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La pantalla pequeña paga a la grande

Las películas producidas por Mediaset y Atresmedia suponen casi el 80% de la taquilla del cine español y suman 43 candidaturas a los Goya

Tommaso Koch
Un fotograma de 'Un monstruo viene a verme', coproducida por Telecinco Cinema.
Un fotograma de 'Un monstruo viene a verme', coproducida por Telecinco Cinema.

Hubo muchos años de lágrimas. Pero, en 2014, el cine español recuperó la sonrisa. El fenómeno Ocho apellidos vascos y el récord de cuota de mercado (25,5%) levantaron a un sector en el fondo del pozo. A partir de ahí, la industria empezó a escalar, agarrándose a varias certezas: cada año, más de 100 millones de recaudación, al menos cinco filmes nacionales por encima del millón de espectadores, y uno de ellos en lo más alto de la taquilla. ¿Se debe a los Ocho apellidos, a J. A. Bayona, a las comedias? Sin duda. Aunque hay otra constante, según los números. En estos tres años casi el 80% de la taquilla del cine español procedía de películas (co)producidas por Telecinco Cinema y Atresmedia Cine. Las mismas compañías que, por cierto, participan en tres de las cinco favoritas a los Goya de este sábado y suman 43 nominaciones.

De ahí que surja una pregunta: ¿tener el apoyo de un coloso audiovisual es imprescindible para hacer cine visible en España? “Para rodar una película con un poco más de ambición y presupuesto, necesitas una televisión”, contestaba Salvador Calvo en el reciente cóctel de nominados de los Goya. Su debut en el cine, 1898. Los últimos de Filipinas, por ejemplo, cuenta con 13 TV. “Tal y como está el panorama, resulta necesario”, señalaba Paco León, director de Kiki, el amor se hace (Telecinco Cinema). Y Mariano Barroso, vicepresidente de la Academia de Cine, reconocía: “Parece que alguna televisión hace falta”.

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Ante un presupuesto medio de 1,6 millones (en datos de Fapae, la confederación de productores), una televisión sólida permite apuntar a otros horizontes. “Los franceses tienen dinero para hacer grandes películas. Nosotros no, salvo que lo ponga Mediaset”, resume Ramon Colom, presidente de Fapae. Además, la colaboración de Telecinco o Antena3 se refleja en una publicidad masiva. “Este milagro del cine español se debe parcialmente o en buena parte a la promoción de esas emisoras”, agrega Colom. ¿Cuántos espectadores aún recuerdan los anuncios en la pantalla pequeña de que en la grande se proyectaban Lo imposible o El Niño?

Aunque cada spot multiplicaba a la vez la rabia de ciertos sectores. “Hay productores a los que les gustaría que se prohibiese la promoción en cadenas televisivas. Todo el mundo quiere que le publiciten la película igual que a Bayona [Un monstruo viene a verme es producida por Telecinco Cinema], pero eso cambia las reglas del juego. Es imposible”, añade Colom. Pero un dominio tan claro de dos compañías sí lleva algunos a preguntarse por los efectos adversos. Por ejemplo, si se premia solo el cine comercial. “Los proyectos que no entren en ese cupo tienen menos espacio y visibilidad”, afirmaba en el cóctel de nominados Carlos Santos, intérprete de El hombre de las mil caras, producida por Atresmedia Cine.

A la espera de más colosos

Gigantes como HBO, Amazon y Netflix ya han aterrizado en España. La tercera hasta ha producido su primer filme nacional, 7 años. Pero al ser emisoras on line todavía no ha quedado legalmente claro si deben invertir el 5% de sus ingresos en cine europeo, como las cadenas tradicionales. El Ministro de Cultura, Íñigo Méndez de Vigo, se mostró a favor, hace cuatro días: "Es una buena idea. La financiación es parte del problema del cine español y todos tenemos que contribuir a darle ánimo".

