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Columna
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Canillejas

‘Caos F.C.’ podría haberse llamado ‘Pesadilla en el vestuario’ pues la labor de Robinson y Ruiz les asemeja al popular Chicote

Ángel S. Harguindey

Cuando John Huston rodó Evasión o victoria, una de sus películas alimenticias, filmó 20 o 30 goles de los dos equipos. No se sabía cuál de los dos ganaría, si los prisioneros del campo de concentración o los guardianes nazis. Lo decidiría en la moviola. Cuando Michael Robinson y Raúl Ruiz, con la inestimable ayuda de Rafa Alkorta, realizaron el capítulo Canillejas C. F. de su serie Caos F. C., (los jueves en #0) se supo que perdieron en el partido contra el líder de la Tercera Regional. Daba igual. Lo importante era la semana previa, las historias personales de los jugadores de un barrio obrero madrileño con un gran índice de paro, un campo de tierra y una equipación tercermundista. Fútbol es fútbol.

La idea, y el programa, son espléndidos como todos los de Robinson: una mirada humana sobre el deporte, en la que tan importante como el resultado es comprobar las miserias y grandezas de quienes compiten y, a la vez, mostrar el contexto en el que se desenvuelven. Jugadores aficionados que se concentran antes del partido en el bar Neptuno, que viajaron conjuntamente por primera vez en un autobús y que encierran unas situaciones propias extraordinarias. Berro, por ejemplo, es un portero con artritis en los pies y agorafobia. Parece un chiste, pero para él es una terapia imprescindible por más que, como señalaba Raúl Ruiz, “no para ni un taxi”. Una semana después demostró poseer los conocimientos básicos de la portería.

Caos F. C. podría haberse llamado también Pesadilla en el vestuario, pues la labor de Robinson, Ruiz y el entrenador invitado les asemeja al popular Chicote, con una diferencia: no juegan como oficio sino como diversión, como evasión y victoria para superar la desesperanza de quienes viven en un país cuyos dirigentes presumen de éxito y eficacia económica, pero en el que periódica y espontáneamente se llenan cajas y cajas en los supermercados para los comedores benéficos.

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