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La dificultad de ser mujer

La cineasta iraní Ida Panahandeh muestra en 'Nahid' la dramática situación de las mujeres sin pareja en Irán

Rocío García
Fotograma de 'Nahid'.
Fotograma de 'Nahid'.

Aunque en la película que ha dirigido se retrata una situación injusta para las mujeres en su país, la directora iraní Ida Panahandeh defiende que “ser mujer no es fácil en ningún rincón del planeta”. Nahid, el primer largometraje de la cineasta que se proyectó en la sección Un certain regard en el Festival de Cannes y que concursa en la sección oficial de la Seminci, se centra en la vida de las mujeres en Irán que tienen que ocuparse de sus hijos sin un hombre al lado. El filme está inspirado en su propia vida -ella perdió a su padre a la edad de ocho años y su madre tuvo que sacar adelante a sus dos hijos- y también en la de su marido y coguionista de Nahid, quien se crio con otros tres hermanos mientras su padre combatía en la guerra contra Irak.

La directora Ida Panahandeh.
La directora Ida Panahandeh.

Panahandeh, que en público no se desprende del velo en la cabeza, aseguró, a preguntas de los periodistas, que las mujeres en Irán viven las mismas dificultades que en el resto del mundo. Otra cosa, ha añadido, son las diferencias culturales y sociológicas. “Ser mujer no es fácil en ningún rincón del planeta pero es fascinante. Yo disfruto mucho con el hecho de ser mujer por muchas limitaciones que tengamos. Todas las mujeres pueden sufrir las mismas dificultades que vive nuestra protagonista”, ha dicho, mientras solicitaba a la audiencia que no se creyera todo lo que en Occidente se dice sobre la vida en el interior de su país. “Lo que veis fuera no es realmente lo que se vive dentro. Estadísticamente, Irán es uno de los países con mayor número de mujeres con estudios superiores. No tengo ninguna envidia de la mujer en Occidente. Somos diferentes en el pensamiento y la cultura, pero nada más”.

Nahid, que toma el nombre de la protagonista, a la que da vida la actriz Sareh Bayat (Nader y Simin, una separación), se ha rodado en Irán con total libertad y sin ningún problema de censura, según la directora y su marido, Arsalan Amiri, también presente en el encuentro con la prensa. Amiri se apuntó a la defensa del papel de la mujer como lo “más bello y mágico”. “En Irán, los hombres disfrutamos de las mujeres creativas, fuertes y poderosas. Nos alegra mucho tener a esas mujeres en la sociedad”.

Solo cuando le preguntaron por la falta de libertades en su país y que afecta de manera directa a su colega, el director Jafar Panhi, uno de los cineastas con mayor protección internacional, detenido en varias ocasiones y obligado a no abandonar su país ni a rodar películas, Ida Panahandeh reconoció que cada uno es libre de expresar su opinión, que ella misma podría vivir en Europa pero que prefiere hacerlo en su país natal, a pesar de que haya menos libertad. “Para vivir en Irán hay que aprender a obedecer las leyes. Yo prefiero tener menos libertad y obedecer las leyes de mi país”. Preguntada por la ausencia de secuencias de sexo en un filme de relaciones de pareja, la cineasta aseguró que en la cultura persa lo que pasa en el interior de los dormitorios es absolutamente privado. “Es lo que yo también siento”.

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