Desde Atresmedia Cine y Telecinco Cinema lanzan el mismo mensaje: que paguen todos o que se levante la obligación del 5%. Aunque Ghislain Barrois, consejero delegado de Telecinco Cinema, apunta: “El tejido industrial español es más pequeño que otros países. A ver cómo se traduce en la práctica que Netflix o Amazon produzcan cine aquí. El riesgo es que destrocen el mercado. Telefónica por sí sola está poniendo en marcha una decena de series. Y ellos pescan talento y actores en el mismo espacio que nosotros. Y donde también pescaría Netflix, pero no con la caña, sino con dinamita”.

Desde 1999, la Ley obliga las emisoras de televisión a invertir el 5% de sus ingresos en cine europeo. La elección, eso sí, es a discreción de las cadenas. He escuchado varias veces decir que le gustaría que le aclarasen si ese 5% es para apoyar a la industria o para hacer películas para el prime time. No es lo mismo: en el primer caso, el propio sector debería decidir los filmes elegidos”, reivindica Colom, quien subraya aún así que Un monstruo viene a verme o El hombre de las mil caras son ejemplos “dignos de respeto” de cine producido por los dos colosos.

Ambas productoras desmienten estar encasilladas en lo comercial. “No tenemos ningún patrón específico”, defiende Álvaro Augustin, director general de Telecinco Cinema. “Elegimos pensando en los espectadores en sala”, añade Ghislain Barrois, consejero delegado de la misma compañía. Y Mikel Lejarza, presidente de Atresmedia Cine, hace hincapié en que producen filmes de cineastas con sello personal como Alberto Rodríguez o Fernando Trueba. Aunque reconoce: “Nuestro cliente preferencial es la televisión generalista de nuestro grupo. Por tanto escogemos películas que puedan funcionar allí. Y el segundo criterio es la rentabilidad”.

Tanto él como Barrois reivindican además que, lejos de reducir el espacio para otros filmes, han ampliado el abanico para todos. Y repiten que es normal que pocos largos, producidos por grandes grupos, copen buena parte de la taquilla, como también ocurre en EE UU. “Lo que hemos conseguido estos últimos años es mágico. Y nuestro trabajo ha sido importante para que el cine español en general se haga un hueco”; afirma Barrois.

“Los que ponen dinero quieren enormes éxitos. Solo las televisiones públicas producen filmes que no están llamados a eso. Dudo mucho de que una cadena privada apoyaría Tarde para la Ira, responde Colom. Lo cierto es que para levantar su ópera prima, ahora una de las favoritas a los Goya, Raúl Arévalo se reunió con Telecinco Cinema. “Le dimos muchas vueltas, nos apetecía. Pero era una película pequeña, complicada, áspera. Finalmente le dijimos que no”, defiende Agustín. TVE, en cambio, sí dio su respaldo al cineasta.

“Tenemos tan poco apoyo que el cine español se ha convertido en el cine español de las televisiones privadas. Es perverso no que las cadenas sean sus productoras, sino que sean su base”, declaraba a este diario Bayona. Y eso que el cineasta ha contado con Telecinco Cinema en sus tres filmes hasta la fecha. “Es muy difícil hacer cine fuera de la televisión. Y la nueva ley tiende a premiarte si tienes potencia industrial. Nosotros rodamos películas que hoy no entrarían en ese modelo de financiación”, terciaba en la fiesta de nominados Agustín Almodóvar, productor y hermano de Pedro, aspirantes al Goya con Julieta, y sin emisoras detrás. “Tampoco habría recibido ayudas públicas Blancanieves”, agregaba. Aun así el filme de Pablo Berger salió adelante y arrasó en la gala de 2013. ¿Y dónde anda el director desde entonces? Preparando su nuevo filme, Abracadabra. Seguro que pronto lo verán en los anuncios: lo produce Atresmedia Cine.

Reportaje con información de José Manuel Abad Liñán.

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Sobre la firma

Tommaso Koch
Redactor de Cultura. Se dedica a temas de cine, cómics, derechos de autor, política cultural, literatura y videojuegos, además de casos judiciales que tengan que ver con el sector artístico. Es licenciado en Ciencias Políticas por la Universidad Roma Tre y Máster de periodismo de El País. Nació en Roma, pero hace tiempo que se considera itañol.

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