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Justin Bieber, Gloria Ann Taylor, The Suicide Of Western Culture

La característica más relevante de 'Purpose' es un atractivo ejercicio de crecimiento y expansión musical

El disco de la semana: Justin Bieber - Purpose

Por mucho que nos gusten las historias de redención personal, por mucho que nos seduzca el relato de un ídolo adolescente descarriado en tránsito hacia la vida adulta, lo mejor de Purpose es, precisamente, todo lo que no tiene que ver con esa mística del perdón. Que Justin Bieber se pase tres cuartas partes de su nuevo álbum excusándose, lamentando su mala conducta, arrepintiéndose de sus errores, lanzándole mensajes crípticos a Selena Gómez e imaginando un reseteo en su carrera nos importaría e interesaría bastante menos si el envoltorio musical, el verdadero hallazgo del álbum, fuera otro. Sobre todo después de ver los numeritos y desplantes que ha protagonizado en la gira promocional y que, imagino, habrán obligado a su mánager a llamarle la atención: “Oye, Justin, te recuerdo que estás promocionando canciones en las que hablas de hacer borrón y cuenta nueva, y tal…”.

El problema, en este caso un bendito problema, es que toda esa literatura barata de la madurez con la que se ha querido dar más empaque al producto viene acompañada de un atractivo ejercicio de crecimiento y expansión musical. Bieber sigue dirigiendo sus lamentos y sus esperanzas a las fans encendidas de siempre, pero la producción, el tono y la estética sonora, más oscura e introspectiva, se atreve a desafiar la zona de comodidad del canadiense y se lanza sin miedo a la búsqueda de otro público. No sé si más adulto, pero distinto en cualquier caso. Skrillex, Diplo, Blood Diamonds, The Audibles o Poo Bear asumen el reto de actualizar y revalorizar su sonido con un competente diseño de producción en el que se barajan conceptos del R&B, la EDM, el reggeaton o el electro pop y posibilitan que muchos empiecen a ver a Justin con otros ojos. Y creo que este es el verdadero "propósito" del disco, más allá del explícito lavado de cara de sus letras: ¿realmente alguien sería capaz de encontrar considerables diferencias entre canciones como No Sense o I’ll Show You y el Drake de Take Care?

Artista: Justin Bieber

Disco: Purpose

Sello: Def Jam / Universal

Calificación: 7 sobre 10

Purpose es como ese chaval de segundo curso que logra acercarse y ganarse la simpatía de los alumnos más populares de tercero, que lo aceptan en su grupo después de un tiempo de miradas de recelo y reticencias. En este álbum Bieber abandona durante muchos minutos a sus compañeros de clase, One Direction o 5 Seconds Of Summer, para irse a jugar con Drake, Kanye West, The Weeknd o Frank Ocean, y la apuesta le sale mejor de lo esperado: Sorry, uno de los hits de 2015, What do you mean?, The feeling, No Sense o Where are ü now, entre otros momentos del repertorio, son excelentes y contaminantes himnos de pop moderno que trascienden el mercado para adolescentes y presentan argumentos para gustarle a cualquiera. El salto no es completo ni redondo, pues en el recorrido se siguen colando baladas ñoñas pensadas para los grandes recintos –el tema titular, por ejemplo– y algunos tics conservadores, pero sí resulta remarcable y sorprendente.

Bieber tiene 21 años. Curiosamente la misma edad que tenía Justin Timberlake cuando editó su debut en solitario, Justified (2002), que guarda reveladores paralelismos con Purpose. Se trata de dos discos nacidos con la necesidad de huir del pasado y reescribir el futuro; ambos, además, ejecutados con la inestimable ayuda de los productores más calientes de sus respectivos contextos. Dos discos empeñados en demostrarle al mundo que es posible escapar de uno mismo y convencer de semejante maniobra al público que hasta el momento no te había tomado en serio. David Broc

Gloria Ann Taylor – Love is a hurtin’ thing

Los años sesenta y setenta fueron tan excelsos musicalmente que medio siglo después siguen apareciendo, cada pocos años, nuevos nombres que en aquellas décadas pasaron desapercibidos. Nuevos Sugar Man que cada cierto tiempo nos llevan a preguntarnos los motivos por los que el mundo no apreció su talento en aquel momento.

