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Televisión | Sábado Deluxe
Columna
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Cuando Gabriel Rufián sustituyó a Belén Esteban en ‘Sálvame’

Telecinco trata de matar dos pájaros de un tiro para revitalizar la noche del sábado con el sensacionalismo del 'Daily Mail' que funcionó en 'La noria'

Eneko Ruiz Jiménez
Sábado Deluxe.
Sábado Deluxe.

Telecinco ha pedido para el fin de semana una orden de alejamiento a Sálvame. El Deluxe ha dejado atrás los viernes y cualquier referencia a su famoso nombre. Una noche a la semana, Gabriel Rufián sustituye a Belén Esteban y Kiko Matamoros deja paso a Fernando Sánchez Dragó, invitados al plató este sábado para que hablen como autoridad en buenas y malas madres. El saloncito donde se come, grita y se habla por el móvil se ha transformado en una solemne mesa de cristal, Conchita y su polígrafo se han inscrito en el paro y ese público de aseñoradas mujeres siempre dispuesto a entrar al trapo se ha quedado sin sus risas escatológicas a costa de las novias de Paquirrín. El lujo cutre sigue ahí, pero ahora Sálvame es simplemente Sábado. Cualquier parecido será casualidad.

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Aquí somos elegantes, pero sin pasarse. Jorge Javier Vázquez no empezará de repente a conducir debates sobre corrupción y grandes coloquios económicos. En Sábado Deluxe se tratan temas de sociedad "serios" de rápido digerir. Hay hueco para ataques a madres descreídas como Samanta Villar, una entrevista buenrollera con Lucía Bosé sobre su nieta muerta, la adicción a la cocaína de Alonso Caparrós o —si logras aguantar cinco horas frente al televisor— un invitado que se ha sometido a más de 50 operaciones de cirugía estética. Sí, un personaje de esos que paseaban con Cárdenas en Crónicas marcianas, carne de depresión y burla barata, puede aparecer entre sueño y sueño a las 02.00.

Sábado Deluxe quiere combatir con laSexta Noche olvidándose del corazón y de la vida privada de sus contertulios, pero manteniendo su tono. No tienen a Inda ni a Marhuenda, pero han pasado por Primark para encargar un paquete 2x1 de polemistas profesionales dispuestas a desvivirse por todo. Pilar Rahola y Paloma Zorrilla frente a frente: Asalto 250. ¿A quién vas a llamar si no? ¿A Revilla?

El viernes está perdido ante el entretenimiento familiar de Antena 3, así que Telecinco trata de matar dos pájaros de un tiro para revitalizar la franja del sábado con el sensacionalismo del Daily Mail que funcionó en La noria (allí también discutían Zorrilla y Rahola, claro). De momento, la audiencia lo ha coronado con la victoria por encima de la película de Antena 3, pero habrá que esperar a que pase la curiosidad para ver si el espectador habitual de Telecinco tiene la paciencia de aguantar este espectáculo sábado a sábado sin tirar del alcohol ni de reggaeton.

Y es que, pese a querer manchar con el espíritu Sálvame temas ajenos al diario, todo se cubre bajo un tono inane y aburrido, con ganchos herederos de Aquí hay tomate y personajes escondidos a trasluz. Sábado Deluxe busca encontrar su lugar entre la tierra de lo grotesco y lo elegante. Y, sin embargo, en su primer programa el debate acaba siendo soporífero. Todos están de acuerdo. Ni siquiera una mención al tardofranquismo de Rufián (tardó un tiempo récord de 10 segundos en hacerla) pudo levantar los ánimos, perdiendo así la única virtud de Sálvame: nunca aburrir.

Si nada de esto funciona, todos sabemos que Telecinco acabará llamando a sus sospechosos habituales. Quizás este sea un nuevo tiempo. Quizás Sánchez Dragó y Nieves Herrero acaben en Gran Hermano Vip mientras el político de ERC detalla sus broncas con la tardofranquista Pantoja y sus problemas de cuernos con Tardá (habría que preguntar a los estrategas del partido, por cierto, dónde se ubica esta nueva maniobra de hacer a Rufián una estrella mainstream casposo). Si le han quitado el puesto a Belén Esteban para hablar de malas madres, todo es posible. Sálvame ha perdido su nombre. El Deluxe sigue ahí. Todo es lujo.

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Sobre la firma

Eneko Ruiz Jiménez
Es periodista en la sección de redes sociales, aunque lo que más le gusta es hablar de cine, series y cómics. No sabe montar en bicicleta.

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