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Oleg Sentsov: un cineasta en prisión

Un documental ilustra la farsa del juicio al director ucranio, acusado de terrorismo y que hoy cumple 20 años de cárcel en Siberia

Gregorio Belinchón
Oleg Sentsov, durante su juicio en 2014.
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En algún lugar de Siberia, en un campo de prisión, a bastantes grados bajo cero, sobrevive internado el cineasta Oleg Sentsov, condenado por terrorismo con 20 años de cárcel. En cada gran festival, sus compañeros de profesión y la Academia Europea de Cine (EFA) realizan un acto en protesta por su situación. Desde el mismo momento de su detención hasta ayer, cuando Agnieszka Holland, Volker Schlöndorff y el director de la Berlinale, Dieter Kosslick, apoyaron el estreno del documental The Trial: The State of Russian vs Oleg Sentsov, que se proyectaba por primera vez en público.

El filme, del cineasta ruso Askold Kurov, documentalista con ya cinco largos a sus espaldas, muestra lo corrupto de un juicio organizado para construir un pasado de terrorista a Sentsov. El cineasta se hizo popular en Europa -y estrella en Rusia- con su película Gamer en 2011. Nacido en Crimea, pero de familia y pasaporte ruso, durante la crisis de Crimea de 2014 se convirtió en referente del movimiento AutoMaiden, proporcionando alimentos y ropa a los protestantes hasta que el 11 de mayo de 2014 fue detenido y acusado de organizar y liderar un comando terrorista que iba a realizar varios atentados y de traficar con armas. Todo, según dos de sus colaboradores, que le acusan tras días de torturas. El mismo Sentsov fue torturado, aunque no llego a realizar ninguna declaración.

Juicio a Sentsov (con camiseta blanca).
Juicio a Sentsov (con camiseta blanca).

"Lo más ridículo del asunto", cuenta Kurov, "es que según las autoridades iban a volar por los aires una estatua de Lenin en Kiev. Es una estatua ridícula, pequeña, en la que Lenin está sentado en la mitad de un banco. En la otra parte estaba Stalin, aunque cuando este murió, cortaron por la mitad el monumento y fundieron ese trozo". Kurov conocía personalmente a Sentsov de cuando presentó Gamer en Moscú: desde entonces se habían comunicado vía Facebook. "Por eso cuando empecé a filmar estaba abierto a la posibilidad de que fuera culpable. Ni las pruebas ni su carácter, irónico, encajan con ello. Puestos a explotar algo, lo hubiera hecho a lo grande".

Otro momento delirante aparece cuando durante el proceso judicial le enseñan tres películas de tintes fascistas -según el tribunal- que pertenecen a Sentsov, y este les responde: "Por mi trabajo tengo más de 5.000 DVD en casa. Y las hay de cualquier tipo". Sentsov abraza sin complejos el papel de preso político, aunque a cambio eso le destrozará su vida privada, y le aleja de sus dos hijos adolescentes.

Proyección ayer en Berlín de 'The Trial: The State of Russia vs Oleg Sentsov".
Proyección ayer en Berlín de 'The Trial: The State of Russia vs Oleg Sentsov".

El filme avanza en orden cronológico, demostrando cómo Sentsov es una presa más del sistema ruso de represión. "Él es el más conocido de los presos políticos, es el intelectual que condenan para que quede claro que pueden hacer lo que les plazca", asegura Kurov. "Sabe que estoy aquí, está feliz porque se conozca su situación, según me cuenta su prima, ya que solo la familia puede visitarle, y sigue trabajando: ha escrito cinco guiones en prisión". Pero, ¿puede cambiar la situación? "No, salvo que entre en un intercambio de presos con Estados Unidos". Ningún llamamiento popular puede reblandecer a Vladímir Putin, como enseña el documental. En un momento dado Alexander Sokurov, uno de los grandes del cine actual ruso, le pide clemencia al presidente de Rusia: "Es terrible. Lo hizo en un encuentro en San Petersburgo de gente de la cultura con Putin. Y Sokurov es valiente, pero en sus palabras se nota el miedo, le mendiga un perdón. Ilustra mucho cómo vivimos en Rusia". Kurov vive en Moscú: ¿no tiene miedo a las represalias? "No. El documental acaba de comenzar su andadura, veremos qué otros festivales quieren mostrarlo, aunque seguro que el siguiente paso es proyectarlo en Kiev. En cuanto a mí, bueno, soy como la chica que saca un cartel donde se lee: 'Estoy aterrorizada, pero no asustada".

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Sobre la firma

Gregorio Belinchón
Es redactor de la sección de Cultura, especializado en cine. En el diario trabajó antes en Babelia, El Espectador y Tentaciones. Empezó en radios locales de Madrid, y ha colaborado en diversas publicaciones cinematográficas como Cinemanía o Academia. Es licenciado en Periodismo por la Universidad Complutense y Máster en Relaciones Internacionales.

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