Tras las huellas de Goytisolo en la Feria de Madrid
La editorial Galaxia Gutenberg, en la caseta 231, tuvo que reponer sus títulos
Se conoció la noticia poco después del mediodía: Juan Goytisolo había muerto; y a lo largo de la tarde del domingo a la caseta 231 de la Feria del Libro de Madrid fueron acudiendo lectores en peregrinación. Joan Tarrida, editor de Galaxia Gutenberg, cuenta que vendieron todos los ejemplares que con la firma de Goytisolo tenían a mano. Ya han repuesto, vuelven a tener llenos los estantes, el primer golpe de vista a la mesa te lleva a títulos como Don Julián, Genet en el Raval o La saga de los Marx, y el goteo continúa. “Un hombre”, describe Tarrida por teléfono, “se llevó ceremoniosamente los siete volúmenes que componen la edición de sus obras completas”; “este es el mejor homenaje que puedo dedicarle a Juan Goytisolo”, cuenta que dijo.
A los textos autobiográficos del autor, Coto vedado (1985) y En los reinos de taifa (1986) Galaxia Gutenberg sumará ahora una ampliación de sus memorias compuestas de unos ensayos y textos que ha ido publicando en prensa. Sale a la venta el próximo 14 de junio. “Será ahora cuando se vea con más claridad cuánto representó el autor, muchos de sus libros permanecerán con entidad de clásicos inapelables”, declaró Tarrida.
Sobre si su muerte significará que a partir de ahora se le lea más o con más detenimiento Antoni Munné, quien llevó a cabo la edición de las obras completas de Goytisolo, se muestra cauteloso. Escéptico, como diría de su propia mirada Goytisolo. Opina que la imagen más acertada para recordarle sería como su personaje Don Julián, encarnado, yéndose más allá del Estrecho para mirar con distancia al otro lado. “Disidente, a contracorriente”. Al fin y al cabo, concluye, “a él no le habría importado apenas que le leyeran”. “Su epitafio cultural cabría en el titular de un artículo que publicó en EL PAÍS: ‘Vamos a menos”.