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Guerra de cifras sobre la piratería

El Observatorio sobre las descargas ilegales muestra por primera vez una reducción de esta práctica. La industria y Cultura se enfrentan sobre el análisis de los datos

Tommaso Koch

El informe se titula La piratería no remite, el mensaje que la industria cultural lleva años denunciando. Sin embargo, el Observatorio sobre las descargas ilegales presentado hoy encierra una novedad justo en el sentido contrario: la piratería sí remite, aunque en un porcentaje minúsculo. Por primera vez en 2015 se redujo la cantidad de contenidos ilegales respecto al total de accesos de los usuarios a productos culturales en Internet: traducido en números, el 87,48% de los contenidos consumidos fueron piratas, un 0,46% menos que en 2014. “Una pequeña luz al final del túnel”, según Carlota Navarrete, directora de la Coalición de Creadores, el organismo que reúne a las principales entidades de gestión y que encarga cada año el Observatorio. Aunque Antonio Guisasola, presidente de la patronal musical Promusicae, mostró menos optimismo: “Tenemos a un elefante encerrado en una habitación. Podemos debatir sobre su tamaño, pero no deja de ser un elefante”.

Además de cierta esperanza, la presentación trajo consigo dos tradiciones. Por un lado, una miríada de cifras abrumadoras sobre las descargas ilegales, el enemigo número uno de la Cultura, según la Coalición, ya que causó un supuesto lucro cesante de 1.669 millones para la industria en 2015. En el otro lado, están las críticas sobre la metodología y la fiabilidad del documento. El propio Ministerio de Educación, Cultura y Deporte puso en duda su valor en una nota: “La Coalición ha presentado un estudio estimativo de opinión encargado por parte interesada, cuyas conclusiones no pueden validarse en lo que se refiere a los datos de acceso a las webs vulneradoras, al no venir estos respaldados por cifras objetivas y contrastables”.

En una guerra de números que ha protagonizado los últimos años de relación entre la Coalición y el Gobierno del PP, Navarrete defendió que en 2015 se presentaron 27 denuncias ante la comisión administrativa encargada de perseguir la piratería, con el siguiente balance: una fue resuelta, seis ni fueron analizadas todavía y las otras yacen en el limbo. El ministerio, contactado por este diario, confirmó los 27 expedientes, pero con otra visión: siete han sido archivados, 13 se hallan en fase de “tramitación/investigación” y los otros siete se están resolviendo. En un caso, y al menos aquí ambos coinciden, ya hubo resolución final. Cultura destaca además que la comisión ha solucionado en los últimos cuatro años el 95% de las 458 solicitudes recibidas, con 257 webs que “han retirado todos los contenidos identificados” y “34 casos de ceses completos de actividad”.

Idéntico enfrentamiento presentó el debate sobre la reforma de la Ley de Propiedad Intelectual, que entró en vigor en enero de 2015 y endureció la lucha contra la piratería. El sector lamenta que “no ha cambiado nada”: por ejemplo, el 26% de los 4.000 encuestados del Observatorio considera que “no hay consecuencias legales para el que piratea”, respecto al 19% que mostraba la misma postura antes de la ley. El Gobierno defiende en cambio la disminución de la piratería que la reforma habría generado.

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La disputa, en realidad, podría proseguir hasta el infinito. Al fin y al cabo, “el dato cuantitativo de las descargas no se puede obtener con certeza en España”, como admite el ministerio. Por lo menos, el Observatorio ofrece el “estudio más fiable que se puede hacer”, según Guisasola. “Incluso si tuviera un margen de error del 30%, seguiríamos hablando de un gran problema”, añadió. Entre otros datos en esa línea, el informe calcula que sin la piratería las empresas culturales aumentarían su facturación hasta poder crear 21.672 puestos de trabajo directos, a la vez que las arcas públicas ingresarían 547 millones más.

En busca de soluciones, el documento también ofrece una serie de pistas. Resulta que el 62% de los piratas lo hace porque “los contenidos originales son demasiado caros” y que buscan sobre todo las últimas novedades. Tal vez sea un mensaje hacia la industria, aunque Navarrete y sus compañeros subrayaron los avances del sector, su modernización y sus ofertas asequibles.

Otros dos hilos de los que los creadores pueden tirar se hallan hacia el final del informe. Ocho de cada 10 usuarios aseguran acceder a los contenidos ilegales a través de buscadores (en la aplastante mayoría, Google). Y en cuanto a la financiación de las webs piratas, el 74,2% asegura haber visto publicidad en ellas; el 36,4% ha tenido que registrarse y el 9% ha pagado alguna vez por un acceso más rápido. He aquí publicidad y buscadores, otros dos frentes de una batalla en campo más que abierto. Ahora bien, ¿cómo se le ponen puertas al campo?

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Sobre la firma

Tommaso Koch
Redactor de Cultura. Se dedica a temas de cine, cómics, derechos de autor, política cultural, literatura y videojuegos, además de casos judiciales que tengan que ver con el sector artístico. Es licenciado en Ciencias Políticas por la Universidad Roma Tre y Máster de periodismo de El País. Nació en Roma, pero hace tiempo que se considera itañol.

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