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El argentino Pablo Trapero logra el aplauso unánime por ‘El Clan’

Es un 'thriller' basado en hechos reales sobre una familia que secuestraba y mataba a sus víctimas en 1985. Es una de las dos películas hispanohablantes en competición

Desde la izquierda, Peter Lanzani, el director Pablo Trapero y Guillermo Francella, hoy en Venecia.
Desde la izquierda, Peter Lanzani, el director Pablo Trapero y Guillermo Francella, hoy en Venecia.Dominique Charriau (WireImage)

Lo señalan al principio. Y se agradece, ya que la duda sería más que legítima. Muchas proyecciones de la sección oficial de La Mostra arrancan con el mismo mensaje: “Basada en una historia real”. Y, a continuación, se despliega una trama que parecería imposible si no fuera por el aviso previo. Tres expediciones que escalan el Everest a la vez, una soprano pésima que se cree una estrella, una mujer capaz de amar a su marido incluso cuando se opera para cambiar de sexo. A la lista se añaden hoy los Puccio, que montaron una empresa familiar de secuestros y asesinatos en la Argentina de los setenta y en la que salía de la dictadura en los ochenta. La historia que cuenta Pablo Trapero en El clan, conocida de sobra en su país, ha recibido una buena acogida del aplausómetro del festival de Venecia. Menos consensos y más silbidos, en cambio, para el otro filme a concurso del día: A Bigger Splash, de Luca Guadagnino.

Arquímedes Puccio lo llama “trabajo” y habla de “huéspedes”. Sin embargo, el hombre se dedica a secuestrar algún miembro de familias ricas y poderosas, pedir el rescate y, una vez obtenido el dinero, deshacerse del invitado y enterrarlo por algún lado. Todo con la preciosa colaboración de su hijo y el silencio-consenso de su mujer y sus otros herederos. Y así lo muestra la película, que reproduce un paso tras otro el gélido plan de Arquímedes, exmiembro de los servicios secretos que aprovecha el caos que atraviesa el país para acumular una fortuna.

Los aplausos de Venecia refuerzan la carrera de El clan, que ya se ha convertido en el mejor estreno de una película argentina en su propio país. Música para los oídos también de los hermanos Almodóvar y su compañía El deseo, que coproduce el filme. Una fórmula que parece aurea, ya que también estuvieron detrás de Relatos Salvajes, el taquillazo argentino del año pasado que llegó a optar al Oscar al mejor filme de habla no inglesa.

En Venecia, festival que conoce porque lo visitó con su ópera prima, Mundo grúa, en 1999, Trapero ha asegurado: "Para mí esto pudo pasar porque es un síntoma de la época, el fin de la Guerra de Malvinas, el fin de la dictadura y llega la democracia", explica Trapero. Para armar el guion, y porque aunque era un caso conocido no se sabía mucho de las actividades de la familia, el director estuvo un tiempo tras los testigos: "Tocó hacer una investigación un poco a la antigua, ir a tocar el timbre, hablar con gente, ir al club, hablar con los jueces que llevaron las causas, con familiares de las víctimas, con compañeros de Alejandro del club, con peritos, leímos las causas del juicio". El padre, que en 2012, ya fuera de la cárcel, dijo que quería hablar con Trapero para contar su verdad aunque finalmente rechazó el encuentro, sostuvo hasta su muerte en 2013 que era inocente. Trapero creyó que le sería difícil convencer a Francella para hacer un papel de "malvado de película", pero él dijo que sí de forma entusiasta e inmediata porque había vivido cerca del barrio y "había sido uno de los vecinos que pensaba que era un error".

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