_
_
_
_
_
Reportaje:ESPECIAL CASA | ECOLOGÍA

El hogar del sol

Casi el 20% del consumo total de energía en España va a parar a las casas donde vivimos, y con tendencia a seguir subiendo. Por dos razones principales. Por el crecimiento del equipamiento doméstico (mejores calefacciones, más aire acondicionado, más lavavajillas, más secadoras, frigoríficos y congeladores de mayor tamaño, más pequeños electrodomésticos…). Y por el escaso cuidado puesto aún en nuestro país en aumentar la eficiencia energética de las casas. El principal gasto se lo lleva la calefacción: en torno al 40%. Por eso es fundamental un buen aislamiento a la hora de construir. Son cosas que hay que cuidar desde el origen. Si miramos el consumo de electricidad, el frigorífico, la iluminación y la calefacción acumulan los mayores porcentajes.

Las 19 viviendas solares podrán verse en madrid, junto al río manzanares,entre el 17 y el 27 de junio
Investigan cómo mejorar la ventilación, 'ventanas inteligentes', dobles pieles, aislamientos innovadores
Más información
Arquitectura sostenible contra edificios escultura

De ahí la importancia de la etiqueta energética para las viviendas que la Unión Europea trata de imponer, al estilo de las utilizadas para coches y grandes electrodomésticos (desde la A hasta la G; de mayor a menor eficiencia), y a las que ya nos hemos acostumbrado. Sin embargo, desde el Instituto para la Diversificación y Ahorro de la Energía (IDAE), dependiente del Ministerio de Industria, aclaran que sólo seis comunidades autónomas aplican esta certificación para los edificios. Además, según Luis Merino, codirector de la revista Energías Renovables (www.energias-renovables.com), hay una falta absoluta de control, incluso desde lo más básico, que son los criterios sobre cómo realizar las mediciones, qué modelos informáticos usar. "Y no sólo en la por ahora utópica certificación energética, cuyo decreto es de 2007, sino incluso en el Código Técnico de Edificación, aprobado en 2006, en teoría de obligado cumplimiento".

Así el panorama, convocatorias como Solar Decathlon resultan muy útiles, aunque se muevan aún en el terreno de la experimentación. Solar Decathlon es una competición entre equipos universitarios de todo el mundo que organiza el Departamento de Energía del Gobierno de Estados Unidos. Ha habido cuatro ediciones: 2002, 2005, 2007 y 2009. Este es el primer año que se celebra fuera de sus fronteras. Ha venido a España gracias a un acuerdo con el Ministerio de la Vivienda y bajo la responsabilidad organizativa de la Universidad Politécnica de Madrid, que ha participado en tres Decathlon (2005, 2007 -su casa, la Magic Box, quedó en buena posición final ese año: la quinta, y la primera en balance energético- y 2009), más el apoyo del Ayuntamiento de Madrid. Está pactado que la edición de 2012 también se haga en Madrid. Según dice la convocatoria, "los equipos participantes tienen que diseñar y construir una vivienda autosuficiente energéticamente, que funcione únicamente con energía solar y que incorpore tecnologías que permitan su máxima eficiencia energética", o sea, el máximo ahorro. En anteriores ediciones, las casas se montaban en el National Mall de Washington, delante del Capitolio. Este año, la Villa Solar se desplegará en Madrid, junto al río Manzanares, bajo el Palacio Real, en una superficie de unos 30.000 metros cuadrados, entre el puente del Rey y el puente de Segovia. Del 17 al 27 de junio, coincidiendo con los días más largos y las noches más cortas del año. Todo un homenaje al Sol. Participarán 19 universidades: cuatro de Alemania, dos de Francia, una de Inglaterra, una de Finlandia, dos de Estados Unidos, una de México, una de Brasil, dos de China y cinco de España (la Politécnica de Valencia se descolgó a última hora).

En las páginas de este reportaje vemos una buena representación de estas propuestas. Algunas raras, algunas pueden resultar antipáticas, demasiado austeras. Pero son ejemplos, ideas, prototipos en los que sin duda se basarán muchas de las viviendas del futuro, casas como de ciencia-ficción, que hacen pensar en un planeta distinto, movido en buena medida por el Sol.

Son viviendas unifamiliares de hasta 74 metros cuadrados que atienden a la orientación y las formas para aprovechar lo mejor posible las condiciones climáticas, que extreman los cuidados del aislamiento, que usan con imaginación pantallas, lonas, filtros y cortinas para luchar contra el calor y la luz excesiva, que investigan el mejor aprovechamiento de los paneles solares térmicos y fotovoltaicos. Que se creen a pie juntillas, en fin, la arquitectura bioclimática.

