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La tercera vida de los precursores del ‘indie’ español

Surfin' Bichos revalidan la vigencia de su repertorio con nueva gira y la reedición de su influyente discografía

El grupo Surfin' Bichos, a la izquierda su líder, Fernando Alfaro.
El grupo Surfin' Bichos, a la izquierda su líder, Fernando Alfaro.TONI VILLAR

Hoy puede sonar extraño, pero a finales de los años ochenta no eran muchos quienes estaban preparados para las truculentas historias de Fernando Alfaro al frente de Surfin' Bichos, pobladas por seres descarriados, de esos que vagan por los márgenes y carreteras secundarias —e incluso terciarias— de la vida, abatidos por adicciones y atenazados por el omnipresente yugo de la religión. El cuarteto albaceteño, formado en 1988 por Alfaro, Joaquín Pascual, Carlos Cuevas y José María Ponce (luego reemplazado por José Manuel Mora) proponía una lectura tan espinada y abrupta como, a la vez, fascinante del rock, haciendo propio ese lado oscuro de la vida que en el ámbito anglosajón resultaba familiar desde los tiempos de The Velvet Underground, pero que tan complicado encaje tenía en nuestro país. Más aún si mostraba cierta sintonía con la electricidad desbocada de luminarias aún emergentes, como Pixies. Aunque los Surfin' sonaran, básicamente, a sí mismos.

El guitarra y teclista Joaquín Pascual rescata una declaración de intenciones que podría sacar los colores al grueso de bandas indies de nuevo cuño: “Intentábamos ser distintos, no influenciarnos por mucha música de los ochenta que habíamos escuchado, y sentirnos solos, en tierra de nadie, era algo que nos ponía”, comenta. Fernando Alfaro, cantante y compositor, coincide, ya que recuerda no compartir “referencias tan catalogadas, no ya solo con las bandas más populares de entonces, ni siquiera con los grupos de la escena garage punk y psicodélica, que tenían sentimiento de comunidad, nos sentíamos un poco marginados”.

De hecho, solo encontraron una “red más tupida de grupos”, con los que mantenían relación, “ya al final”, pese a reconocer cierta afinidad “con Cancer Moon o Los Bichos, y más tarde con El Regalo de Silvia, Los Planetas o Penélope Trip”, con quienes compartieron escenario. Disueltos en 1994 ante el lamento de unos cuantos y la indiferencia mayoritaria, Surfin' Bichos se bifurcaron en Chucho y Mercromina, pero el paso del tiempo acrecentó su rol de bisagra entre el ocaso de quienes eran ya dinosaurios de la movida y la aún incipiente hornada indie de los noventa.

Se  reunieron para girar en 2006 y obtuvieron por fin el eco merecido: actuaciones en grandes festivales y entradas agotadas en salas de un millar de personas, aquellas mismas que les acogían con hosca frialdad 12 años antes, cuando su parroquia se congregaba a decenas, con suerte algún centenar. Pascual asume que “en aquel momento ni existían los festivales ni había aquí público para una respuesta tan masiva, y aunque todo fue un poco gradual, sí que en algunos momentos la acogida de 2006 nos desbordó un poco”.

Aquella calurosa vuelta tiene reedición en 2017, con el 25º aniversario de Hermanos carnales (1992), uno de sus mejores trabajos, una nueva caja recopilatoria con toda su producción (El mundo por los pies) y otra gira que les llevó a San Isidro y al Primavera Sound, con próxima parada en el FIB (15 de julio), y continuación en A Coruña, Murcia, Pedreguer (Alicante) Barcelona y Valencia. En el documental Buzos haciendo surf, de Rogelio Abraldes (2008), Joaquín Pascual reconocía que en 2006 “redescubría cosas nuevas” de aquellas canciones. Alfaro decía que sonaban "mejor", y ahora desvela "significados ocultos que tenían, o quizás eran ocultos para mí también" en sus propias composiciones. Algo a lo que se suma Pascual, ya que “las canciones de Fernando acaban cobrando un sentido que no tuvieron”, propiciando luego “un fogonazo que te descubre algo más profundo”. En cualquier caso, sí queda claro que son creaciones que “siguen vivas, y que han formado parte de la vida de un público al que le hace ilusión volvernos a ver”. Y algunas, inéditas en escena hasta ahora, como En otoño o La estación de las lluvias.

Surfin' Bichos, cuya trayectoria también fue plasmada en el libro Sermones en el desierto, de Jota Martínez Galiana (Avantpress, 2002), acogen con naturalidad ese sambenito de padrinos del indie que se les ha querido imponer, ya que "se ha dicho tantas veces que hasta te lo crees un poco", pero en su momento solo eran conscientes de estar haciendo “algo muy excitante, muy fuerte, sobre lo que teníamos una sensación de certeza”. En cualquier caso, “que Los Planetas o Triángulo de Amor Bizarro reconozcan lo importantes que fuimos para ellos te hace sentir que mereció la pena”, ratifica Pascual. Y tanto que la mereció.

El 'Top' 10 del FIB

El FIB celebra su 23ª edición a partir del jueves, 13 de julio, en Benicàssim. Estos son algunos de los que se presumen como sus mejores momentos:

-Red Hot Chili Peppers: primera visita a Benicàssim de la potente maquinaria funk rock californiana, el sábado por la noche.
-The Weeknd: el canadiense Abel Makkonen Tesfaye, una de la figuras mundiales del R'N'B contemporáneo, también debuta en el FIB el jueves.
-Kasabian: Benicàssim y el dance rock facilón de estos británicos es decir todo uno. El domingo noche.
-The Jesus & Mary Chain, Ride y Dinosaur Jr: la vieja guardia del indie rock más abrasivo, aún en forma, y de vuelta a un recinto que ya pisaron en sus primeras ediciones.
-Los Planetas: otros clásicos del verano benicense, este año con disco nuevo. El viernes.
-Liam Gallagher: hay curiosidad por ver cómo se las gasta en solitario el menos talentoso de los Oasis. El sábado.
-La nómina estatal: aunque solo Love of Lesbian y Los Planetas figuran en puestos altos del cartel, conviene no perderse a Biznaga, Gener, Tórtel, Mourn, Nudozurdo y muchos más.
-2 Many DJs, Bonobo y Deadmau5: el menú electrónico, repleto de disc jockeys y proyectos en vivo, también se presenta abundante.
-Kaytranada: DJ y productor canadiense-haitiano, revelación el año pasado con su primer álbum. El domingo.
-Dua Lipa, Peaking Lights, Desperate Journalist, Ella Rae, Ron Gallo o Twin Peaks: nombres repartidos por todo el cartel, desconocidos para el público español, que pueden convertirse en la inesperada sensación de esta edición.

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