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La isla de los presidentes y de una extraña lengua de signos

El clan Kennedy, los Clinton y los Obama han hallado su paraíso estival en Martha's Vineyard

El puerto de Edgartown, en la isla Martha’s Vineyard (Massachusetts).
El puerto de Edgartown, en la isla Martha’s Vineyard (Massachusetts). AGE
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Ha sido protagonista inesperada de una película, escena de accidentes y tragedias con apellido Kennedy, lugar de vacaciones, escenario de fiestas de recaudación para campañas políticas, destino de esclavos liberados hace dos siglos y la misteriosa cuna de un lenguaje de signos ancestral en Estados Unidos. Es la isla de Martha’s Vineyard, ubicada en la costa este, en Massachusetts, y donde Barack Obama celebra junto a su familia sus últimas vacaciones de verano como presidente.

Obama ha elegido el mismo destino para sus vacaciones desde que es presidente, con una sola excepción, 2012, cuando se jugaba la reelección contra Mitt Romney. Este verano, la primera de los Obama en llegar ha sido Sasha, la hija menor, que ha trabajado unas semanas en un restaurante local. El resto de la familia, incluidos sus dos perros, se unieron el pasado sábado tras celebrar el 55 cumpleaños del presidente y se quedarán hasta el 21. Martha’s Vineyard ha sido testigo del partido de golf número 300 que juega el presidente —el recuento lo lleva un periodista de CBS— acompañado de figuras de la NBA como Stephen Curry o Chris Paul. El presidente estadounidense, uno de sus últimos adeptos, la ha definido a The New York Times como “uno de esos lugares mágicos donde se reúnen personas de todos los lugares y se tratan como iguales”.

Obama comenzó sus últimas vacaciones como presidente sabiendo que la aspirante demócrata, Hillary Clinton, sigue liderando en las encuestas. Martha’s Vineyard no es un lugar desconocido para los Clinton, y el 20, un día antes de que Obama regrese a Washington, la demócrata asistirá a una cena (entre 1.000 y 27.000 dólares el cubierto) para recaudar fondos para su campaña. Su rival, Donald Trump, no está muy lejos. Según The Huffington Post, el aspirante republicano ha celebrado un evento similar en la cercana isla de Nantucket, con entradas algo más caras, de 2.700 a 50.000 dólares.

Bill y ‘Buddy’

El nombre de la localidad Martha’s Vineyard aparece en dos memorias publicadas por dos políticos estadounidenses, miembros de un matrimonio que puede hacer historia en noviembre, si Hillary Clinton se convierte en la primera mujer presidenta de Estados Unidos y en la primera en conseguirlo después de ser primera dama. La isla fue el destino de las vacaciones de la familia Clinton después de que él testificase por el escándalo Lewinsky en 1998. Hillary Clinton escribió en sus memorias Living History: “También vino Buddy, el perro, para hacer compañía a Bill. Era el único miembro de la familia que todavía quería ir”.

García Márquez (segundo por la izquierda), los Clinton (en el centro) y Carlos Fuentes (a la derecha), en Martha’s Vineyard en agosto de 1994
García Márquez (segundo por la izquierda), los Clinton (en el centro) y Carlos Fuentes (a la derecha), en Martha’s Vineyard en agosto de 1994

El escritor colombiano Gabriel García Márquez cenó en Martha’s Vineyard con Bill Clinton, su esposa, el autor mexicano Carlos Fuentes y el excanciller mexicano Bernardo Sepúlveda. García Márquez traía un mensaje de Fidel Castro y dejó la isla con unas palabras de Clinton para el mandatario cubano. Así lo contó el libro Back Channel to Cuba, basándose en documentos secretos y conversaciones con quienes formaron parte de las negociaciones entre Cuba y EE UU con motivo de la oleada migratoria desde la isla en 1994.

Un miembro del clan más famoso de la política estadounidense desapareció en su avioneta, acompañado de su esposa y una cuñada. Otro tuvo un accidente de coche en el que murió la joven pasajera con la que viajaba. Eran John Kennedy Jr., fallecido mientras volaba a Martha’s Vineyard, y el senador de Massachusetts Edward Kennedy, hermano del presidente asesinado en 1963.

Además, la lengua de signos de Martha’s Vineyard nació en una localidad al oeste, Chilmark, y allí también desapareció antes de que pudiera ser descifrada del todo. La empleaban tanto las personas sordas como las que no lo eran y, según los expertos, se consolidó por el alto porcentaje de sordos en la zona: uno de cada 25 habitantes, cuando la media en el país es de 1 entre 5.700. Pero entre los siglos XVII y XIX, desde la llegada de los primeros residentes hasta que el transporte y las comunicaciones facilitaron el contacto con otras comunidades, este pueblo pesquero estaba casi completamente aislado. El fenómeno ha sido estudiado por científicos desde Alexander Graham Bell hasta antropólogos modernos, que llegaron a identificar cómo el lenguaje de signos de la isla fue uno de los tres dialectos que acabaron conformando la Lengua Oficial de Signos de EE UU. También ha sido escenario de uno de los títulos más conocidos del director Steven Spielberg: Tiburón, que mostró en pantallas de todo el mundo las calles, el puerto y la playa de esta isla en 1975.

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