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“La música funciona mejor como terapia que un psicólogo”

Emmanuel Pahud, uno de los mejores flautistas del mundo, ocupa la plaza de solista de la Filarmónica de Berlín desde hace 22 años

El flautista Emmanuel Pahud.
El flautista Emmanuel Pahud.

Cuando Emmanuel Pahud llegó a la audición para la plaza de flauta solista de la Filarmónica de Berlín solo tenía 22 años. Aquel día, vio a su alrededor mucho candidato con talento, pero él venía de ganar un concurso internacional tras otro y de ser el solista de la orquesta que Celibidache dirigía en Munich. Tras aquella jornada se convirtió en el solista más joven que había entrado en el histórico conjunto, donde hoy sigue ocupando la misma silla. Ayer dio un recital en el Auditorio Nacional de Madrid.

Cuando llegó a la filarmónica en 1993, una de las mejores orquestas del mundo, estaba a los mandos el incuestionable Claudio Abbado, y el conjunto vivía un momento de renovación. “La mitad de la orquesta fue renovada en los años 90, porque prácticamente toda la cuerda se jubiló en aquella década. La orquesta que hay hoy en Berlín es aquella que configuró Abbado, hemos aprendido a tocar juntos y a construir nuestro sonido en función de su figura. Le gustaba muchísimo trabajar con jóvenes y la motivación fue impresionante”, dice el flautista. Recuerda al maestro como una persona reservada, que en lugar de usar la palabra, se manifestaba con los ojos y la mímica. “Tenía los brazos más estéticos de los directores de orquesta: expresaba con los gestos una cosa y tú la tocabas intentando adivinar lo que quería decir”, cuenta. Ahora, bajo la dirección de Simon Rattle, dice que todo es más pragmático y según la norma inglesa, donde la palabra primera para el entendimiento.

Pahud afirma que la forma de trabajo de la Filarmónica de Berlín es algo que no puede revelar, porque sería como “desvelar los secretos del Real Madrid o el Barcelona”, pero sí que afirma que el secreto está en la academia de la orquesta donde se forma a los futuros músicos, que viene a ser algo como la Masía azulgrana. También destaca el buen clima que hay en el conjunto, donde se motivan unos músicos a los otros, saben el lugar hacia el que quieren caminar y dan lo mejor de cada uno en todo momento.

Pahud está considerado como uno de los mejores flautistas del mundo. Algunos dicen que el mejor. Disfruta cada vez que se sube al escenario, porque antes ha dedicado media hora a concentrarse en soledad y, a veces, se permite una pequeña siesta de 10 minutos para “recargar las baterías”. Su ausencia de nervios se debe a que siente la necesidad de devolverle al público toda esa energía que recibe de él nada más salir a las tablas.

La flauta es una piedra angular de su vida, pero deja claro que él es el que manda. “La flauta no es un monstruo, no es como el piano o el violín, que son instrumentos diabólicos, porque todo el repertorio escrito para esos instrumentos es imposible tocarlo en toda una vida. Tocando la flauta como solista y en música de cámara hay que invertir mucho tiempo, pero el instrumento no dirige mi vida”, explica Pahud. Solo descansa dos semanas al año, una en verano y otra en invierno, para desconectar totalmente. Cuando pasa esa semana, la música vuelve a su cabeza, de la que nunca terminó de marcharse, porque cree en su poder. “No me gusta decir que la música es algo bonito, porque eso no quiere decir nada. La música es trabajar con cosas hermosas y buenas, y el contacto el público con esas cosas buenas y las vivencias que se deriven de la experiencia hacen que esas personas vuelvan a casa con un talante positivo. Por eso es fundamental escuchar música, y dejarse llevar por ella, tiene un efecto terapéutico que funciona mejor que las sesiones con los psicólogos”, cuenta.

Cuando viene a España –volverá en primavera a Madrid y Valladolid para dos conciertos-, dice que la acogida es asombrosa y el auditorio está repleto. “España es muy musical, mucho más que Francia, allí no es normal ver a alguien cantando en el coche ni por la calle”, y añade sobre el gusto de nuestro país: “La tradición musical de un país no es un concepto con vocación de eternidad, sino algo que construye la gente. Siempre veo estudiantes, familias, jóvenes… en cada ciudad española por la que he pasado, siempre noto mucha atención a lo que pasa en el escenario”. Sus siguientes proyectos, después de sacar su último disco hace tan solo unos meses, serán dos álbumes que estarán listos para la Navidad de 2016: el primero de repertorio alemán con conjunto de viento y piano, y otro de conciertos de flauta con orquesta.

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