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La protesta de Taylor Swift hace recapacitar a los jefes de Apple

La compañía pagará finalmente a los artistas durante los tres meses de prueba gratuita de su nuevo servicio de 'streaming' La cantante anunció que retiraría su último disco de Apple Music

Taylor Swift, durante su actuación de ayer en Ámsterdam.
Taylor Swift, durante su actuación de ayer en Ámsterdam.Michel Porro (Getty Images for TAS)

Apple ha escuchado las críticas de Taylor Swift. La cantante estadounidense anunció ayer que no pondría a disposición su álbum más reciente, 1989, en Apple Music, la nueva plataforma musical de la compañía, ya que esta no pagaba los derechos correspondientes a discográficas y músicos para los primeros tres meses de prueba gratuita del servicio. Han pasado menos de 24 horas y el vicepresidente de Apple, Eddy Cue, ha anunciado a través de su cuenta en Twitter el cambio de rumbo: "Apple pagará a los artistas por el streaming, incluso durante el periodo de prueba gratuito para los consumidores". 

En otro tuit, Clue ha asegurado que la compañía "escucha" a Swift y a los artistas independientes. De hecho, el vicepresidente de Apple llamó personalmente a la cantante para explicarle y anunciarle su decisión, según recogen varios medios estadounidenses. Y a su vez la artista, que se encuentra de gira promocionando 1989 por Europa, ha colgado otro mensaje en la misma red social donde asegura que se encuentra "aliviada" y ha agradecido todo el apoyo recibido desde su ataque a la política de la compañía.

Swfit publicó una carta abierta que tituló Para Apple, con amor, en el sitio de blogs Tumblr, de cara a que el próximo 30 de junio se ponga en marcha Apple Music, el servicio de suscripción con el que la compañía aspira al trono de Spotify, principal portal de streaming musical a nivel mundial con más de 60 millones de usuarios.

En su mensaje, del que se hacen eco medios como The New York Times, Swfit tachaba la política de Apple de "chocante, decepcionante y completamente diferente a esta empresa históricamente progresiva". "Tres meses es un período muy largo para que no se pague, y es injusto que se pida a alguien que trabaje para nada", agrega.

Según la cantante, su opinión no es la queja solitaria de "una niña mimada", sino que se extiende por círculos artísticos que comparte, aunque muchos "tienen miedo de decirlo en voz alta" por la "admiración y respeto" que tienen por la firma tecnológica. "Lo digo con amor, reverencia y admiración por todo lo demás que ha hecho Apple", sostiene Taylor Swift.

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La creadora terminaba su mensaje pidiendo a Apple que lo reconsidere. "No pedimos iPhones gratis. Pero, por favor, no nos pidan que os proporcionemos nuestra música sin ningún tipo de compensación", dice la cantante en su carta púbica a los directivos de Apple.

La célebre cantante estadounidense ya protagonizó hace un año una pelea parecida con el coloso del streaming musical, Spotify. La artista retiró todo su repertorio del servicio, como forma de protesta contra el escaso dinero que, a su modo de ver, se destina a los músicos. Precisamente por la misma razón, el rapero Jay-Z y otras estrellas de la música como Beyoncé (su esposa), Madonna, Alicia Keys, Daft Punk, Jack White, Chris Martin (Coldplay), Kanye West, Nicki Minaj, Rihanna, Deadmau5, Arcade Fire, Calvin Harris, Jason Aldean, J. Cole o Usher lanzaron a principios de abril su propio servicio de streaming, Tidal. 

La pelea no es para menos. En 2014, los ingresos de la música digital superaron por primera vez a los de los soportes físicos: 6.480 millones para las ventas online contra 6.452. Una cuarta parte de este resultado se debió precisamente a los servicios de streaming, que han ido aumentando constantemente su recaudación hasta los 1.513 millones del año pasado, según el informe anual de la Federación Internacional de la Industria Discográfica.

Aún así, el negocio del streaming sigue lejos de ser rentable, al menos a juzgar por el balance económico de Spotify publicado en mayo por The Guardian: pese a ingresar más que nunca en 2014 (poco más de 1.000 millones de euros), la compañía vio aumentar también sus pérdidas netas respecto al año anterior: de 55,9 millones a 162.3. Eso sí, fuentes de Spotify aseguraban al diario británico que se trata de resultados previstos y que a largo plazo el servicio acabará contando con beneficios netos.

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