Artista: Gloria Ann Taylor

Disco: Love is a hurtin' thing

Sello: Ubiquity Records

Calificación: 8 sobre 10

La nueva joya perdida de aquellos años es Gloria Ann Taylor, que apenas grabó cinco sencillos entre 1971 y 1977. Cinco temas de soul profundo con tintes psicodélicos que grabó para el sello que compartía con su marido y su hermano. Taylor nunca triunfó y la desesperación apartó a aquella voz dulce e intensa de la música hasta que se perdió su pista. Pero aquellos sencillos, temas como Love is a hurtin´ thing o Deep inside of you, fueron convirtiéndose con los años en codiciados objetos de coleccionismo entre los amantes del soul, algunos de aquellos singles llegaron a valer auténticas fortunas. Este mes ha llegado a las tiendas Love is a hurtin´ thing, su primer disco completo con aquellas canciones y otras que nunca llegaron a ver la luz. Una fabulosa colección de temas de enorme fuerza que incluye una intensa versión de Jolene de Dolly Parton, la seductora What I want o una breve joya psicodélica titulada Music.

Escuchar esas canciones perdidas, ignoradas durante tantos años, te llena de preguntas. Y las respuestas son escasas. Pero todo eso carece de importancia. La cantante de West Virginia confío demasiado en la producción de su marido y sus intentos de conectar los distintos géneros musicales de la época terminó naufragando. Las canciones de Taylor no conectaron ni con los amantes de la psicodélica, ni con los jóvenes enganchados a la música disco ni con los más puristas del soul. Pero el tiempo ha tratado mejor a su música que a la de muchos de los que hicieron fortuna en los años 70. En la vida es más sencillo ser ignorado que convertirse en una estrella, pero también hay que aceptar que los tiempos no son los mismos para todos. Gloria Ann Taylor no encajó en los cánones de la transición musical entre los setenta y los ochenta, pero sus composiciones han llegado hoy al público, aunque el viaje ha sido demasiado largo y demasiado duro para uno de los mejores álbumes de soul editados en este 2015. Alfonso Cardenal

The Suicide Of Western Culture - Long Live Death! Down With Intelligence

Cuando los catalanes The Suicide Of Western Culture saltaron al ruedo de la electrónica lo hicieron escondiéndose tras sus oscuras capuchas, tras unas indumentarias entre violentas y enigmáticas que no buscaban otro efecto que dejar que fuera su música la que hablase por ellos. Los años han pasado y su objetivo, qué duda cabe, se ha cumplido con rotundidad. Finalmente y tras varios meses desde que lanzasen Still Breathing But Already Dead (con remixes de The Field y Hugo Capablanca, ex- miembro de los siempre bailables Los Massieras) como adelanto, el dúo publica su tercer largo y culminación de la primera etapa de su trayectoria hasta el momento. Con el tiempo hemos visto sus caras en infinidad en ocasiones y conciertos, pero tanto da, porque Miquel y Juanjo han conseguido exactamente lo que pretendían: que sus canciones fluyesen y navegasen siempre hacia un mismo horizonte, planeando y desarrollándose a la búsqueda de una personalidad propia que en Long Live Death! Down With Intelligence resulta más palpable que nunca. Porque estas once piezas suponen, en su conjunto, la obra más compacta de sus creadores.

Artista: The SuicideOf Western Culture

Disco: Long Live Death! Down With Intelligence

Sello: El Segell

Calificación: 8 sobre 10

Sin alejarse de sus postulados, pero madurando cada uno de los aspectos que han marcado su sonido desde los inicios, estos dos músicos de backgrounds distintos pero evidentemente complementarios se hacen más fuertes que nunca combinando electrónica rockera, post-rock musculoso, espíritu shoegaze y un corazón en el que el rock toma mayor protagonismo que en cualquier otro momento de su carrera. Épicos aquí, melancólicos allí, robustos y bailables acá, Miquel y Juanjo se mueven con total libertad, siempre irónicos y críticos en su mensaje, moviéndose con inteligencia y desarrollando un abanico musical en el que tan pronto nos llevan a destrozar nuestras cervicales a base de ritmos pesados (Dysplasia), como buscan arrastrarnos a la pista de baile (Drugs Bring Me Closer To You) o apaciguar a la bestia que todo ser humano lleva dentro, creando distintos estados mentales de los que nunca podremos huir (imposible escuchar You Can Change Anything But Your Mother And Your Football Team o Amor de madre y no imaginarnos en espacios abiertos, con luces brillantes y cegadoras guiando nuestros pasos).

Para redondear el conjunto, The Suicide Of Western Culture invitan a dos de sus artistas patrios favoritos a sumarse a su viaje, concretamente a la vocalista Louise Sansom de Anímic (que aporta un spoken word combativo a Beware Of The Fifth Column) y al multiinstrumentista Papa DuPau de Za! (que suma una evocadora trompeta al corte con el que se cierra el álbum, La muerte no es el final).

Déjense llevar por Long Live Death! Down With Intelligence, una obra sólida, inteligente y coherente con la que The Suicide Of Western Culture demuestran definitivamente que están más preparados que nunca para que su música fluya libre más allá de los Pirineos, más allá de nuestras costas y sobre todo más allá de la miopía con la que muchas veces tratamos a nuestros artistas. Joan S. Luna

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