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Dosificar el egoísmo

Carlos Pardo pone la narración al servicio de la autobiografía en su brillante segunda novela 'El viaje a pie de Johann Sebastian'

J. Ernesto Ayala-Dip
Pedro Díaz del Río

En un momento de la nueva novela del poeta Carlos Pardo (Madrid, 1975), El viaje a pie de Johann Sebastian, el narrador hace referencia a Los Buddenbrook (Thomas Mann), paradigma de la novela familiar por antonomasia. No hay verdadera novela que no remita, explícitamente o implícitamente, a un asunto familiar. Y no hay familia, desde la más ejemplar (calificación relativa, ya lo sé), hasta la más reprochable, que no remita a una novela. La novela. Podría decirse que Carlos Pardo transita entre estos dos conceptos. Si no, ¿por qué habría de citar la novela de Mann? Esta es la primera cuestión. Hay otra no menos importante que nos comunica con otro asunto que preocupa al narrador. La idea de pueblo. No habla de población, ni de masa. Habla de pueblo en tanto espacio que las democracias modernas, y las nuestras actuales más que nunca, desprecian. Me parece que entre esos dos vectores Pardo conduce su relato.

El viaje a pie de Johann Sebastian está compuesto por siete secciones, una de las cuales presta título al libro. Todas las secciones (me cuesta emplear la palabra capítulo, como si se tratara de una novela tradicional) están narradas en primera persona, excepto la que nos relata el famoso viaje de Bach, siendo muy jovencito y huérfano de padre y madre, realizado a pie (340 kilómetros) desde Ohrdruf hasta Lüneburg (Baja Sajonia), para estudiar con una beca. En El viaje a pie de Johann Sebastian, el autor madrileño pone al servicio de la narración el mecanismo de la autobiografía. Lejos de la nostalgia por la familia perdida, esta novela es la historia de una familia desintegrada por la acción demoledora de las ilusiones equivocadas. También del contexto de orfandad conceptual para ponerle nombre a tanta inteligencia, emotividad y ganas de ser feliz desperdiciadas. El narrador se llama Carlos y, como todos sus hermanos, no tiene estudios. Solo lo salvan la lírica y la búsqueda del padre tras abandonar un dandismo de juventud como arma arrojadiza contra el perpetuo anacronismo en que vive el sistema.

En la novela de Carlos Pardo asistimos a la decadencia de una familia española de clase media. Un padre que no quisiéramos tener como padre, pero que es urgente para el narrador rescatar como figura. Una madre de pueblo casada con una especie de señorito urbano que la convierte en ama de casa y madre de cinco hijos. El resto es impotencia, delirios empresariales, ambición de escalar socialmente a costa de los descendientes. Y una desoladora impericia para gobernarse cada uno sin dar lástima o sin chantaje emocional, dosificando el egoísmo según dé beneficios.

La novela de Pardo se alimenta de fantasmas familiares. Y de la búsqueda de la dignidad humana, una vez que la social está en franca crisis. El que relata se escucha para darse sentido. Habla como un sociólogo, un economista, un filósofo, nunca como un poeta. Su discurso (en diferentes códigos narrativos), que no su confesión, deja lugar a otras voces. Como la de su madre. Y también a otros ámbitos, como el que recrea el famoso viaje a pie de Bach para tratar de entender lo que su intuición le señala que creará para la posteridad. Carlos Pardo ha escrito una brillante novela a la altura de nuestros días. Y, sobre todo, a la altura de las nuevas exigencias que la novela como género todavía tiene obligación de plantearse.

El viaje a pie de Johann Sebastian. Carlos Pardo. Periférica. Cáceres, 2014. 240 páginas. 18,50 euros

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