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Paul Giamatti: “Con ‘Billions’ disfruto lo mejor de dos mundos, como si hiciera cine y teatro”

La serie ambientada en el mundo de Wall Street tendrá tercera temporada

El estreno de Billions fue cuando menos incierto, una apuesta arriesgada por una serie de alto presupuesto centrada en el mundo de las altas finanzas. Lo mismo que el tema ha resultado atractivo en el cine con éxitos como el Wall Street, de Oliver Stone, o El lobo de Wall Street, de Martin Scorsese, en televisión las únicas series que se atrevieron antes fueron The Street y Bull y ambas fracasaron nada más nacer. Eso hasta que llegó Billions (Movistar Series), serie con una media de 4,4 millones de telespectadores en EE UU que acaba de renovar por una tercera temporada. “Ya sé que trabajar en televisión puede sonar como una condena pero a mí me alegra seguir con el personaje. Con Billions disfruto lo mejor de dos mundos, como si hiciera cine y teatro a la vez. Y además me deja medio año libre para hacer más cosas”, reconoce Paul Giamatti a EL PAÍS.

Al igual que su compañero en esta serie, Damian Lewis (Brody en Homeland), Giamatti también cuenta entre sus premios con un Emmy televisivo, en su caso por su trabajo en la miniserie de HBO John Adams. Pero el actor siempre consideró que su trabajo como el segundo presidente estadounidense fue parte de una película muy larga. No lo que normalmente se entiende por televisión. Por eso está encantado con Billions. “No está nada mal”, añade con ese humor soterrado tan suyo. Le apetecía trabajar con continuidad y cerca de casa, “tan cerca que podría ir al set caminando de no ser porque nuestra base de operaciones está al otro lado de la ciudad”, admite alguien que reside en Brooklyn con su esposa y su hijo. Pero, sobre todo, le atrajo el subtexto de una serie con una gran relevancia, especialmente en la era Trump, que en su opinión hace que todo se vea con otra luz. “No es que yo mantenga ninguna relación con la noción de los billonarios. Si fuera mi serie, se llamaría Millares. Mi economía no da para más”, vuelve a tirarse por tierra .

Sin embargo, su trabajo como el fiscal Chuck Rhoades le tiene fascinado con un mundo del que lo desconocía todo. “Como buen actor, yo soy muy conservador con mis finanzas. Nunca sé cuándo voy a volver a trabajar”, se excusa incluso en un momento en el que le llueven las ofertas. Con dos películas como actor para este año, The Catcher Was a Spy y Private Lives, Giamatti también ha producido la serie Outsiders y acaba de conseguir la luz verde para otra serie con su sello como productor, esa que define como una fábula original de Jim Gavin titulada Lodge 49. “Sin embargo, aunque no suene muy bien, no puedo decir que vea mucha televisión”, reconoce mencionando Breaking Bad como una de las pocas series que recuerda aunque no la ha llegado a ver entera.

Giamatti fue el primero en firmar por Billions tras haber trabajado con Brian Koppelman y David Levien así como con el director Neil Burger en El ilusionista (2006). “Yo pensé que querían contar conmigo como el millonario corrupto”, recuerda tras varios empresarios de dudosa moralidad en su filmografía como el que interpretó en Straight Outta Compton o en Love & Mercy. De “tendencias de izquierda” y poco amante de los multimillonarios, se alegró de que le ofrecieran el papel del fiscal, con el que no se parece ni en su apariencia ni en sus apetitos sexuales, pero con el que se puede identificar por su tenacidad. Su única queja en Billions es lo poco que ve a Lewis. “Es gracioso, porque la presencia de ambos es tan fuerte que en la serie parece que estamos todo el tiempo juntos en cámara pero apenas nos vemos”, se lamenta.

El otro Sorkin

Con Koppelman y Levien como showrunners, Billions también cuenta con el columnista financiero del The New York Times Andrew Ross Sorkin entre sus creadores. El autor del libro Too Big to Fail que sirvió de base para el telefilme de HBO Malas noticias (2011) no guarda ninguna relación familiar con el guionista Aaron Sorkin pero sus trabajos son comparables por la agilidad y brillantez de sus diálogos. Como aseguraba recientemente el periódico The Guardian, los diálogos de Billions son tan inteligentes que hasta hacen que El ala oeste de la Casa Blanca, la niña de los ojos del otro Sorkin, parezca lenta. "Y como es televisión, no tenemos mucho tiempo de ensayo. Con tanto diálogo me veo ejercitando todo el rato la memoria. Es complicado pero también tiene su encanto", admite Giamatti satisfecho con el reto.

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