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CRÍTICA | UN DÍA PERFECTO
Opinión
Texto en el que el autor aboga por ideas y saca conclusiones basadas en su interpretación de hechos y datos

El humor del dolor

Sus diálogos son afilados, humanistas, nunca destruyen. León, en ese sentido, siempre ha sido más Ettore Scola que Berlanga

Javier Ocaña
Benicio del Toro y Tim Robbins, en 'Un día perfecto'.
Benicio del Toro y Tim Robbins, en 'Un día perfecto'.

En los escritos del periodista polaco Ryszard Kapuscinski, junto a la cruda descripción, el encuentro con el Otro, el análisis político y la invitación a la reflexión social y moral, no pocas veces se colaba el humor. Un método de distanciamiento, una forma de espantar el miedo, una ironía casi autorreferencial que en Un día perfecto, la nueva película de Fernando León de Aranoa, no es que se cuele por una rendija, es que irrumpe por la ventana como principal seña de identidad. Ambientada en esos Balcanes de los noventa, supuestamente pacificados pero aún con infinidad de brechas abiertas, la película, eso sí, tiene más de tragicomedia que de ejercicio de humor negro. Sus diálogos, afilados, mortuorios, desmitificadores, humanistas y brillantes, acarician, conmueven, pero nunca destruyen. Te hacen sonreír, te emocionan, pero no te incomodan. León, en ese sentido, siempre ha sido más Ettore Scola que Berlanga.

Quizá se le pueda acusar de que todos son demasiado brillantes en la ironía (hasta el crío tiene una), pero mejor una película en la que todos hablen como personajes de Aaron Sorkin que no una que carezca de talento. Aupado por el extraordinario carisma (y trabajo) de sus protagonistas, por un magnífico diseño de producción, y por la foto de Álex Catalán, experto en encender los colores, en el contraste, que aquí muta, desangelando la luz para hacerla acorde con el clima, los lugares, los rostros ajados de los lugareños y la frialdad de sus personajes, León ha compuesto un relato en el que, sin una muerte en pantalla, sin un drama atroz, la guerra y sus destructoras consecuencias se infiltran a cada instante. En las pequeñas cosas: una vaca, un pozo, un balón.

Un día perfecto

Dirección: Fernando León.

Intérpretes: Benicio del Toro, Tim Robbins, Olga Kurylenko, Mélanie Thierry, Fedja Stukan.

Género: tragicomedia. España, 2015.

Duración: 106 minutos.

En fin, la vida.

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Sobre la firma

Javier Ocaña
Crítico de cine de EL PAÍS desde 2003. Profesor de cine para la Junta de Colegios Mayores de Madrid. Colaborador de 'Hoy por hoy', en la SER y de 'Historia de nuestro cine', en La2 de TVE. Autor de 'De Blancanieves a Kurosawa: La aventura de ver cine con los hijos'. Una vida disfrutando de las películas; media vida intentando desentrañar su arte.

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