_
_
_
_
_

Miguel Ríos: “Ahora soy el doctor ‘rock and roll”

El rockero granadino recoge el título 'honoris causa' de la Universidad de Granada

Foto: reuters_live | Vídeo: Imágen BERNARDO PËREZ/Edición Quality

“Para alguien que solamente ha cursado estudios en la universidad de la calle, en estos vetustos y maravillosos patios, esto es una especie de premio, una lotería que le toca a uno no sabiendo mucho si se la merece”, declaró ayer Miguel Ríos tras ser investido doctor honoris causa por la Universiad de Granada, la ciudad que le vio nacer en 1944.

Víctor Manuel, Joan Manuel Serrat, Luis García Montero e Iñaki Gabilondo acompañan al rockero

Ataviado con la toga y el birrete que acreditan su nuevo estatus, el cantante agradeció emocionado la distinción e interpretó su afamado Himno de la alegría, con el que dio varias vueltas al mundo en los años 70, en presencia de sus familiares y amigos como los cantantes Víctor Manuel y Joan Manuel Serrat, el poeta Luis García Montero y el periodista Iñaki Gabilondo.

Más información
Cuatro amigos en perfecto estado de revista
Periodismo, literatura y rock’n’roll
‘Cuéntame’ ficha a Miguel Ríos
Hijos del ‘rock and roll’

“Este reconocimiento es como aquella frase de don Alfredo Di Stéfano, al que conocía y admiraba, y en la que decía aquello de ‘no lo merezco, pero lo trinco’. Hace unos años me lo ofrecieron, pero lo rechacé. Ahora me ha convencido el argumento de que se reconoce una labor educativa que transmite la música a los jóvenes. Ahora soy el doctor rock‘n’roll”, declaró Ríos horas antes de la entrega del reconocimiento, propuesto por la rectora Pilar Aranda y el director del departamento de Historia y Ciencias de la Música, Antonio Martín Moreno. Y parafraseando a Groucho Marx en clave de humor, añadió: “No me fiaría de una universidad que me da una distinción así a mí’”.

Un día antes del acto comenzó su jornada desde temprano con un café con leche, acompañado del silencio de fondo desde una terraza cercana a la Alhambra y con sus gafas de sol siempre puestas, aunque haya nubes de por medio. Miguel Ríos sonríe a cada momento y se muestra cercano con todo aquel que le pide una foto o un autógrafo en una ciudad en la que le cuesta perderse por sus calles sin que nadie se percate de que es él, El rey del Twist. Una chica que cumple años lo aborda para saludarlo, los guías turísticos cuentan a sus grupos quién es, los taxistas le miran por el retrovisor, un vecino le recuerda que trabajó con su abuelo. Él devuelve una sonrisa de gratitud.

Ríos pasea agradecido por Granada a sus casi 72 años, después de marcharse a Madrid con 16. Ya dejó escrito en 1968 en el tema Vuelvo a Granada cuánto significaba la ciudad para él, una de sus grandes inspiraciones. “Siempre ha sido muy especial, aunque ir a Granada hoy en día es una auténtica heroicidad. No se han hecho bien las cosas en materia de infraestructuras”, critica el artista. Se muestra melancólico cuando recuerda su infancia en el barrio de La Cartuja y su trabajo como dependiente en una tienda de discos que estaba ubicada en la calle Ángel Ganivet.

“El deporte y la cultura, por ese orden, sirven para promocionar una ciudad como esta. Granada sigue sobreviviendo porque atesora todo lo que se puede pedir a nivel cultural. El Granada CF, al igual que la ciudad, sigue luchando por no perder la categoría”, concluye el rockero.

Toda la cultura que va contigo te espera aquí.
Suscríbete

Babelia

Las novedades literarias analizadas por los mejores críticos en nuestro boletín semanal
RECÍBELO

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_