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Análisis
Exposición didáctica de ideas, conjeturas o hipótesis, a partir de unos hechos de actualidad comprobados —no necesariamente del día— que se reflejan en el propio texto. Excluye los juicios de valor y se aproxima más al género de opinión, pero se diferencia de él en que no juzga ni pronostica, sino que sólo formula hipótesis, ofrece explicaciones argumentadas y pone en relación datos dispersos

Su patria es la música

Cuenta en sus memorias Joseph Ritter von Spaun, amigo y protector del compositor vienés Franz Schubert, cómo una tarde de 1815, en una visita al compositor, lo encontraron resplandeciente, caminando de arriba a abajo con el Erlkönig de Goethe en sus manos, leyendo y releyendo en voz alta. De repente, se detiene y en un instante escribe a vuelapluma el manuscrito de la maravillosa balada. Ya que no había piano en casa, fueron luego al convento y allí cantaron el lied,que fue recibido con gran entusiasmo por los amigos. Esta anécdota nos ilustra cómo el sonido se gesta en la cabeza del compositor, sin mediación de un instrumento de apoyo, y es después pautado, notado con absoluta precisión.

Es precisamente esa extraordinaria imaginación sonora, esa admirable capacidad de conducir a la orquesta hasta un sonido previamente gestado y madurado en el interior de la memoria, lo que ha llevado a los músicos de la Filarmónica de Berlín a designar como su titular a un joven director que, hasta la fecha, sólo había estado en tres ocasiones (2006, 2009, 2012) al frente de esta legendaria formación. Kirill Petrenko, formado musicalmente en Viena, donde trabajó hasta la extenuación, es un músico de verdad, honesto y profundo, con una medida gestualidad que expresa sólo lo absolutamente necesario para extraer la esencia de la música.

Soy testigo de la magia de su último concierto el 21 de diciembre de 2012 con la Filarmónica, como también del absoluto entusiasmo de los músicos después de la prodigiosa interpretación de Le Poème de l’Extase, de Aleksandr Skriabin. En aquella ocasión, le preguntaron en qué lugar del mundo se sentía en casa y si necesitaba un piano para trabajar con tal profundidad las obras que dirigía, a lo que el tímido maestro ruso respondió diciendo que no necesitaba un piano, pero sí tiempo suficiente para trabajar en su interior el sonido y así poder interrogarlo en cada mínimo detalle, pues luego delante de la orquesta no habría tiempo ya para cavilaciones. Ahí en ese sonido, en la Música, “aunque suene quizá un poco patético decirlo”, se disculpaba, estaría también su casa. Su patria.

“Cuando hago música de cámara sé en menos de dos minutos si hay verdadera comunicación con quien está tocando conmigo”, decía ayer en la rueda de prensa el representante de la orquesta. Bastó muy poco a los integrantes de una de las más asombrosas formaciones musicales del mundo para descubrir que, en el interior de Kirill Petrenko, habita un sonido auténtico, profundo y luminoso. Y es en ese lugar donde los filarmónicos han sabido encontrar su nueva casa, su patria: la Música.

Mauricio Sotelo es compositor y director de orquesta, autor de, entre otras obras, la partitura de El público, la ópera sobre textos de García Lorca que se estrenó en el Teatro Real el pasado febrero.

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