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Un pueblo medieval quemaba a sus muertos por temor a los zombies

Un equipo de arqueólogos estudia en el norte de Inglaterra 10 cuerpos que fueron descuartizados tras su entierro

Guillermo Altares
Imagen de los restos de la Iglesia y el cementerio de Wharram.
Imagen de los restos de la Iglesia y el cementerio de Wharram.Historic England

Wharram Percy, un pueblo medieval del norte de Inglaterra abandonado desde el siglo XVI, parecía un escenario perfecto para una novela gótica de fantasmas. Sin embargo, un siniestro hallazgo anunciado este lunes en The Journal of Archaeological Science nos acerca más bien al terror gore. Un equipo de expertos ha estudiado 137 huesos que pertenecen a unas diez personas, que murieron entre los siglos XI y XIV, y ha descubierto que fueron quemados y desmembrados antes de ser enterrados. La explicación que barajan los estudiosos de la Universidad de Southampton en colaboración con la agencia del patrimonio inglés, Historic England, es que, por algún motivo, los campesinos temían que, si no tomaban medidas drásticas, los muertos surgiesen de sus tumbas como las criaturas que viven al otro lado del muro en Juego de Tronos.

El título que resume esta información del diario local Yorkshire Post no puede ser más gráfico: "Cuando los campesinos de Yorkshire mutilaban a los muertos para evitar que se levantasen". Básicamente, es lo que creen los historiadores. No es la primera vez que los arqueólogos se topan con un descubrimiento de este tipo —hace dos años se encontraron en Irlanda dos cuerpos que habían sufrido todo tipo de tormentos tras su muerte—, pero nunca hasta ahora había sido documentado con tanta precisión.

Una vértebra que presenta cortes a cuchillo y quemaduras.
Una vértebra que presenta cortes a cuchillo y quemaduras.Historic England

Simon Mays, biólogo experto en restos humanos de Historic England que ha dirigido la excavación, explica en conversación telefónica: "Conocemos textos de la Edad Media en los que se explica que había personas que podían levantarse de sus tumbas y que la forma de evitar eso era desenterrar sus cuerpos, descuartizarlos y luego quemarlos. Es exactamente lo que nos hemos encontrado en Wharram Percy. Si estamos en la cierto, nos hallamos ante la primera evidencia arqueológica sólida de esta práctica".

¿Por qué han llegado a una conclusión tan tremenda? Como decía Sherlock Holmes, cuando se descarta todo lo posible, lo imposible, por extraño que sea, es la verdad. Una hipótesis es que trataban de esa forma tan brutal los cuerpos de extranjeros. Sin embargo, los análisis de los dientes de los cuerpos han permitido concluir que eran personas "que vivían en el pueblo", prosigue el profesor Mays. Según una nota de prensa distribuida por Historic England, "los isótopos de estroncio reflejan la geología del lugar en el que una persona vivió cuando se formaron sus dientes en la niñez, lo que ha permitido determinar que crecieron en la misma zona en que fueron enterrados".

Otra hipótesis es que, en una época de hambruna, se tratase de casos de canibalismo y cortasen y quemasen los cadáveres para comérselos. Sin embargo, las heridas no cuadran en absoluto con las que alguien haría en un cuerpo para luego devorarlo. "Las marcas de cuchillos suelen estar en las articulaciones, pero en Wharram Percy se encontraban sobre todo en las zonas superiores del cuerpo", explican los científicos. En otras palabras, en muchos casos les habían cortado la cabeza.

La localidad de Wharram Percy, situada en Yorkshire, al este de la ciudad de York y al sur del Parque Nacional de los Páramos, fue abandonada en el siglo XVI y ahora depende de Historic England. Quedan pocos edificios en pie, pero entre ellos se encuentran las ruinas de la iglesia, rodeada por el cementerio. Eso sí, el motivo por el que sus habitantes salieron corriendo no tiene nada que ver con invasiones de zombies, sino con una profunda transformación económica. Mays explica que, en el siglo XVI, muchos pueblos de esa zona de Inglaterra fueron abandonados a causa del negocio de la lana, que producía tantos beneficios que los propietarios echaron a los campesinos para dedicar a la ganadería antiguas tierras de cultivo.

El descubrimiento, sin embargo, nos habla de una época en la que la relación entre la vida y la muerte era diferente. Como señala Mays, "nos muestra la cara más oscura de las creencias medievales y es un recordatorio, muy gráfico, de lo diferente que era la visión medieval del mundo". Sin embargo, visto el éxito que alcanzan series como Juego de tronos o The Walking Dead no parece tan alejada.

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Sobre la firma

Guillermo Altares
Es redactor jefe de Cultura en EL PAÍS. Ha pasado por las secciones de Internacional, Reportajes e Ideas, viajado como enviado especial a numerosos países –entre ellos Afganistán, Irak y Líbano– y formado parte del equipo de editorialistas. Es autor de ‘Una lección olvidada’, que recibió el premio al mejor ensayo de las librerías de Madrid.

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