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El escritor egipcio Ahmed Naji recibe el apoyo internacional

En una veintena de ciudades se leen hoy fragmentos del libro del autor, condenado por abordar de forma explícita el sexo y el consumo de drogas en su obra

Con la finalidad de pedir su puesta en libertad, en más de una veintena de ciudades distribuidas por todo el mundo, hoy se celebrarán actos de lectura de las obras de Ahmed Naji, un escritor egipcio condenado a dos años de cárcel el pasado mes de febrero por la publicación de la novela Istijdam al-haya (“El uso de la vida”) que contiene pasajes en los que aborda de forma explícita el sexo y el consumo de drogas. La acción se suma a un amplio conjunto de iniciativas lanzadas durante los últimos meses en solidaridad con el autor, que este año recibirá el premio de la sección estadounidense de PEN, la organización que vela por la protección de los escritores acosados.

La historia de Naji pone de manifiesto la arbitrariedad de las autoridades egipcias bajo el régimen del mariscal Abdelfatá al Sisi, que gobierna el país árabe con puño de hierro desde hace más de dos años. La obra, que es autobiográfica, recibió la luz verde de la censura egipcia en 2014. Sin embargo, un ciudadano interpuso una denuncia argumentando que sufrió una “taquicardía y caída de la presión arterial” mientras leía un capítulo del libro reproducido en la revista de literatura Ajbar al Adab. Una primer fallo judicial, a finales del 2015, absolvió al escritor. No obstante, la fiscalía recurrió la sentencia, y una corte de casación le impuso la condena más grave posible. Naji ha pasado ya más de 80 noches en la temida prisión de Tora.

Las tribulaciones con la justicia egipcia del escritor, poco conocido antes de su procesamiento, llamaron la atención de PEN, que el próximo lunes le concederá su galardón anual. De los 40 escritores que recibieron el premio estando entre rejas, 35 fueron liberados posteriormente. Asimismo, la organización hizo pública esta semana una carta dirigida al presidente al Sisi en la que pide su inmediata puesta en libertad. Hasta la fecha, más de 500 escritores de todo el mundo han firmado la misiva, entre ellos, Orhan Pamuk y Woody Allen.

“Le urgimos a enmendar el artículo 178 del Código Penal para que cumpla la Constitución, e inmediatamente liberar al Sr. Naji. Tal enmienda sería una señal positiva de que Egipto está consolidando las libertades mencionadas en la nueva Constitución”, reza el texto elaborado por PEN, en el que se recuerda que el artículo 65 de la nueva Carta Magna, aprobada en 2014, protege de forma explícita la creación artística y literaria y prohíbe el encarcelamiento de los artistas por el ejercicio de su profesión. Este es el principal argumento de los abogados del escritor, que apelaron la sentencia junto con otras organizaciones egipcias en defensa de la libertad de expresión.

Lynx Qualey, coordinadora de la jornada mundial de lecturas simultáneas de las obras del escritor, describe su estilo como “una fusión experimental”. “Ahmed quiere rejuvenecer el lenguaje, mezclando la gama [de vocabulario] picante del árabe clásico con las preocupaciones de El Cairo contemporáneo, a base de mezclar también géneros: la novela, la poesía y las memorias. Es un experimentalista vital”, explica Qualey a través de un correo electrónico.

El encarcelamiento de Naji forma parte de una dura campaña de represión contra el mundo de la cultura por parte de las autoridades egipcias, que durante el último año han cerrado centros culturales, una galería de arte y una editorial, además de dictar sentencias de cárcel contra la productora cinematográfica Rana al Sobky y la poeta Fatima Naut, acusada de “insultar al islam” por criticar el sacrificio de millones de corderos durante la fiesta musulmana del aid. Esta misma semana, han sido arrestado varios miembros de Atfal Shawarea, un grupo satírico de jóvenes cuyos vídeos en internet se han convertido en una sensación entre la juventud egipcia.

Curiosamente, el mundo de la cultura acogió con entusiasmo el derrocamiento en 2013 del anterior presidente, el islamista Mohamed Morsi, al considerar que su proyecto político era hostil a la libertad de creación. Sin embargo, el nuevo régimen, no ha exhibido una mayor tolerancia ante las obras de desafían la moral tradicional, como demuestra el caso de Naji. “Este régimen no deja ningún margen a las opiniones críticas. Cada vez es más represivo”, se queja el periodista crítico Jaled Dawud. Según los analistas políticos, con estas medidas, al Sisi pretende ganarse el favor de los sectores más conservadores de la sociedad, y contrarrestar las acusaciones de la oposición islamista.

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