'Penny Dreadful' y los monstruos de nuestro interior
Hay monstruos que asustan por su forma externa, seres deformes que habitan las pesadillas de quienes no tienen la conciencia tranquila. Hay monstruos que asustan a los demás aunque no sea su intención, que tienen un alma bondadosa pero no pueden evitar dar miedo. Y hay monstruos que asustan a uno mismo, habitan en el interior de cada uno como una parte inseparable de nuestro ser y que queremos mantener oculta pero brota al exterior de forma incontrolada. Hay monstruos y monstruos. Y todos están en Penny Dreadful.
En su primera temporada, la serie se presentó como un curioso pastiche, una extraña combinación de elementos a cada cual más extravagante, a cada cual más loco, pero que funcionaba. Desde vampiros a misteriosos seres venidos del inframundo, pasando por personajes de la literatura clásica como el doctor Frankenstein y su criatura o Dorian Gray. Un grupo variopinto de personajes en el que destacaba la personalidad de Vanessa Ives (interpretada por una desatada Eva Green) y sus ataques y posesiones que se apoderaban de la serie y de la atención del espectador.
La segunda entrega, que acaba de llegar a su fin y se ha podido ver en Movistar Series (ahora, en el servicio bajo demanda de Movistar +), ha recuperado esos personajes, sumado algunos nuevos y repartido el protagonismo entre todos ellos de forma algo más equitativa. La historia, que se ha adentrado en el mundo de las brujas y la magia negra, ha profundizado en ese lado oscuro de los personajes, en sus monstruos interiores, esos que no les dejan llevar una vida como la del resto de los mortales. A unos, porque no son mortales. A otros, porque tienen conexiones con el mismísimo diablo. A otros, porque la mala conciencia no les deja seguir adelante. Y a otros, porque las noches de luna llena se transforman en lobo. Los monstruos que llevamos dentro, los que somos de nacimiento y los que otra persona ha creado. De hecho, una de las historias más interesantes de esta segunda temporada ha sido la de Víctor Frankenstein y sus creaciones, que ha aportado nuevos matices y nuevas capas a la serie.
Penny Dreadful recurre a una estética gótica para recrear el Londres victoriano lleno de calles oscuras y caserones tenebrosos cuyo efecto aumenta con el uso de la música y una cuidada puesta en escena. A eso se suma la buena labor interpretativa de un elenco entregado a la causa.
Muchos son los motivos que hacen de Penny Dreadful una serie la mar de disfrutable. Cuando se conecta con ella, el espectador encuentra un divertimento que atrapa y en el que es muy complicado aburrirse. Porque, como Vannesa Ives, sir Malcom, Ethan Chandler o Víctor Frankenstein, hasta las personas aparentemente más corrientes tenemos monstruos en nuestro interior.