_
_
_
_
_

“En cine, lo importante es la emoción”

No contento con llevarse todos los premios, incluido el Oscar, el actor continúa en el centro de la diana con 'Interstellar'

Los Ángeles -
Matthew McConaughey, en 'Interstellar'.
Matthew McConaughey, en 'Interstellar'.

El año McConaughey no se acaba nunca. No contento con llevarse todos los premios, incluido el Oscar, Matthew McConaughey (Uvalde, Texas, 1969) continúa en el centro de la diana, bien con un pase especial de su nuevo estreno, Interstellar, que congregó a la sombra del transbordador espacial Endeavour en Los Ángeles a Francis Coppola, Peter Fonda o Gus Van Sant; bien agasajado por la American Cinematheque por sus 22 años de carrera. “Estoy recibiendo más resultados de mi trabajo cuando era lo que menos esperaba”, afirma. En sus palabras hay falsa modestia. No es así en su actitud: su acento tejano inunda la habitación del hotel Four Seasons y sus pies descansan encima de la mesa, con sus botas desatadas. Está exultante por su nuevo trabajo, un ambicioso proyecto que supera los 129,5 millones de euros de presupuesto y traslada al actor (y al espectador) al descubrimiento de nuevas galaxias.

McConaughey pone en marcha una grabadora para tener constancia de la conversación. “No es nada personal”, aclara. “Es que no quiero ser malinterpretado”, añade. Los problemas de la fama. Lo que ocurre cuando uno pasa de ser el actor más sexy según People (en 2005 y 2007) a ser el fruto del McConaissance: así se llama al renacimiento de este actor que durante años fue tomado como un pedazo de carne. Hoy compite en otra liga. La del actor actor. Cuando habla de Interstellar, asegura, por ejemplo, que no hace falta entenderla, sino sentirla. “Hay ciencia en lo que hemos hecho. Nolan se tomó su tiempo en la investigación. Pero no hay que quedarse enganchado en un concepto. El viaje, la emoción es lo importante, lo que sacas de Interstellar”, explica de un trabajo en el que contaron con la ayuda del astrofísico Kip Thorne.

Se trata de un viaje que comenzó el hermano de Nolan, Jonah, para Steven Spielberg. El mayor de los Nolan hizo suyo el reto y llamó a McConaughey. “Cuando nos vimos por primera vez no dijo ni una palabra sobre la película. Hablamos como padres, como hombres que tenemos la misma edad. Tanteamos nuestro humor”, recuerda el intérprete de 44 años. Semanas más tarde llegó el guion. Tardó cinco horas y media en leerse estas casi 200 páginas. “Y tuve muchas preguntas científicas: cuáles son las reglas del tiempo, qué pasa en un agujero espaciotemporal, cómo funciona la gravedad en cada caso. Una vez que conseguí suficiente información pasé a entender quién era mi hombre”. Hubo más cosas que aprender, como sentirse cómodo suspendido por cables a 25 metros del suelo o girando 360 grados en el aire: “Chris espera que hagas tus secuencias de acción”.

La elección de Matthew para esta respuesta de Nolan a 2001, una odisea del espacio no deja de ser irónica porque si el realizador se crió con La guerra de las galaxias y Encuentros en la tercera fase, pocos tipos hay tan alejados de la ciencia-ficción como McConaughey. Ni tan siquiera quiso ser astronauta de niño. Además, si algo no ha hecho el actor en sus últimos trabajos, desde Dallas Buyers Club a Mud pasando por Magic Mike, es de un tipo normal y corriente. Y eso es precisamente lo que quería de él Nolan, que además sabía que contaban con un nexo de unión. Conocida por el título de rodaje de Flora’s Letter, Interstellar es también una carta de amor de Nolan a su hija mayor. Una historia de padres e hijos. Y Levi, el mayor de los tres que tiene McConaughey, fue clave en la decisión del actor. “Está interesado en el espacio, y quiero que vea este gran viaje en el que piloto la nave”.

Con Christopher Nolan se le llena la boca. “Un gran líder, un optimista que lo único que pide es originalidad”. El trabajo fue duro pero la vivencia, inmejorable. Al menos hasta su siguiente rodaje, ahora con Gus Van Sant en Sea of trees, “la experiencia más relajada” que ha tenido, añade grandilocuente.

“No puedo estar más agradecido de los resultados de mi carrera en un momento en el que no puedo ser más feliz”, remata con su eterno moreno a lo George Hamilton. Como ironizó su amigo y presentador Jimmy Fallon durante la última celebración en su nombre es irónico que el lema de McConaughey sea “Sigue viviendo”. “Lo intentamos pero es difícil cuando te damos un premio cada dos semanas”, remató el humorista.

Toda la cultura que va contigo te espera aquí.
Suscríbete

Babelia

Las novedades literarias analizadas por los mejores críticos en nuestro boletín semanal
RECÍBELO

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_

Más información

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_