_
_
_
_
_

Cóctel de referencias

El problema de partir de una serie de referencias míticas es que la mezcla final no alcance una identidad más allá del fuego artificial

Javier Ocaña
Fotograma de 'El club de los incomprendidos'.
Fotograma de 'El club de los incomprendidos'.Bambú Producciones

Partir de una serie de referencias míticas para luego intentar encontrar una voz propia con una tonalidad distinta de la del semillero utilizado como punto de partida narrativo no tiene por qué ser negativo, sobre todo cuando estamos ante un director debutante. El único y gran problema es que tras recoger de una o varias películas (y homenajearlas explícitamente, lo que te lleva cerca de la calcomanía), el tratamiento posterior, las aportaciones propias y, lo peor, la mezcla en la batidora referencial de relatos y productos de muy distinta condición y dramaturgia no alcancen una identidad más allá del fuego artificial. Situación a la que se dirige la más aparente que consistente El club de los incomprendidos, debut de Carlos Sedes, basado en la novela Buenos días, princesa, de Blue Jeans, que ya desde el título remite a El club de los cinco (John Hugues, 1985), pero que además tiene reminiscencias de obras tan distintas como Todo en un día (Hugues, 1986), Las ventajas de ser un marginado (Stephen Chbosky, 2012) y El club de la lucha.

Con bases dramáticas tan conocidas, da la impresión de que los artífices prefieren jugar al homenaje, al menos en su primer tercio, cuando en realidad están muy cerca del saqueo. Situación primigenia y presentación de personajes aparte, de El club de los cinco no sólo hay planos directamente calcados (la disposición de los chavales en las mesas, las carreras por el pasillo...) y un escenario exacto (la biblioteca de variadas alturas), sino también el subtexto definitorio y estereotipado de la tipología de cada uno de ellos (la princesa, el deportista...), con muy leves cambios. A partir de ahí, eso sí, El club de los incomprendidos sale al exterior y es donde encuentra sus mejores armas. La película tiene empaque gracias a una estupenda factura técnica, logrando buenas escenas ambientadas en discotecas y recintos deportivos, dos cojeras habituales del cine español, y sabe encontrar ese espíritu de Todo en un día de el-gran-momento-de-nuestra-adolescencia, enmarcándolo en lugares de Madrid reconocibles y bien aprovechados.

EL CLUB DE LOS INCOMPRENDIDOS

Dirección: Carlos Sedes.

Intérpretes: Charlotte Vega, Álex Maruny, Michelle Calvó.

Género: juvenil: España, 2014

Duración: 105 minutos.

Sin embargo, es en la aparición del drama, aspecto proveniente no de ese cine juvenil de los 80, sino del indie contemporáneo, donde a la película se le notan más las costuras: nunca está trabajado, simplemente sale a borbotones, y carece de justificación y de trazo dramático.

Toda la cultura que va contigo te espera aquí.
Suscríbete

Babelia

Las novedades literarias analizadas por los mejores críticos en nuestro boletín semanal
RECÍBELO

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_

Sobre la firma

Javier Ocaña
Crítico de cine de EL PAÍS desde 2003. Profesor de cine para la Junta de Colegios Mayores de Madrid. Colaborador de 'Hoy por hoy', en la SER y de 'Historia de nuestro cine', en La2 de TVE. Autor de 'De Blancanieves a Kurosawa: La aventura de ver cine con los hijos'. Una vida disfrutando de las películas; media vida intentando desentrañar su arte.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_