera. Cruz matiza que no sólo se elaborarán platos tradicionales. "Hay dos cocinas, la buena y la mala. Nosotros queremos tener un equilibrio y combinar lo mejor de cada una".