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Las series danesas pisan fuerte

‘Borgen’ o ‘1864’ prueban la pujanza de la ficción televisiva producida en Dinamarca

En menos de cinco años, cinco series de televisión producidas en Dinamarca han conseguido un éxito sin precedentes en la historia de este pequeño país de algo más de 5,5 millones de habitantes. Primero fue Forbrydelsen (emitida en España en AXN) una coproducción alemano-danesa más conocida como The Killing, a quien siguió Borgen (Canal +). Después llegó la coproducción sueco-danesa Bron/Broen para emitir en 2014 The Legacy. La última en sumarse a la lista de series danesas es 1864 (Canal + Series), un drama histórico sobre la desastrosa guerra de Schleswig-Holstein entre Dinamarca y la Prusia de Bismarck, en la que Dinamarca perdió una gran parte de su territorio y ganó el profundo trauma que todavía hoy acompaña la mentalidad danesa.

Como 1864, todas estas series cuentan historias muy locales: varios asesinatos en Copenhague, la llegada al cargo de la primera ministra mujer en la historia del país, el asesinato de una prostituta en el Puente de Oresund que une Dinamarca con Suecia o los problemas entre los herederos de una excéntrica artista danesa en los años sesenta y setenta. Como 1864, todas estas series han sido financiadas y producidas por la televisión pública danesa y aunque esta última ha sido la producción de una serie televisiva más cara de la historia de país, ninguna de ellas ha contado con un presupuesto comparable con el de las producciones norteamericanas a las que estamos acostumbrados.

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Además aunque algunos de los actores que protagonizan 1864 ya empiezan a sonar entre los amantes de las buenas series, ninguno de ellos es conocido fuera de Dinamarca y ninguno acapara portadas del corazón. Entonces, ¿por qué todas y cada una de estas series han ido cosechando, uno tras otro, éxitos hasta convertirse en series de culto en más de 70 países?

"El éxito de las series danesas de televisión ha llegado por sorpresa. Ni están en Dinamarca acostumbrados a hacer grandes producciones, ni se plantearon con ninguna de estas series pensar a lo grande”, admite Nadia Klovedal Reich, responsable del departamento de series de DR, Danmark Radio. Todas las grabaciones se hicieron siguiendo a raja tabla el patrón de uno de los dichos más conocidos en este pequeño país: “nunca vueles más arriba de donde las alas te puedan llevar”. Y sin embargo, su emisión les hizo volar lejos, les aportó éxitos, premios internacionales y altas audiencias en todo el mundo.

Un currículum que, a decir verdad, pocos entienden en Dinamarca. Tanto es así que la Universidad de Aalborg ha recibido 6,5 millones de coronas (870.000 euros) para que nueve investigadores respondan a la pregunta "¿qué hace a las series danesas viajar?". Los teóricos universitarios tendrán que explicar cómo, por ejemplo, un drama de época consigue el mismo éxito, en la pequeña pantalla, que los argumentos contemporáneos de una serie policial.

Algunas pistas ya existen. La primera la han encontrado entre anécdotas repetidas en varios países. Empezaron en Reino Unido, donde casi todos los corresponsales políticos que a diario siguen los entresijos del Parlamento británico se manifestaron seguidores fieles de Borgen y admitieron estar obsesionados con su protagonista, la primera ministra de ficción Birgitte Nyborg. Una mujer que llegó al poder solo unos meses antes de que lo hiciera en Dinamarca Helle Thorning-Schmidt, como si la ficción televisiva fuera dictando la actualidad. Detrás de su interés parece estar la extrema y fiel humanización de los personajes. Los periodistas políticos ingleses, pero también los españoles o norteamericanos, reconocen los entresijos políticos que se describen en Borgen. Pero la serie viene a ofrecerles algo más, algo que ellos intuyen pero nunca han podido constatar o escribir: las miserias del individuo, el aspecto personal del político cuya cara exterior se conoce a la perfección pero de cuyos miedos, problemas de pareja o con los hijos no tienen ni idea.

Eso pasa con la primera ministra de Borgen pero también con Saga y Martin, la policía sueca y el inspector danés que investigan el asesinato en el Puente Orensund. Pasa también con Sarah Lund, la investigadora policial de The Killing, o con los herederos de The Legacy. Se nos cuentan historias o incluso una parte de la historia, a veces con inexactitudes pero siempre muy humanizadas. El objetivo, aseguran desde DR, es educar y abrir debates pero sobre todo entretener, por eso nos “metemos de lleno, sin esconder nada, en las miserias e inseguridades del ser humano, ya sea una primera ministra, una inspectora autista de policía o un soldado del siglo pasado”, explica Søren Malling, que en 1864 hace el papel de un viejo soldado llamado Johan y que ya actuó también en Borgen y The Killing. "Tenemos las agallas para contar historias sin pulir y no tenemos miedo de mirar el lado oscuro. La gente puede identificar y verse a sí mismos en muchos de los personajes de las diferentes series de televisión danesas ", dice.

El papel de la mujer en estas series se presenta, además, como algo clave. No son figurines de belleza exótica que de forma casi milagrosa resuelven en dos minutos un enigma. Son mujeres con roles convincentes que, en el caso de Sofia en The Killing, además de detective que resuelve casos policiales intrigantes no duda en mostrar su papel disfuncional de madre soltera.

El realismo se lleva a extremos insospechados. Nada de la Dinamarca de consenso político y del estado de bienestar acolchado y progresista. La realidad habla de intrigas políticas en los pasillos de Borgen, sede parlamentaria y el Palacio de Gobierno de Dinamarca; de infidelidades matrimoniales al amparo de una investigación policial o de traumas de guerra pasados y actuales en la particular batalla contra Prusia o contra los males de la sociedad moderna.

Por supuesto la forma de contarlo también influye. El notable grado de libertad artística que se le dio al escritor y director de 1864 es algo que el mismo Ole Bornedal insiste en subrayar. El autor, que cuenta en su haber con varios proyectos de alto presupuesto, conoce cómo se hacen las cosas en Hollywood y el lenguaje que funciona en la gran pantalla y lo ha llevado a la pequeña. De libertad a la hora de trabajar hablan también desde DR. “Se les da un montón de espacio y de tiempo para desarrollar la historia, las decisiones no vienen de los ejecutivos sino de los creativos porque al final lo que importa es el sentimiento, la intriga y el realismo”.

Eso precisamente, sentimiento, intriga y realismo, es lo ha hecho triunfar las series producidas por DR, un canal de televisión púbico con la mitad del presupuesto de TVE y ocho veces menor que el de la BBC.

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