El arquitecto Sergio Vega, director general de Solar Decathlon Europe, explica: "Son casas muy distintas, que aportan soluciones muy innovadoras. Las primeras, de 2002, parecían meros contenedores con los paneles encima. Cada convocatoria que pasa, vamos ganando en confortabilidad". La entrevista se realiza en la Magic Box, que sigue levantada y admitiendo visitas y sensibilizando conciencias en la Escuela de Arquitectura de la Ciudad Universitaria de Madrid. Tiene 48 metros cuadrados. Su interior resulta sencillo, cálido, agradable. Más de lo que hace pensar su imagen externa. Su coste, como el de la mayoría de estos modelos, aún muy alto. La Magic Box salió por unos 400.000 euros, pero Vega aclara: "Porque incorpora tecnologías muy caras e innovadoras".

Esa es otra de las claves de este concurso: aplicar tecnologías, probarlas, estudiarlas, para que en el futuro puedan resultar competitivas y de uso masivo. Son primeros pasos. La Magic Box es realmente una casa mágica. Tras su apariencia sencilla acoge 15 líneas de investigación. Entre ellas, una muy importante: buscar un sistema de almacenamiento vía hidrógeno para aprovechar la energía sobrante de las estaciones con mayor insolación y recuperarla en las épocas más sombrías. Además, según explica Vega, colaboran en programas de estudio -como Inviso y Bali- con grandes empresas como Dragados y FCC, para buscar nuevas fórmulas de construcción más sostenibles; lo que llaman, por ejemplo, "construcción en seco", mediante kits industrializados que suponen ahorros de tiempo, de energía y de materias primas de más de un 33%. También investigan el aislamiento frente al ruido, el empleo de geles de fase (para acumular frío y calor y atenuar el impacto de los cambios de temperatura del exterior en el confort interior), sistemas para reducir la pérdida de calor por ventilación y mejorar las prestaciones de las ventanas (la ventana inteligente), cerramientos de altas prestaciones con dobles pieles o mezclas sofisticadas de finas capas de materiales, cuya combinación produce efectos sorprendentes; métodos para alcanzar la alta densidad que reclaman las ciudades europeas, que permitan apilar módulos en edificios de hasta ocho y diez plantas. Todos estos son retos que se plantean las casas de estas páginas. Y que nos hacen ver lo defectuosa que es la realidad.

Juan Antonio Alonso, director de ahorro y eficiencia energética del IDAE, subraya lo mal que efectivamente se ha construido en nuestro país desde el boom desarrollista de los años sesenta hasta mediados de los noventa. "En los sesenta se abandonó la cultura constructiva tradicional, que era mucho más acorde con la arquitectura bioclimática. Se pensaba con otros criterios, mandaba el negocio y proporcionar muchas viviendas en muy poco tiempo, para dar abasto al boom del éxodo rural. No se tenía en cuenta la orientación ni el grosor de los muros ni la apertura de huecos… A partir de finales de los noventa, por la mayor conciencia ambiental y por las sucesivas crisis del petróleo, se empieza a introducir el criterio de eficiencia. Aunque, según los estudios de mercado que hacemos, al ciudadano le siguen preocupando mucho más la ubicación, los metros cuadrados y el precio que el comportamiento energético de la vivienda que va a comprar…". Y añade que el interés de las casas solares del Decathlon radica tanto en que extraen toda su energía de una fuente limpia y renovable, como en que son hipereficientes. Necesitan mucha menos energía que cualquier otra para dar unas condiciones de bienestar.

Entre ese mirar para otro lado general y la meticulosidad de estas casas solares se van abriendo propuestas prácticas, comerciales, reales y realistas que cambian poco a poco el sentido del mercado. Como algunas promociones de viviendas de protección oficial de la Empresa Municipal de la Vivienda (EMV) de Madrid, que llegan a tener categoría A (muy por encima de la D que reclama la legislación). También Miyabi, sociedad pública del Gobierno de Navarra, que ha levantado unifamiliares de alta eficiencia energética en localidades como Tudela y Etxauri. Más algunas promociones ecoeficientes de Acciona Inmobiliaria o estudios como MQL Arquitectos, donde Luis Miquel, ahora de 80 años, y su hijo David, de 43, llevan tiempo pensando viviendas que respeten el entorno y ahorren energía atendiendo a cuestiones tan básicas como la orientación, el aislamiento, el diseño de la fachada o la creación de solarios/invernaderos que recojan de forma pasiva lo que nos envía, gratis, el Sol.

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_