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sillón de orejas
Columna
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Cuando llegue septiembre, du-duá

Continúa la pelea de Random con Planeta, su competencia directa en las listas de best sellers y en el mercado del libro que más se mueve

Manuel Rodríguez Rivero
Fotograma de la película 'Maurice'.
Fotograma de la película 'Maurice'.

1. Superventas

El Tribunal de la Competencia emitió su nihil obstat, de modo que Ediciones B, la editorial fundada en 1987 sobre la herencia y los despojos (incluyendo a Mortadelo y Filemón) de la vieja Bruguera, forma ya parte de la sección española de Penguin Random House, uno de los grupos más poderosos del mundo. Al frente de la adquisición se pondrá el eficaz Juan Díaz, ahora responsable de bolsillo e infantil de la compañía multinacional. Continúa, por tanto, la pelea (en términos comerciales) de Random con Planeta, su competencia directa en las listas de best sellers y en el mercado del libro que más se mueve. Y lo hará, palmariamente, y una vez más, en la próxima rentrée, con una notable panoplia de pesos “literarios” de sendos grupos compitiendo por el espacio de las mesas de novedades reservado a novelas de las que se esperan ventas de seis dígitos. Desde primeros de septiembre hasta finales de octubre, Planeta pondrá en el mercado, por ejemplo, la nueva novela —y la de título más galdosiano: El paciente del doctor García— de la muy leída saga de Almudena Grandes Episodios de una guerra interminable; la enorme (en más de un sentido) 4321, de Paul Auster; Origen, un nuevo Dan Brown, que ya no es lo que fue, pero cuya última entrega tiene la particularidad —y así lo va a enfatizar la mercadotecnia prevista— de transcurrir en España. No creo que deba incluir, entre la nómina planetaria de los libros de los que se esperan ventas superiores a las 100.000 copias, a El hombre que perseguía su sombra, quinta entrega de la saga Millennium, a cargo, como la anterior, de David Lagercrantz. Por su parte, bajo el paraguas de Penguin Random House se publicará, a partir del 5 de septiembre, la última novela de Javier Marías, Berta Isla, cuya muy conveniente (comercialmente hablando) cubierta apunta directamente al tipo de lectorado que las consume mayoritariamente; Arturo Pérez-Reverte, otro autor que provoca enormes alegrías a los libreros, y que le ha tomado gusto a lo de una novela al año, también ha escogido como título de la segunda entrega de su saga Falcó un nombre de mujer, Eva (octubre); y el inevitable Ken Follet, tan amante de las trilogías, culminará la iniciada con Los pilares de la tierra con Una columna de fuego, para la que también se ha documentado en archivos españoles del XVI. Teniendo en cuenta que, según datos publicados recientemente por el INE (“encuesta sobre el presupuesto familiar”), los “hogares” españoles dispusieron en 2016 tan solo de 52 euros para la compra de “novelas y libros infantiles” (los libros de texto van aparte), les aconsejo que no se gasten enteros los del suyo en los anunciados best sellerísimos. Afortunadamente, también hay vida literaria —y a veces muchísimo más interesante y novedosa— en las editoriales independientes.

2. Biblioteca

Coincidiendo con la fiesta internacional del Orgullo, se ha conmemorado en Reino Unido el 50º aniversario de la proclamación del Sexual Offences Law (1967), la ley que descriminalizaba parcialmente la homosexualidad en la muy liberal Gran Bretaña, aboliendo otra de 1885 (la conocida como gross indecency law) bajo la que fueron condenados, por ejemplo, Oscar Wilde o Alan Turing. “Parcialmente” significa que, en todo caso, hasta 2003 (en 2008 en Irlanda del Norte, en 2009 en Escocia) no fue totalmente descriminalizado el sexo anal. En todo caso, aprovechando la ocasión, la British Library, de costumbre atenta a la actualidad (lo que no siempre puede decirse de la BNE), ha organizado la pequeña pero instructiva exposición Gay UK: Love, Law and Liberty, en la que se exhiben documentos, diarios, manuscritos (por ejemplo, de Sarah Waters o W. H. Auden), manifiestos, primeras ediciones de libros y revistas o pósteres de las luchas de los homosexuales británicos en los últimos 130 años. Algunos de los testimonios y deseos de los escritores de entonces resultan hoy conmovedores, como aquel que consignó en 1935 E. M. Forster (1879-1970) en su cuaderno de notas: “Quiero amar a un joven fuerte (strong) de las clases bajas y ser amado por él”, algo que ya había expresado como ficción en su novela Maurice (escrita en 1913, pero inédita hasta después de su muerte), en la que su protagonista —y alter ego—, Maurice Hall, es seducido por el joven “de clase baja” Alec Scudder, de quien en seguida se enamora. La exposición se mantendrá hasta el 19 de septiembre. Maurice sigue en los catálogos de Seix Barral y de Alianza, pero no me ha resultado fácil encontrarlo en las librerías.

3. Recuperaciones

Renacimiento acaba de publicar dos novelas “del Oeste” de Karl May (1842-1912), uno de los tres grandes (junto con sus contemporáneos Verne y Salgari) de la novela de aventuras para jóvenes de finales del XIX y principios del XX: El cazador de las llanuras y El hacha de guerra, ambas protagonizadas por el joven jefe apache Winnetou y su amigo Old Shatterhand, son dos estupendas muestras del estilo de un prolífico autor del que pueden haberse vendido más de 200 millones de ejemplares. De lo que no estoy muy seguro es de que fascine a los jóvenes de 2017 tanto como fascinó a los de hace un siglo. Uno de ellos, Adolf Hitler, declaró en cierta ocasión que May “le había abierto los ojos al mundo”, algo que, más o menos, también expresó el joven Albert Einstein. Claro que a Hitler le siguieron gustando toda su vida, incluso cuando ya era canciller del Reich. Ian Kershaw afirma en su biografía del genocida (¿con corazón de niño?) que incluso “se las recomendaba a sus generales, a quienes acusaba de falta de imaginación”. En fin, un libro nunca es responsable de sus lectores.

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