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El cubano José Martí aspiraba a “la América grande”. Simón Bolívar confiaba en la unidad de sus pueblos como un “inexorable decreto del destino”. José Vasconcelos vaticinó una mística confluencia mestiza. El también filósofo mexicano Leopoldo Zea la concebía más bien como un eco y una sombra de Occidente. Mientras que para el marxista peruano José Carlos Mariátegui, las razas latinoamericanas serían el faro hacia la revolución final.

A toda esta colección de padres fundadores –y a sus herederos– rendirá un homenaje velado el certamen editorial en español más grande del mundo. Desde Tijuana a la Patagonia, el galimatías latinoamericano será la columna vertebral de la Feria Internacional del Libro de Guadalajara en su 30 aniversario.

Por primera vez, no hay un solo país invitado que galvanice el programa. Habrá una senda, pero será una feria multipolar. Durante nueve días, desde este sábado hasta el domingo 4 de diciembre, 650 autores de 44 países se repartirán entre los 34.000 metros cuadrados del evento. El eje: las mesas sobre las letras de la región: ¡Viva América Latina! Más allá del boom; Centroamérica cuenta; Latinoamérica ¿sale del clóset? Algunos nombres: Mario Vargas Llosa, Leonardo Padura, Enrique Krauze, Héctor Aguilar Camín, Laura Restrepo, Gioconda Belli, Santiago Rocangliolo.

“Ahora que la actualidad política nos pega un baño de agua fría, queremos reflexionar sobre qué diablos es Latinoamérica y su literatura. Esa gran abstracción que está en el imaginario colectivo. Una va de Ciudad de México a Buenos Aires y no tiene nada que ver. Pero de repente la tocas cuando en un pequeño zocalito está sonando Juan Gabriel o con figuras transversales como García Márquez”, dice Marisol Schulz, directora de la feria. El programa de este año recoge y amplía la oferta multidisciplinar: conciertos, teatro, artes visuales, ciencia.

El reconocimiento al escritor rumano Norman Manea (Bucovina, 1936), ganador del Premio FIL de Lenguas Romances, servirá de fogonazo de apertura. De familia judía, la vida y la obra de este autor de ensayos y novelas están atravesadas por los grandes hitos del siglo XX. Entre la plantilla de autores no latinoamericanos se encuentran el estadounidense John Irving, el italiano Roberto Calasso o los españoles Antonio Gamoneda, Rosa Montero y Manuel Rivas.

En la efeméride de la feria también será homenajeado Mario Vargas Llosa por su 80 cumpleaños y el diario EL PAÍS por su 40 aniversario. Camilo José Cela y Elena Garro serán recordados en su centenario e Ignacio Padilla, fallecido este año, recibirá el reconocimiento de sus compañeros mexicanos de la generación del crack.

Más allá del tronco lingüístico del español, las lenguas indígenas tendrán también una importante presencia. “El protagonismo de América Latina tiene que ver con su diversidad y su multiculturalidad. Hay pueblos que solo hablan su propia lengua y no el español”, añade Schulz. Los encuentros han sido preparados por un comité de historiadores y lingüistas, entre los que se encuentran Ofelia Medina, Miguel León Portilla y Rodolfo Stavenhagen.

Cerca de 800.000 personas visitarán la feria durante su aniversario. 20.000 profesionales del mundo del libro -editores, bibliotecarios, traductores, agentes, ilustradores, libreros, distribuidores- de 27 países. 125 empresas buscarán hacer negocio con los 400.000 títulos en 23 leguas distintas. “Tenemos que seguir profundizando en la internacionalización, la diversificación y la originalidad. La feria no puede crecer cuantitativamente sino cualitativamente. Tenemos que estar mirando al público, escuchar los cambios de consumo cultural”, apunta la directora. Por eso han buscado un hueco por tercer año a los Booktubers, esos jóvenes que prefieren los libros a los videojuegos para colocarse delante de una cámara y subirlo después a internet.