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La panadería de las sorpresas

Blanca Suárez, Aitor Luna y Enrique Arce comparten pantalla con actores de EE UU en ‘My Bakery in Brooklyn’ de Gustavo Ron

Los actores Blanca Suárez y Aitor Luna con el director Gustavo Ron.
Los actores Blanca Suárez y Aitor Luna con el director Gustavo Ron.EDU BAYER

“Estamos en el lugar de moda ahora mismo en Brooklyn”, dice Gustavo Ron señalando a su alrededor. “Es la panadería Isabelle’s”. Como indica Ron, en el exterior se lee Boulangerie Isabelle’s, establecida en 1913. Pero en realidad, estamos en un antiguo local vacío reconvertido en panadería y que ha sido el escenario principal de My Bakery in Brooklyn, la comedia romántica que el director de Mia Sarah ha rodado durante cinco semanas en el barrio más moderno de Nueva York y que estos días llega a su fin.

Es la historia de una panadería histórica que heredan dos primas

My Bakery in Brooklyn es la historia de una panadería histórica que heredan dos primas que tienen ideas muy distintas acerca de lo que quieren hacer con ella”, explica Ron, entre pasteles de atrezo y alguno real. “Una quiere mantener el clasicismo que le ha dado solera al lugar y la otra cree que las tendencias del barrio están cambiando y tienen que hacer algo minimalista”. Exactamente la dicotomía que vive Brooklyn; esa lucha entre conservar lo antiguo y actualizarse que ha desembocado en la famosa ola hípster: la elevación de lo retro pasado por un filtro del siglo XXI.

Las dos panaderas son las actrices estadounidenses, Aimee Teegarden (Friday Night Lights) y Krysta Rodriguez (Smash). Pero, además, hay una tercera mujer en acción: la actriz española, Blanca Suárez. “Mi personaje, Daniela, es una decoradora de interiores chilena que es la encargada de hacerle un lavado de cara a la famosa bakery en Brooklyn”, explica la actriz de El barco, protegida de la lluvia torrencial que caía ese día, en la zona de maquillaje instalada en una iglesia. “Daniela es la que trae el punto de división y luego el punto de unión”, dice Gustavo Ron.

Es una comedia blanca, pura, con mantequilla y mermelada, para todos los públicos Gustavo Ron, director de ‘My Bakery in Brooklyn’

De la división (temporal) que hacen en la panadería surge la comedia y el humor blanco que mira a la screwball comedy de los años treinta y cuarenta.

Probablemente, que la Boulangerie Isabelle’s esté en una esquina, no es una coincidencia, sino una referencia directa a una de las películas en las que Ron pensó escribiendo esta película, El bazar de las sorpresas o cómo se llamaba en su título original en inglés, The Shop Around the Corner (La tienda de la esquina). “La película tiene mucho de Lubitsch y de Capra, de ese entorno de historias de barrio donde todo ocurría en las mismas localizaciones y donde al final el barrio tenía un protagonismo especial para ayudar o salvar la situación”.

El barrio aquí es Williamsburg y su telón de fondo es Manhattan. Aunque han rodado en otras localizaciones de Brooklyn, el espíritu al que han sido fieles es al del lugar desde el que los hípsters lanzaron su revolución mundial. “Williamsburg no es un barrio especialmente bonito”, dice Ron. “Pero tiene mucha personalidad por cómo se ha transformado, cómo una nave industrial, que no tenía ningún encanto, con cuatro toques de originalidad y buen gusto es el café de moda allí”.

Como ocurre siempre que se rueda en Nueva York, al final, la ciudad y, en esta ocasión, el barrio de Brooklyn es un personaje más de la película. Incluso algo más.

La película tiene mucho de Lubitsch y de Capra, donde el barrio tenía un protagonismo especial Gustavo Ron, director de ‘My Bakery in Brooklyn’

“Brooklyn es, sin duda, el protagonista —dice Blanca Suárez—, tiene vida propia”. Y, por eso, tenían que rodar en Nueva York, en localizaciones reales.

Aunque la primera versión de la historia que escribió Gustavo Ron transcurría en Inglaterra, ante la imposibilidad de cerrar una financiación para rodar allí, la reescribió con el coguionista Fransico Zegers y la recolocaron en Nueva York. Entonces conoció a la productora Beatriz Bodegas, quien después de la buena experiencia que tuvo filmando en la ciudad La vida inesperada, de Jorge Torregrossa, no tenía miedo a saltar al otro lado del Atlántico. “Todo ha sido mucho más fácil y rápido esta vez”, confirma ella.

Como en La vida inesperada, los jefes de equipo son todos españoles (excepto el director de arte), pero a diferencia de aquella, My Bakery in Brooklyn, que tiene un presupuesto de 3,8 millones, se ha rodado completamente en inglés, con ambiciones de público más allá de España. “Es una coproducción: 80% española, 20% estadounidense. Y el objetivo es que sea un estreno internacional”, explica la productora.

Brooklyn vive una lucha entre conservar lo antiguo y actualizarse 

El tono de comedia desenfadada también ayudará a captar la atención de una audiencia internacional. “Es una comedia blanca, pura, con mantequilla y mermelada, para todos los públicos, que, lógicamente, va a tener mucha más aceptación entre un público más adulto al que le gusten las comedias románticas”, explica Gustavo Ron. Porque como toda screwball comedy, My Bakery in Brooklyn tendrá también su guerra de sexos. Las tres mujeres dirigen la acción, y en sus vidas se cruzarán dos americanos (Ward Horton y Griffin Newman), “un hispano cocinillas” (Aitor Luna) y un ruso buscavidas (interpretado por el español Enrique Arce). Y en un día soleado y helador en Brooklyn, todos ellos y media docena de extras entraban y salían de Boulangerie Isabelle’s, el lugar de moda, la panadería de la esquina llena de sorpresas.

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