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Opinión
Texto en el que el autor aboga por ideas y saca conclusiones basadas en su interpretación de hechos y datos

Lo siento, pero ‘Cachitos’ no es suficiente

El programa apela a la nostalgia pop pero hace falta un verdadero espacio musical en la televisión pública como los de antes u otros países

Fernando Navarro
Un fotograma de 'Cachitos de hierro y cromo'.
Un fotograma de 'Cachitos de hierro y cromo'.

Anoche, otro año más en Nochevieja, el programa musical Cachitos de La 2 de TVE volvió a triunfar. Con su simple propuesta de extractos musicales sacados del amplio y rico archivo de la cadena pública, Cachitos funciona perfectamente como lo que es: un entretenido espacio musical que apela a algo que en nuestros tiempos es infalible como la nostalgia.

El éxtasis inundó las redes sociales. Durante la primera noche del año, el programa fue el tema más comentado de Twitter y todavía en esta mañana del 1 de enero seguía estando en la conversación digital. Los comentarios han sido de todo tipo: desde aquellos jocosos por recordar canciones o músicos que protagonizaron otras épocas (sí: hubo quien en su día bailó con El tiburón de Proyecto Uno o El venao de Caribbean Kings Band y puede que incluso anoche con un par de copas de cava de más volviese hacerlo sin ningún pudor) hasta otros de agradecimiento por la existencia de este espacio musical que, con diferencia, es lo mejor que hay en la programación española de Nochevieja, que se mueve entre lo casposo y lo sonrojante. No hace falta citar ejemplos: basta con ver quienes y de qué manera aparecen cada año en las principales cadenas de televisión. Cachitos, el programa de revisión del pasado, no tiene rivales: sus competidores sí que son de otra época. La innovación y la creatividad brillan por su ausencia.

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De esta forma, Cachitos de hierro y cromo (su verdadero nombre) es todo celebración. Pero no es suficiente. En absoluto. Conviene apuntarlo ahora que hay tanta euforia escenificada con este espacio tan bien trazado por Jero Rodríguez, su director, y Virginia Díaz, su presentadora. El programa de la cadena pública se nutre de restos del pasado, que aderezan con unos irónicos y acertados comentarios en sus rótulos, pero qué pasa con el presente. Cachitos saca a relucir orgulloso la bandera de la cultura pop a través de la música y son muchos los que se reconocen en este programa por esas canciones que marcaron años de su vida: su infancia, su adolescencia, aquel viaje, aquel verano, aquel amor, aquella ruptura, aquella locura... Y eso está muy bien, pero la música pop, el reino del tiempo presente, no existe en la televisión. Ni por asomo.

Centrémonos en anoche, que tanto brindamos. Desde que se arrancaron con los Ramones, por Cachitos pasaron decenas de músicos, internacionales y nacionales, tocando en los distintos programas musicales que ha tenido la televisión pública: Aplauso, Popgrama, Tocata, La edad de oro, Rockopop o Música sí. Hoy estos lugares musicales en la pequeña pantalla pública no existen. Están Los conciertos de Radio 3, que resisten como siempre a una hora intempestiva, pero no es suficiente. No puede serlo cuando hay programas en la televisión pública de cine, de ópera y ballet e incluso de toros que dedican tiempo y esfuerzo en tratar estos asuntos con relevancia cultural.

Está claro que Cachitos tiene su propio concepto, pero guarda limitaciones para cualquier aficionado de la música popular. Espero no ser el único que piensa que un minuto (unos segundos arriba o abajo) de canción no le sirve y agradecería ver una interpretación de una composición entera de la banda en cuestión. Y, en este sentido, espero tampoco ser el único que le encantaría ver a los grupos y músicos de ahora, a los tantísimos grupos y músicos de ahora, en un programa de música en condiciones. Esto es, en un verdadero programa cultural en el que la música, como arte, como industria, es tratada con criterio y rigor, sin abandonar su incuestionable lado lúdico.

A la hora de brindar, yo brindaría de verdad si en España tuviésemos un espacio como Later... with Jools Holland de la BBC. La televisión pública británica lleva años ofreciendo este maravilloso contenido musical, dirigido por el hábil Jools Holland, fundador de la banda Squeeze y un relaciones públicas de la música de las islas. En el programa, se entrevista a todo tipo de artistas y se les puede ver tocar canciones (siempre tres) enteras de sus últimos discos.

Yo descorcharía el mejor champán si en España nos diese por hacer un programa como Spectacle: Elvis Costello with..., que se emitió durante dos años por Channel 4 en Reino Unido y Sundance Channel en Estados Unidos y fue dirigido por el músico británico en un formato muy similar pero con su incuestionable carisma y su toque artístico (En España lo más parecido es el programa de la Cadena SER Oh! My LOL con Xoel López al frente). Por no citar otros casos de la televisión estadounidense, francesa o alemana.

Y, con todo, sin necesidad de mirar afuera, que siempre nos llevan la delantera en cuestiones televisivas, entre otras cosas, brindaría si se volviese a recuperar para la televisión programas como los que tuvimos antes, esos de los que sin ellos Cachitos de hierro y cromo no existiría. Como mínimo serviría para comprobar que nuestra sociedad, musicalmente hablando, también es otra y, sí, cómo no, que hoy en día tenemos muchas canciones que dentro de unos años merecerá la pena recordar.

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Sobre la firma

Fernando Navarro
Redactor cultural, especializado en música. Pertenece a El País Semanal y es autor de La Ruta Norteamericana. Ejerce de crítico musical en Cadena Ser. Pasó por Efe, Abc, Ruta 66, Efe Eme y Rolling Stone. Ha escrito los libros Acordes Rotos, Martha, Maneras de vivir y Todo lo que importa sucede en las canciones. Es de Madrid.

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