_
_
_
_
_

Don Juan Carlos pide apoyo a los toros frente a las críticas

El Rey asiste al regreso de las corridas a San Sebastián, tras dos años

Juan Carlos I recoge la montera en el brindis de Ponce.
Juan Carlos I recoge la montera en el brindis de Ponce.J. Hernández

La fecha, el 13 de agosto de 2015, quedará marcada. La vuelta de la fiesta de los toros a San Sebastián después de dos años de prohibición decidida, en minoría, por el anterior Ayuntamiento de la coalición abertzaleBildu, era un desafío para la afición taurina vasca y para muchos donostiarras. La emoción se palpaba en el ambiente, con seis mil personas que ocupaban los tendidos de una plaza deseosa de volver a vibrar como no había podido hacer durante el mandato de dicha formación.

Quiso encabezar este apoyo al regreso de los toros a la capital guipuzcoana el rey Juan Carlos, que ocupó un burladero del callejón acompañado por la infanta Elena y sus nietos María Victoria Federica y Froilán. Previamente, había comido en el Akelarre de Pedro Subijana. La noche anterior cenó en el restaurante de Juan Mari Arzak.

“Un activo de España”

 La fiesta de los toros “es un activo de España que tenemos que apoyar”, afirmó en declaraciones a TVE sobre su primera visita a una corrida en la capital guipuzcoana.

Su presencia motivó algunas críticas, por lo que el grupo de antitaurinos habitual se mezcló con algunos antimonárquicos que lucieron banderas republicanas y también con grupos independentistas. Unas cien personas se manifestaron en la misma acera de acceso al coso.

La Ertzaintza vigiló la escena, pero no evitó los gritos de “asesinos” a quienes acudían al festejo. El otro grito más repetido fue “Goia y Borbón, lo mismo son”, en alusión al actual alcalde donostiarra, el peneuvista Eneko Goia, quien decidió recuperar el festejo tras ganar en las elecciones municipales del 24-M. La mayoría de los taurinos ignoró a ese grupo y no se registraron incidentes reseñables en el acceso a la plaza.

Don Juan Carlos fue el receptor de los tres primeros brindis de la tarde; la terna lo hizo en medio de mayoritarias ovaciones de los presentes, junto a leves silbidos.

Junto a los aficionados donostiarras asistieron también seguidores de la fiesta llegados de Bilbao y un buen número de franceses.

 Gritos fuera de la plaza

 Fuera del coso, sin embargo, los ánimos se iban caldeando. La protesta fue creciendo en número de participantes hasta llegar a los dos centenares de personas. “Los Borbones a los tiburones”, gritaban algunos ellos. Un antitaurino, que portaba una pancarta, clamaba por el fin de “la tortura” a los animales. Un aficionado a la fiesta le respondía encarándose con él: “Sería mejor que te hagas vegetariano, qué chorrada esa de no matar animales. ¿Y tú qué comes?”.

Los manifestantes tan pronto criticaban a la Monarquía como clamaban a favor de la independencia de Euskadi. Tanto acusaban a los toreros y los taurinos de ser unos “asesinos”, como gritaban “PNV español” o “Vosotros fascistas sois los terroristas”.

Toda la cultura que va contigo te espera aquí.
Suscríbete

Babelia

Las novedades literarias analizadas por los mejores críticos en nuestro boletín semanal
RECÍBELO

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_