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Balance de la Feria de San Isidro 2017

Más toros sobresalientes que toreros de triunfo

Los diestros y los rejoneadores cortaron 29 orejas y la puerta grande se abrió en siete ocasiones

'Hebrea', de la ganadería de Jandilla, elegido mejor toro de la Feria de San Isidro.
'Hebrea', de la ganadería de Jandilla, elegido mejor toro de la Feria de San Isidro.PLAZA 1
Antonio Lorca

Ha habido más toros que toreros, esa es la conclusión que se desprende después de que se hayan celebrado 32 festejos (25 corridas, tres novilladas y cuatro espectáculos de rejoneo) en esta interminable Feria de San Isidro, a la que han asistido 630.688 espectadores, según datos de la empresa; se ha abierto siete veces la puerta grande y se han cortado 29 orejas.

A pesar del mal momento que atraviesa la ganadería brava, a pesar de tantas tardes de hastío por la persistencia de reses mansas, blandas y descastadas, quedan en el recuerdo, al menos, 15 toros que propiciaron el triunfo de sus lidiadores, que no en todos los casos aprovecharon la oportunidad de un triunfo en bandeja.

Aún resuenan los nombres de Hebrea (Jandilla), o Liebre (Rehuelga), a los que se les dio la vuelta al ruedo; a los dos campeones les siguen Escandaloso (Montalvo), Hortelano (Fuente Ymbro), Juguetón (Buenavista), Opalino (Conde de Mayalde), Gironero (Puerto de San Lorenzo), Ratonero (Montecillo), Tristón y Nenito (Núñez del Cuvillo), Barverillo (Alcurrucén), Cojito (Victoriano del Río), Pastelero y Murmullo (Victorino Martín) y Coquinero (Rehuelga). Todos fueron toros con posibilidades y la mayoría se marchó al desolladero con las orejas por la impericia, escasas ideas o mal momento de sus matadores.

En líneas generales, destacaron las corridas de Jandilla —la mejor de todas—, Núñez del Cuvillo, Alcurrucén, Victoriano del Río, Domingo Hernández, Victorino Martín y Rehuelga. Entre los muchos fracasos, los más sonados son los de Miura, Adolfo Martín, Dolores Aguirre, Cuadri, Juan Pedro Domecq y Valdefresno.

Se cortaron 29 orejas (18 los matadores y 11 los rejoneadores), pero en el cuadro de honor de la torería solo figuran por derecho Ginés Marín, Juan del Álamo y Enrique Ponce, que salieron a hombros —aunque la puerta grande del veterano maestro valenciano sea más que discutible—, Antonio Ferrera, la auténtica revelación de la feria; Roca Rey, que ha mantenido su alto nivel, y toreros que sin pasear trofeos han dejado una magnífica impresión, como es el caso de Paco Ureña —heroico y artista ante un fiero victorino—, José Garrido, Fortes, Román, Javier Jiménez, Gonzalo Caballero y El Cid; cortaron oreja, pero se esperaba más de Joselito Adame, Morenito de Aranda, Talavante —a pesar de sus tres trofeos—, El Juli, Castella, Perera, Álvaro Lorenzo y Gómez del Pilar. Y defraudaron muchos, entre los cuales están los nombres de David Mora —aunque después cortó una oreja, escuchó los tres avisos en su primera comparecencia—, Diego Urdiales, Curro Díaz, López Simón, El Fandi, Fandiño, Bautista, Paquirri, Varea, Robleño, Castaño y Alberto Aguilar.

Eugenio de Mora, Juan José Padilla, Escribano, Juan Leal, Rafaelillo, Manzanares, Cayetano y Joaquín Galdós contaron con pocas opciones, y a José Carlos Venegas, Alberto Lamelas y Pérez Mota se les ha notado su escasa experiencia. Quedaron inéditos David Galván y Francisco José Espada, que cayeron heridos en sus primeros toros.

Hubo que esperar hasta el 25 de mayo, bien entrada ya la feria, para que la puerta grande la traspasara por vez primera un matador de toros; en este caso, el joven Ginés Marín, que dibujó una obra de arte con el toro Barberillo, de Alcurrucén. Pero fechas antes, el domingo 21, Antonio Ferrera había dejado a todos con la boca abierta con una concepción nueva y clásica de figura del toreo. Después, vendría la avalancha de admiradores de Enrique Ponce, que exageró sorprendentemente la buena actuación del maestro valenciano, y Juan del Álamo saldría, por fin, a hombros tras una actuación vibrante, que ojalá le conceda de manera definitiva el titulo de figura.

Hubo tres novilladas y entre los más jóvenes destacó José E. Colombo, torero venezolano que dio toda una lección de arrojo y vergüenza ante un novillo fiero.

Tres rejoneadores tuvieron el honor de abrir la puerta grande: Diego Ventura (dos tardes, con cinco orejas cortadas), Leonardo Hernández y Sergio Galán.

Entre los hombres de plata, algunos, no muchos, verdaderamente de oro. Nombres para el recuerdo son los de Ángel Otero, Iván García, Domingo Siro, Jesús Arruga, El Sirio, Raúl Martí, Fernando Sánchez, Miguel Martín, Curro Javier y Javier Ambel; y entre los montados, dos picadores de lujo: Tito Sandoval y Pedro Iturralde.

En una palabra, la Feria de San Isidro tardó en entrar en calor, pero lo hizo de la mano del toro, auténtico triunfador del ciclo, a pesar de todo.

Ocho tardes de "no hay billetes", 630.688 espectadores

Ocho tardes se colgó en las taquillas el cartel de "no hay billetes". En total, según datos de la empresa dirigida por Simón Casas, acudieron a Las Ventas 630.688 espectadores en los 32 días de corridas. El rey Juan Carlos asistió a seis corridas, algunas de ellas en compañía de su hija la infanta Elena.

Se cortaron 29 orejas; 18, los matadores: Alejandro Talavante (tres), Ginés Marín, Juan del Álamo y Enrique Ponce, dos cada uno; y una Morenito de Aranda, David Mora, Antonio Ferrera, El Juli, Sebastián Castella, Joselito Adame, Miguel Ángel Perera, Roca Rey y Gómez del Pilar.

Once trofeos pasearon los rejoneadores: Diego Ventura (cinco), Sergio Galán (tres), Leonardo Hernández (dos), y Lea Vicens (una).

Nueve toreros pasaron por la enfermería, aunque ninguno, por fortuna, de extrema gravedad: David Galván, el subalterno Manuel Muñoz, Paco Ureña, Javier Jiménez, Alejandro Talavante, Francisco José Espada, José Carlos Venegas, Alberto Aguilar y Rafaelillo.

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Sobre la firma

Antonio Lorca
Es colaborador taurino de EL PAÍS desde 1992. Nació en Sevilla y estudió Ciencias de la Información en Madrid. Ha trabajado en 'El Correo de Andalucía' y en la Confederación de Empresarios de Andalucía (CEA). Ha publicado dos libros sobre los diestros Pepe Luis Vargas y Pepe Luis Vázquez.

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