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Pensar con viñetas

Los ensayos en cómic van más allá de lo divulgativo, moldean el mundo, reflexionan visualmente

Imagen de 'Con Walter Benjamin, soñador abismado en el paisaje', de Frédéric Pajak.
Imagen de 'Con Walter Benjamin, soñador abismado en el paisaje', de Frédéric Pajak.

Nick Sousanis se doctoró en 2014 con una tesis en formato cómic, que al año siguiente fue publicada por Harvard University Press. Se titula Unflattening y explora las relaciones entre la realidad y sus representaciones a través de la óptica, de la biología, de la historia del arte y de otras disciplinas que se conectan entre ellas a través de nuestros ojos. Su intención es demostrar que el pensamiento en imágenes es indispensable en la educación del siglo XXI. De hecho, impartió recientemente una asignatura en la Universidad de Calgary titulada Los cómics como una forma de pensamiento.

A través del visual thinking, la academia estadounidense se ha abierto a otros modos de analizar y de entender; de pronto, el gran archivo de procedimientos explicativos y hermenéuticos que atesora el cómic se revela como un repertorio muy útil para estudiar y para expresar el mundo. Por eso la trilogía de Scott McCloud Entender el cómic (1993; Astiberri, 2005), Reinventing Comics (2000) y Hacer cómics (2006; Astiberri, 2007), el intento más serio de reflexionar teóricamente sobre el noveno arte desde su propio lenguaje, lo ha convertido en un gurú que imparte seminarios tanto en el MIT como en Disney.

Ningún tema se resiste a la capacidad camaleónica del cómic y la ilustración para abordarlo de un modo elocuente, incisivo y divulgativo. Una entre muchas (Astiberri, 2016), un ensayo autobiográfico de una artista e investigadora norteamericana que publica bajo el seudónimo Una, recurre a la secuencialidad, al collage, al dibujo simbólico o al retrato robot para denunciar el continuado abuso sexual de los hombres hacia las mujeres. Arte, academia y denuncia. A finales del año pasado, la revista Nature le encargó a Sousanis un cómic sobre un tema también complejo y candente, el cambio climático.

No es el único autor gráfico que está trabajando en esa cuestión crucial de nuestro cambio de siglo: después de varios cómics políticos, Philippe Squarzoni publicó en 2012 Saison Brune, un estado de la cuestión y un ejercicio prospectivo. No hay duda de que Francia es el otro ámbito cultural donde se está ensayando en viñetas al más alto nivel. Entre tantos otros ejemplos posibles, podría destacar Los mejores enemigos. Una historia de las relaciones entre Estados Unidos y Oriente Medio (Norma, 2012-2015), donde se unieron el conocimiento exhaustivo del especialista Jean-Pierre Filiu y el talento para imaginar del artista David B.

A través del ‘visual thinking’, la academia estadounidense se ha abierto a otros modos de analizar y de entender

Todos recordamos de nuestra infancia las biografías en cómic. En mi caso, las de Thomas Alva Edison y Juan Bosco. Por su capacidad de conexión con el modo en que los niños procesan el conocimiento, los tebeos siempre han sido divulgativos. Pero eso no significa que tengan que ser infantiles ni para todos los públicos. El sistema educativo occidental se ha construido como una progresiva represión de las formas analíticas y comunicativas que el alumno adquiere en la infancia. De una educación preescolar dominada por el dibujo y las manualidades se pasa a una escolarización en que se imponen los números y los textos.

El pensamiento alfanumérico convive con el visual y se confunde con él. Por eso me resulta más estimulante y más realista que el ensayo meramente divulgativo, que simplifica la realidad, el ensayo que realmente ensaya ideas, que piensa visualmente, que revitaliza la tradición de Montaigne: un hombre moldea el mundo al mismo tiempo que lo hace con el lenguaje y consigo mismo.

En esa línea se sitúa el brillante trabajo de Frédéric Pajak. Impresor, dibujante, escritor, editor, en 2012 se decidió al fin a realizar el libro con que soñaba desde niño. Un libro que fuera como una colección de “imágenes de archivo: trozos de viejas fotos copiadas, pasajes del natural, fantasías”. Así surgió su obra en marcha Manifiesto incierto. Cada entrega, como Con Walter Benjamin, soñador abismado en el paisaje (Errata Naturae, 2016), surge de la convicción de que “como mejor vemos es a través de los ojos de los demás”. Por eso leemos a otros artistas de la imagen textual o del texto imaginado, como André Breton, como W. G. Sebald, como Jean-Luc Godard, como Sousanis, McCloud, Una, Squarzoni, David B. o el propio Pajak: para ver y pensar mejor.

Jorge Carrión es escritor y codirector del Máster en Creación Literaria de la UPF. Ha publicado el cómic periodístico Barcelona. Los vagabundos de la chatarra (Norma), dibujado por Sagar.

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