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Yoko Ono toma la Ciudad de México

La artista japonesa inaugura Tierra de esperanza, una exposición presente en museos, plazas y el metro de la capital mexicana

Luis Pablo Beauregard

En 1964, Yoko Ono se sentó sobre el escenario del teatro Yamaichi de Kioto con un vestido negro largo. La gente hizo una fila para tomar unas tijeras y cortar trozos de su vestimenta. La performance se repitió un año después en el Carnegie Hall de Nueva York, donde fue inmortalizado por los hermanos documentalistas Albert y David Maysles. Cut Piece se hizo cinco ocasiones más y con el tiempo se convirtió en una de las piezas más conocidas de la pionera del arte conceptual. “Es la expresión más fuerte del dar”, ha dicho Ono sobre el gesto que encierra la obra. La artista japonesa ha inaugurado este martes en México la exposición Tierra de esperanza, donde presenta 16 piezas originales, entre ella esta obra.

Ono (Tokio, 1933) entró al Museo de la Memoria y Tolerancia dando pequeños pasos, arrastrando los 83 años que hará a mediados de este mes. El museo, que abrió sus puertas en 2010, es uno de los mejores escenarios para mostrar la obra de la artista japonesa, que desde hace varios se ha convertido en una activista por la paz. “No vine aquí a decir que México es violento, no se trata de una competencia, pero hay que comenzar en algún sitio a sembrar la semilla de la paz para todo el mundo”, dijo la artista.

En la exposición, inaugurada este martes y vigente hasta el 29 de mayo, se pueden observar las instrucciones que la artista comenzó en 1953 con Secret Piece, cuando tenía 19 años, donde pedía al espectador tocar una nota en un pentagrama alternativo. “Son 30 piezas muy accesibles en el primer nivel y que tienen muchos significados, son de las primeras obras que conforman el arte-objeto”, comentó el Gunnar Kvaran, el curador de Tierra de esperanza.

Una de las obras que más destacó el comisario es Pieza de mapas. Decenas de cartografías de Estados mexicanos afectados por la violencia tapizan un muro de la sala de exhibiciones temporales del museo. El público podrá estampar con un sello de goma un mensaje de paz sobre la localidad que deseé. “Uno se insensibiliza con la muerte porque pasa todo el tiempo. Creamos el mundo con nuestra esperanza, necesitamos seguir teniéndola hasta conseguir un mundo que no la necesite más”, dijo a viuda de John Lennon.

El proyecto rebasa las paredes del museo. La Ciudad de México ha abierto los brazos a la obra de esta artista de sombrero ladeado y eternas gafas negras. La monstruosa urbe ha sido sembrada de anuncios espectaculares que no venden nada, como los que Lennon y Yoko pagaron en las navidades de 1969 para protestar contra de la Guerra de Vietnam en las calles de Londres y Nueva York con la leyenda War is over, if you want it.

En el Zócalo de la capital, una plancha de cemento de 46.000 metros cuadrados, Ono hizo recordar los tiempos arbolados que la plaza vivió en el siglo XIX. La artista atestiguó cómo cientos de personas colgaron de 110 jóvenes árboles sus anhelos de paz en pequeños mensajes. Las plantas serán sembradas en el jardín Cuitláhuac, en la populosa zona de Iztapalapa, en el oriente de la ciudad, para crear un monumento permanente. El metro también se sumó a la iniciativa de Tierra de esperanza con obras en la estación de Mixcoac y un billete conmemorativo con la frase Imagina la paz.

Tierra de esperanza llegó a México de la mano de algunos gobiernos locales y de la iglesia católica. El Proyecto Paradiso, que depende de la Comisión de Cultura del Arzobispado, gestionó durante dos años para traer la exposición. La muestra coincidirá con la primera visita del papa Francisco a México, pero los organizadores aseguran que se trata solo de una feliz coincidencia.

Vandalizada una pieza antes de la inauguración

Horas antes de que el Gobierno de la Ciudad de México inaugurara Tierra de esperanza, una de las piezas de la exposición fue vandalizada. Decenas de cruces de madera con un gran espejo circular fueron colocadas como parte de la muestra en la céntrica Plaza de las tres culturas de Tlatelolco, escenario de la matanza de estudiantes perpetrada por el Gobierno el 2 de octubre de 1968.

“Es una de las obras de las que más me siento orgullosa”, dijo la artista japonesa la mañana del martes. “La idea es que cuando el sol saliera y se reflejara en los espejos se pidiera un deseo con el brillo, pero fue vandalizada”, anunció Yoko Ono en la presentación de la exposición. “Algunas las volcaron, otras se las llevaron”. “¿Por qué sucede? No quise sacar conclusiones, pero esta es la realidad que sucede en México. Es malo, pero sucede en todo el mundo”, concluyó.

Un puñado de trabajadoras de la delegación Cuauhtémoc, donde se ubica la plaza, barrían las astillas de los espejos quebrados minutos después de que la artista conceptual hablara de paz y esperanza.

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Sobre la firma

Luis Pablo Beauregard
Es uno de los corresponsales de EL PAÍS en EE UU, donde cubre migración, cambio climático, cultura y política. Antes se desempeñó como redactor jefe del diario en la redacción de Ciudad de México, de donde es originario. Estudió Comunicación en la Universidad Iberoamericana y el Máster de Periodismo de EL PAÍS. Vive en Los Ángeles, California.

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