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Wagner Moura: “Los estadounidenses estuvieron involucrados en todo lo que pasó en Latinoamérica”

El actor brasileño vuelve a meterse en la piel de Pablo Escobar en la segunda temporada de 'Narcos'

En el Paseo de la Castellana de Madrid, el sol pega duro en pleno mes de julio. En el hotel Villa Magna, uno de los más caros de la ciudad, se aloja quien interpreta al narcotraficante más sanguinario de Colombia. Wagner Moura (Salvador de Bahía, 1976) se levanta de la butaca que ocupa el salón de la suite donde ha pasado la noche y estrecha la mano con firmeza, mirando a los ojos: “¿Cómo está, compañero?”.

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Del bigote de Escobar, su personaje en Narcos, el gran éxito de Netflix, no queda rastro. Ahora una barba fina de pocos días puebla el rostro ancho del actor brasileño. Su figura también carece de la barriga del narcotraficante —engordó 20 kilos para el papel— y su sonrisa tímida al ser preguntado por cómo va su mañana deja claro que no estamos ante el terrible colombiano, sino frente a un camaleón de la escena.

“Ya todos se fueron”, se le oye pronunciar en uno de los episodios de la segunda temporada de Narcos. Ya apenas quedan coletazos de furia del que fuera el más temido, y al mismo tiempo idolatrado, de Colombia; “ya no es el hombre poderoso que conocimos. Escobar va a lidiar con emociones que no vimos en la primera temporada”, señala el actor.

Lo pausado del hablar de Moura, en un correctísimo español con sabor a Medellín, y su interés por la actualidad colombiana son el reflejo de la complicada preparación que tuvo que seguir cuando José Padilha, el productor ejecutivo de la serie, lo llamó. “Fue muy inspirador estar allí y ver un país que se reconstruyó tan rápidamente en 25 años”, apunta sobre su experiencia en tierras colombianas.

Wagner Moura y Paulina Gaitan, en 'Narcos'.
Wagner Moura y Paulina Gaitan, en 'Narcos'.

El brasileño contrapone el proceso de paz con las FARC con el pasado de su país: “Yo vengo de un país que vivió bajo una dictadura militar y que cuando esta acabó hubo una cosa llamada amnistía. En esa ley, todos los militares que torturaron, que mataron, fueron perdonados. No hubo nada ni siquiera parecido con la justicia transicional colombiana. Veo con muy buenos ojos el proceso de paz”.

A vueltas con el acento

Su acento fue la principal crítica de la primera temporada de la serie de Netflix. Para él no es lo más importante. “Lo que me importa es el aspecto ético que hemos tenido con la historia colombiana. Está claro que no hablo el español como una persona que nació en Medellín, que tenemos actores con acentos completamente variados que vienen de México, Colombia, Venezuela, Perú, España, Chile… Pero Narcos es más que eso, es el respeto por la historia de un país que ha sufrido”.

- ¿Qué hay de usted en ese Pablo Escobar?

- Mucho [risas]. Siempre que veo un actor que dice: “Uy, yo no tengo nada que ver con ese personaje que hice”, no lo creo. Los personajes son una mezcla entre lo que uno estudia sobre ellos y descubre y las emociones que uno tiene. En esos momentos en que Pablo está lidiando con el fracaso, con la soledad, con la tristeza, con el punto en que uno se rompe emocionalmente… yo me puse en esa situación. Nunca traté de imitar a Pablo, porque al final es una mezcla, es la manera en que uno ve un personaje.

Wagner Moura, en 'Narcos'.
Wagner Moura, en 'Narcos'.

Moura es tajante con el reclamo del hermano de Escobar, Roberto, para revisar la segunda temporada de Narcos. "Netflix es quien tiene que gestionarlo. Pero dice cosas muy raras. Primeramente, él no está en la serie. No existe ese personaje en Narcos. Después dijo que es la única persona viva de la familia de Pablo, pero el hijo, la hija y la mujer de Pablo están vivos. Y dijo algo muy gracioso: 'Y Wagner Moura seguro nunca traficó con droga y nunca ha lavado dinero en su vida'. [Risas] Bueno, él tiene toda la razón".

En mitad de los asesinatos, las drogas y la lucha entre aquellos carteles de los ochenta y noventa, la definición de héroe bailaba de puntillas entre matices. Moura tiene claro que “los héroes son justamente las víctimas de la guerra, eso se ve muy claro en Narcos y yo tengo mucho orgullo de ello. Como Rodrigo Lara Bonilla, el ministro de Justicia; como Luis Carlos Galán, asesinado por Escobar; como el mismo presidente Gaviria…. Los héroes son los colombianos”.

Narcos no es una serie sobre dos policías norteamericanos buenos que fueron a un país a matar bandidos. Los estadounidenses estuvieron involucrados en todo lo que pasó en Latinoamérica, desde las dictaduras de Argentina, Chile, Perú y Brasil… hasta lo que pasó en Colombia con el narcotráfico, porque el 80% de la cocaína era consumida en EE UU. Por eso Steve Murphy y Javier Peña —los agentes de la DEA— no son los good guys.

Un cuscús y una ensalada César encargados por el equipo que le acompaña le esperan. De su chaqueta negra, camisa negra y pantalones oscuros solo destacan dos anillos, uno en cada mano. Se mueven brillantes cuando gesticula para acompañar sus palabras. No hay rastro de Escobar en Moura. Pero sí lo habrá de Moura en la figura de Escobar tras esta segunda temporada.

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