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Arturo Pérez-Reverte: “Mi consejo es que os preparéis para el fracaso”

El escritor explica en la FIL el valor pedagógico de 'El Quijote' en un acto para los jóvenes

Pablo de Llano Neira
Pérez-Reverte, al fondo en las pantallas del acto.
Pérez-Reverte, al fondo en las pantallas del acto.SAÚL RUIZ

Arturo Pérez-Reverte está cómodo en Guadalajara. En América Latina. El martes en una rueda de prensa en la Feria Internacional del Libro opinó que el futuro está en esta tierra, no en Europa, a la que le pega sin contemplaciones. Este miércoles protagonizó la charla Mil jóvenes y un Quijote, en la que habló sobre la edición que ha hecho para la Real Academia Española con el objetivo de facilitar la lectura de la Biblia de la literatura en castellano.

Está tan cómodo que esta tarde se puso a hablar y hasta se le fue el hilo un momento: “Ya no sé de qué estaba hablando, pero es que me caliento”.

Fuera de ese instante de descarrile, su discurso fue estructurado y agudo, comprometido con la idea de impulsar El Quijote como una herramienta pedagógica. “Otras veces vengo a vender libros, pero esta vez vengo en plan misionero, en plan predicador del Quijote”, dijo el autor de la saga del Capitán Alatriste, vestido de traje negro y camisa blanca.

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En esta edición de El Quijote, Pérez-Reverte ha tratado de hacer más accesible el texto a lectores jóvenes limando las partes que encontró más áridas, dentro de unos límites rigurosos de respeto a la obra original. Su idea y la de la RAE es facilitar la entrada al pozo de sabiduría del ingenioso hidalgo y de Sancho Panza. “Lo que quiero es que os llevéis en la cabeza que El Quijote está lleno de cosas buenas. A un profesor lúcido, a un buen profesor, le bastaría un ejemplar de este libro en una mano para dar todo un curso de Historia, Filosofía, Ética…”.

Su discurso fue vehemente y positivo. Pero no por ello dejó de advertir al público, sobre todo a los jóvenes, de su visión de la vida y de por qué cree que se debe leer; por qué formarse; por qué aprender. “Mi consejo es que os preparéis para el fracaso, que os vitaminéis. Cuando yo era corresponsal de guerra, mis compañeros y yo siempre estábamos preparados para saber por dónde huir cuando empezasen los cebollazos”.

Y habló sobre la preponderancia de lo malvado y la disposición moral deseable ante ello: “Yo creo que los malos siempre ganan. Y tú puedes asociarte al malo o, de una forma más quijotesca, tratar de hacer que el malo no duerma bien, que sepa que en cualquier momento alguien se puede levantar y cortarle el sueño, o el negocio. Que el malo sepa que no es tan fácil ser malo, y que incluso puede ser peligroso”.

Pérez-Reverte, presentado por la periodista mexicana Gabriela Warkentin, también quiso dejar claro que El Quijote no es un paseíto sencillo sino una obra de arte exigente que hay que administrarse con tino. “Es un libro difícil, hay que leerlo despacio, no nos engañemos. Una lectura ‘apasionada’ es imposible e incluso peligrosa. Pero leyéndolo poco a poco estaréis alimentándoos con él”.

Lo que quiero es que os llevéis en la cabeza que 'El Quijote' está lleno de cosas buenas

En la ronda de preguntas, un hombre del público le preguntó si Evo Morales, el presidente indigenista de Bolivia, le parece un Quijote.

Pérez-Reverte tardó un instante en arrancar: “Estaba pensando. Para algunos puede ser un Quijote que triunfó y para otros un Quijote que llevó a Sancho a la ruina. Pero Evo Morales es una figura necesaria porque hace soñar, aunque yo no sepa si es un Quijote honrado o no. No siempre la palabra pueblo es utilizada de manera noble. Pero lo que está claro de él es que ha traído esperanza a mucha gente”.

Los jóvenes estuvieron pero no participaron demasiado. A Adrián Vázquez Reyes, 18 años, le indicó su maestra que debía asistir. Dice que le gustó la charla.

–¿Qué crees que puede aprender tu país de un loco soñador como el Quijote?

–Parece un personaje al que no le importa lo que piensen los demás. Eso a nosotros los mexicanos nos ayudaría, es un paso que nos hace falta para avanzar, para atrevernos a ver nuevas cosas.

Aidé Ortiz, una chica de 17 años, dijo que es posible que lea el libro: “Sí, tal vez”. Ella no sabía con exactitud de qué trataba. “Pensaba que era un cuento para niños”. Una amiga que tiene al lado dice que ella creía que era “algo así como de la historia de las guerras”.

–Aidé, ¿y tú que opinas de lo que dijo el escritor de que hay que preparase para el fracaso?

–Es natural. Como todo, es parte de la vida.

–¿Y tú te consideras preparada para esas cosas?

La estudiante, morena, con los ojos negros redondos, dice “No”.

La lección del profesor Pérez-Reverte ha terminado.

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