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Un año de diversidad acaba con el #OscarsSoWhite

La de 2017 es la lista de candidatos más plural en una década

Secuencia de 'Figuras ocultas'.
Secuencia de 'Figuras ocultas'.
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Películas con 11 nominaciones y ningún Oscar

Los Oscar más blancos son historia del pasado. La nueva edición de los galardones más codiciados de la industria del cine demostraron este año su verdadero color, el de la diversidad. Una edición histórica que cuenta con la lista de candidatos más plural en una década. Como si estuviera preparado (aunque el orden fue alfabético), la Academia empezó la lectura de sus candidaturas con la de Mahershala Ali como mejor actor de reparto y acabó con la de Moonlight como una de las nueve nominadas a mejor película del año. Entre medias y como era esperado La ciudad de las estrellas (La La Land) barrió en todas las categorías que pudo, con un total de 14 nominaciones, lo que sitúa a esta carta de amor musical al antiguo Hollywood y a la ciudad de Los Ángeles en un empate histórico con Titanic y Eva al desnudo. Pero en esta edición todas las categorías artísticas mostraron la pluralidad racial que había brillado por su ausencia en los dos últimos años.

Era la meta de la Academia. La presidenta Cheryl Boone Isaacs, la única negra en su junta directiva, había prometido “cambios sustanciales” en esta organización tras ser duramente criticados como un grupo de hombres blancos de avanzada edad. La consigna fue diversidad. Y la acción, invitar a una nueva cosecha de miembros donde el 30 por ciento fueron mujeres y un 15 por ciento no blancos. La clase de candidatos al Oscar del 2017 es una muestra de que el empeño ha logrado sus frutos.

Hoy la Academia hizo historia en varias categorías. Entre ellas la de mejor guión adaptado donde por primera vez fueron nominados tres autores negros: Barry Jenkins y Tarell McCraney por Moonlight y el ya fallecido August Wilson por Fences. Frente al despliegue de medios, música y colores de La ciudad de las estrellas (La La Land), la intimista historia de Moonlight consiguió un total de ocho candidaturas al Oscar: Mejor película, guión adaptado, actor secundario (Ali), fotografía, montaje, banda sonora, dirección (también para Jenkins) y actriz de reparto, para Naomie Harris. En el caso de Fences, el último trabajo de Denzel Washington como director consiguió un total de cuatro candidaturas incluida la de Washington como mejor actor y Viola Davis como mejor actriz de reparto además de película y guión adaptado. La categoría de mejor actriz de reparto también hizo historia con tres candidatas negras y junto a Harris y Davis está Octavia Spencer, de nuevo aspirante al Oscar en esta ocasión por su trabajo en Figuras ocultas, filme centrado en la verdadera historia de un grupo de matemáticas negras cuya ayuda fue fundamental en la carrera espacial en medio de una América segregada.

Otra categoría histórica fue la de mejor documental donde tres de las obras reflejaron diferentes aspectos de la sociedad estadounidense y sus relaciones raciales. De esta forma compiten por la estatuilla obras del calibre social y cinematográfico como 13th, de Ava DuVernay, I Am Not Your Negro, de Raoul Peck y O.J.: Made in America de Ezra Edelman. Y junto con la nuevamente nominada Meryl Streep batiendo sus propios récords, la Academia reconoció el trabajo de la recién llegada Ruth Negga como mejor actriz con Loving

La diversidad no se limitó a reflejar la presencia del talento afroamericano en el cine. Su presencia se extendió a actores como Dev Patel, nacido en Londres de padres keniatas con raíces en la India, que defiende la candidatura como mejor actor de reparto por Lion, filme que narra la historia de un niño perdido en busca de sus orígenes.

A pesar de los esfuerzos de la Academia por reflejar a los hispanos contando con dos pesos pesados como los mexicanos Guillermo del Toro y Demian Bichir en el anuncio de las categorías, en estos Oscar no se habló español. O mejor dicho, no se habló mucho español. Porque si bien faltaron películas hispanas en la categoría de mejor película en lengua no inglesa y el chileno Pablo Larraín no logró su candidatura como mejor director por Jackie, hubo quien representó la lengua de Cervantes. Entre ellos esa amalgama de actor que es Viggo Mortensen, neoyorquino de padre danés que vivió en Venezuela, Argentina y, ahora, en Madrid. Mortensen vuelve a pasar este año por los Oscar, la segunda candidatura de su carrera en este caso gracias a la película Capitan Fantastic. El hueco anualmente reservado para el tres veces ganador del Oscar como director de fotografía, el mexicano Emmanuel Lubezki, lo ocupó esta edición el también “defectuoso” (como llaman con humor a los nacidos en el Distrito Federal mexicano) Rodrigo Prieto por la exquisitez de su trabajo en la última película de Martin Scorsese, Silencio.

Además el español Juanjo Giménez consiguió una candidatura al mejor cortometraje por el humor de Timecode. El corto documental Watani: My Homeland cuenta con la dirección de otro hispanohablante: Marcel Mettelsiefen, alemán de madre ecuatoriana y residente en Barcelona. E incluso La ciudad de las estrellas (La La Land) contó con esa gota española que puso Anele Onyekwere Gómez en la producción. El natural de Baza de padre nigeriano fue editor musical adicional, refuerzo en un proyecto que ahora ha hecho historia con sus 14 candidaturas, incluida la de montaje de sonido.

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