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Crítica
Opinión
Texto en el que el autor aboga por ideas y saca conclusiones basadas en su interpretación de hechos y datos

‘Carlos’ no se corona

El episodio con el que arranca la nueva serie de TVE, llamada a ser la sucesora de 'Isabel', tiene un serio problema de ritmo

Natalia Marcos

Con Carlos, Rey Emperador, TVE no lo tenía nada fácil. El éxito de Isabel ponía ración extra de presión y responsabilidad sobre el drama histórico centrado en el nieto de los Reyes Católicos y que se esperaba como el sucesor de la serie sobre Isabel y Fernando. A su favor también tiene la labor de enganche del público que llevó a cabo su predecesora, unos espectadores que se habrán asomado con curiosidad a la nueva serie de La 1. Sin embargo, el resultado no es el que se podía esperar. 

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¿Cuestión de presupuesto? Seguramente. ¿De guiones? Quizá también. ¿De interpretaciones? En parte. El caso es que Carlos, Rey Emperador no termina de cuajar. El primer capítulo, que se mostró la semana pasada en Vitoria en el FesTVal y que ayer estrenó La 1, no engancha. Con un serio problema de ritmo, el episodio se hace larguísimo (de hecho, lo es, con casi 80 minutos de duración). Y la historia no termina de arrancar.

Un joven Carlos llega a Castilla para ponerse al frente de un reino que ni lo conoce ni lo quiere. Pero la serie no solo se centra en su historia, sino que abre el abanico de tramas para mirar también a América con Hernán Cortés y a Francia con Francisco I (más tarde se sumarán también el Vaticano y más emplazamientos). Muchas tramas, muchos personajes, mucho hablar y poca acción.

El problema del presupuesto en las series españolas es evidente. Preparar una serie de 17 capítulos como esta con el mismo dinero que los 13 últimos episodios de Isabel implica hacer milagros para sacar adelante un producto a la altura de las circunstancias (y eso que Isabel también había visto su presupuesto reducido con el paso del tiempo).

De todas formas, Carlos no es un desastre total, ni mucho menos. Aunque tiene algunos errores de casting llamativos, cuenta también con buenas interpretaciones (Álvaro Cervantes sale airoso como un inexperto y joven —de momento— Carlos de Habsburgo; José Luis García Pérez borda a Hernán Cortés; Alfonso Bassave hace lo propio con Francisco I; a Blanca Suárez aún no se la ve en acción), una buena factura técnica, una ambientación oscura, con una iluminación tenue y una banda sonora con el coro y la orquesta de RTVE que ayuda a crear la atmósfera adecuada. Es el tipo de series que cabe esperar en una televisión pública. El problema es que en este caso la historia no fluye como debería. Falta algo que enganche, que motive a seguir más allá.

Desde la cadena se ha insistido mucho en que no estamos ante una cuarta temporada de Isabel. Y es cierto, Carlos no es Isabel. Lamentablemente. Es imposible saber cómo será una serie con solo un capítulo y ojalá que con el paso de los episodios, esos problemas de ritmo desaparezcan (al fin y al cabo, resumirán toda la vida del rey en una sola temporada). Pero es una lástima que su puesta de largo no sea tan espectacular como Carlos merecía.

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Sobre la firma

Natalia Marcos
Redactora de la sección de Televisión. Ha desarrollado la mayor parte de su carrera en EL PAÍS, donde trabajó en Participación y Redes Sociales. Desde su fundación, escribe en el blog de series Quinta Temporada. Es licenciada en Periodismo por la Universidad Complutense de Madrid y en Filología Hispánica por la UNED.

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