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El principio del fin de ‘The Fall’

Arranca en Reino Unido la tercera temporada de la inquietante 'La caza'

Casi dos años después de que la caza de un asesino en serie con los rasgos del apuesto actor Jamie Dornan alcanzara su clímax televisivo, la serie británica The Fall acaba de regresar a las pantallas de la BBC (en España, AXN emitirá en breve esta tercera y última temporada) para reeditar el tenso duelo entre la detective encarnada por Gillian Anderson y su siniestra presa. ¿Cómo se las ingeniarán los artífices del thriller policiaco para mantener el alto voltaje de ese pulso, una vez ya detenido el psicópata que aterrorizaba a las mujeres de Belfast? El estreno de la tercera temporada en el Reino Unido no ha despejado todavía la incógnita, aunque los seguidores más pacientes habrán leído entrelíneas un próximo giro argumental servido por los personajes secundarios de la historia... (Atención, spoilers a partir de aquí).

La extraña y fascinante química entre los personajes de Anderson y Dornan, en un juego del gato y el ratón donde ambos se miden de igual a igual a pesar de la misoginia patológica de él, ha sido el eje de una serie especialmente exitosa según los parámetros del segundo canal de la televisión pública británica. Más de 2,5 millones de televidentes (12,7% del share en horario nocturno de máxima audiencia) siguieron pegados a su asiento el desenlace de la segunda entrega, en la que el asesino de mujeres Paul Spector resulta herido de gravedad durante su arresto. Así sigue, debatiéndose entre la vida y la muerte, en el arraque de la nueva entrega cuyo ritmo extremadamente pausado nos muestra a la inspectora Stella reducida a la espera en el entorno hospitalario.

La detective especializada en ciencias del comportamiento, enviada en el arranque de la serie a Irlanda del Norte como analista de un caso puntual en el que acabará identificando a al asesino en serie Spector, necesita ahora que ese oponente finalmente reducido siga con vida para poder llevarlo ante la justicia. Algún crítico británico ha bromeado con el caché de Jamie Dornan (un exmodelo que cotiza muy alto en el cine gracias a la película 50 sombras de Grey), "desperdiciado" en el primer capítulo de la tercera temporada porque apenas mueve un músculo a lo largo de casi una hora de primer episodio en el que yace en la cama de un hospital bajo estricta vigilancia policial.

Toda la crítica da por hecho que esa encarnación de un ángel diurno —devoto padre de familia y trabajador en los servicios sociales— que por la noche se transformaba en un monstruo sobrevivirá en beneficio de la serie, bautizada en España como La caza. En el interín, los espectadores del primer capítulo hemos visto el impacto que ha tenido en su mujer y en su hija pequeña el descubir su verdadero y macabro rostro y, en lo que parece más revelante para la futura trama, cómo una suerte de Lolita fascinada con Spector (la vecina adolescente Katie) empieza a maquinar para intentar ayudarle.

Pero la función sigue perteneciendo a la cerebral Stella, uno de los mejores personajes femeninos de los últimos timpos televisivos a cargo de Gillian Anderson (la Scully de Expediente X), que ahora deberá lidiar con unos superiores críticos con su forma de llevar el caso. Esta detective que vive una sexualidad abierta y sabe poner a los hombres en su sitio es probablemente el gran hallazago de La caza, una de las principales bazas de la BBC en esta temporada y que pronto tendrá su primer remake en Francia, de la mano de Emmanuelle Seigner y Melvil Poupard.

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