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Jane, una virgen de telenovela

Gina Rodríguez, ganadora del Globo de Oro, protagoniza la serie que llega a Canal +

La actriz Gina Rodríguez, protagonista de 'Jane the Virgin'
La actriz Gina Rodríguez, protagonista de 'Jane the Virgin'

Se hace raro pensar en una telenovela como lo más moderno de la televisión. Y aún más como arma social, el revulsivo revolucionario de la televisión estadounidense. Pero Jane the Virgin, la serie que esta noche estrena Canal + Series (21.30) es las dos cosas. Claro que según subraya una y otra vez su heroína, Gina Rodríguez, Jane the Virgin no es una telenovela aunque esté basada en uno de los culebrones venezolanos más populares en 2002 titulado, cómo no, Juana, la virgen. “Pero lo nuestro es una comedia con bastante drama. El viaje de una joven hispana por una sociedad multicultural como es la estadounidense que tiene poco de telenovela y más de realidad. Mi vida estos últimos meses si que parece una telenovela”, se ríe la nueva estrella de la televisión y recién galardonada con el Globo de Oro a la mejor actriz de comedia o musical. “Bueno, lo de la inseminación artificial quizá no sea tan real”, se corrige ella misma entre risas.

Melodrama y fantasía para acercarse a la realidad cotidiana

Habla precisamente de la premisa de esta serie en la que Jane, joven hispana de 23 años, inteligente, trabajadora, con planes de futuro, novio y decidida a guardar su virginidad hasta su matrimonio, se ve inseminada artificialmente por error con el esperma de su jefe, un vividor y millonario con ganas de sentar la cabeza tras haber superado un cáncer. Suena a telenovela y de algún modo lo es. Como afirma su showrunner y guionista, Jennie Snyder Urman, Jane the Virgin es una carta de amor a las telenovelas, que se divierte con ellas pero también utiliza su melodrama y fantasía para acercarse a la realidad cotidiana. Y en ello radica su éxito. En ello y en ese arma secreta llamada Gina Rodríguez, la tercera candidata de una audición de varios centenares de quien nadie dudó que era la verdadera Jane.

La actriz de 30 años se ha convertido en el rostro de los hispanos, esa minoría mayoritaria en Estados Unidos que como dijo Rodríguez al recoger el Globo de Oro “quieren verse como héroes” en la televisión. “Está claro que soy parte del cambio”, aseguró la intérprete antes de añadir eso de “las cadenas están viendo que cuando abren la puerta el mundo es diverso”. En un momento en el que Hollywood está siendo duramente criticado por la falta de diversidad en sus principales galardones, los Oscar, que solo ha escogido intérpretes blancos como nominados, la serie Jane the Virgin refleja una pluralidad cultural, idiomática, racial y hasta religiosa difícil de ver en cine. La culminación de otras series que, como Ugly Betty (Betty la fea) con anterioridad o más recientemente The Bridge, intentan mostrar con un diálogo bilingüe en inglés y castellano y un reparto hispano que se sale del estereotipo. Porque como recuerda Snyder Urman, Jane es alguien que “también adora los sándwiches de queso a la plancha y no solo las quesadillas”.

Este trabajo refleja una pluralidad cultural y racial difícil de ver en cine

Jane the Virgin también quiere subrayar otra minoría: la de las mujeres en televisión. Cuando de nuevo en Hollywood el último informe indica que el porcentaje de mujeres detrás de las cámaras se encuentra en su punto más bajo desde hace 17 años, Snyder Urman no esconde su intención de contar en su serie con un equipo principalmente formado por mujeres. No solo en la dirección sino en la sala de guionistas. La idea no es hacer un show para mujeres, lo mismo que Jane the Virgin no está dirigido al público hispano en especial. De nuevo, su audiencia es la más general posible, esa que ha convertido a esta anomalía en uno de los éxitos menos esperados de la última temporada televisiva y que le ha permitido ser renovado por una segunda temporada. Snyder Urma cita a la productora Shonda Rhimes como su inspiración y series como Las chicas de Gilmore (de la que fue guionista), la citada Ugly Betty y la película Amelie como sus mejores guías para conseguir ese mundo fantástico anclado en la realidad que muestra Jane the Virgin.

La serie tiene un último elemento que la separa de todas. Sin hacer burla de la religión pero sin ser maniquea, presenta una heroína que parece la antítesis a lo que se ve en la televisión habitualmente: una joven hispana inteligente y orgullosa de su fe dispuesta a ser virgen sin ser por ello mojigata. Como dice Rodríguez con orgullo, su personaje quiere “hacerle ver a las futuras generaciones que no hay problema con aceptar elecciones que no son populares”. Es el tipo de papeles que esta actriz, prácticamente desconocida antes de su trabajo en Jane the Virgin, quiere que vean sus sobrinos. Aunque sea en un formato de telenovela adaptado al siglo XXI.

Y después...

No es ningún spoiler hablar del futuro de Jane the Virgin. De si hay un futuro una vez eliminada la premisa del título. Ni Rodríguez ni Snyder Urman lo dudan, especialmente ahora que la serie ha firmado por un año más. "Jane tendrá a su hijo al final de la primera temporada, eso no es ningún misterio", tranquiliza la showrunner a sus fans. La inmaculada concepción solo es la catálisis de la serie, no su razón de ser.

Pero no busques pistas en la telenovela venezolana porque la estadounidense cada vez se separa más de su fuente de inspiración. El factor determinante se llama Gina, cambiando la dinámica de esta comedia construida desde su llegada con ella y para ella. “Desde el primer día Jennie y Ben (Siverman, productor) quisieron saber todos los detalles de mi vida, contar una historia de una hora que te divierta y te bombardee con información de un mundo que existe. No es la historia de una latina embarazada sino de su mundo donde el niño cuando llegue no será más que otro personaje”, adelanta la actriz.

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