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Columna
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Cuando nadie mira

Cien millones de usuarios de Netflix han visto películas de Adam Sandler durante 500 millones de horas

Jaime Rubio Hancock
Adam Sandler en 'Sandy Wexler'.
Adam Sandler en 'Sandy Wexler'.

Adam Sandler acaba de estrenar su tercera película para Netflix. Después de The Ridiculous Six y The Do-Over, llega Sandy Wexler. Ha cosechado críticas horribles, aunque al parecer no es tan espantosa como las anteriores. Ni Netflix ni Sandler parecen muy preocupados por estas valoraciones: han firmado un acuerdo por cuatro películas más. Y eso sin contar que Netflix también ofrece Spanglish, Happy Gilmore, Con la magia en los zapatos y The Waterboy, películas protagonizadas por este cómico.

¿Netflix quiere que nos arrojemos de un puente? No creo: todos decimos que vemos Stranger Things y hablamos del último especial de Louis C.K., pero la empresa ha publicado un dato muy loco que nos deja en evidencia: en los últimos 17 meses, los cien millones de usuarios de Netflix han visto películas de Adam Sandler durante 500 millones de horas. En total, no cada uno, claro. Son unas cinco horas por usuario, es decir, unas tres peliculillas por cuenta. El dato sorprende, sin duda, pero es más bien porque, aunque las veamos, jamás tuitearemos que las hemos visto. Tenemos una imagen pública que mantener y para eso mejor hablar de Narcos.

Seguro que algún lector está gritándole al periódico: “¿Pero qué insinúas? ¡Jamás he visto una película de Sandler! ¡Excepto Punch-Drunk Love! ¡Pero esa es de Paul Thomas Anderson! ¡No tiene nada que ver!”.

De acuerdo, yo solo apunto que en Netflix quieren que veamos series y películas modernas, pero también tonterías para pasar el rato. Netflix no puede ni quiere salvarnos de nosotros mismos. Es más, aprovecha nuestras debilidades para tenernos enganchados el mayor tiempo posible, ya sea viendo un episodio tras otro de la serie de moda o alguna película sin sustancia. Sabe que somos débiles y que a menudo no tenemos ni humor ni ánimo para ver un clasicazo y solo queremos ruido de fondo para echar la siesta. Lo que no tiene nada de malo, por supuesto.

Y además, Little Nicky es un peliculón. Aunque nunca lo admitiremos en público.

 

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Sobre la firma

Jaime Rubio Hancock
Editor de boletines de EL PAÍS y columnista en Anatomía de Twitter. Antes pasó por Verne, donde escribió sobre redes sociales, filosofía y humor, entre otros temas. Es autor de los ensayos '¿Está bien pegar a un nazi?' y 'El gran libro del humor español', además de la novela 'El informe Penkse', premio La Llama de narrativa de humor.

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