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El violonchelo de Casals vuelve a la vida en Estados Unidos

El israelí Amit Peled, de gira por pequeñas localidades con el instrumento del maestro

Pau Casals, en un concierto en la Casa Blanca, en una imagen sin fechar.
Pau Casals, en un concierto en la Casa Blanca, en una imagen sin fechar.

Todo comenzó hace dos años. El violonchelista Amit Peled cogía su instrumento en Washington para tocar ante Marta Casals, la viuda del maestro. Tras interpretar una serie de pasajes, ella le invitó a una copa de vino y le dijo que era un gran chico. Meses después, el israelí recibía una noticia que nunca hubiera soñado cuando era niño y se enamoró del chelo escuchando una cinta de Casals: el instrumento del músico catalán iba a estar en sus manos para devolverle la vida, para llevarlo a pequeñas ciudades de Estados Unidos en una gira que arranca mañana viernes. En enero se podrá escuchar en España, en recitales en Pontevedra, Gijón, Oviedo y Lugo.

Peled viajará en coche, y dice que en el automóvil irán también el pianista y Pablo. Así es como llama al instrumento de Matteo Gofriller que tocaba Casals y que está datado en torno 1700. "Vamos a conducir por 15 Estados, ensayaremos en la sala, luego el concierto, dormir en el hotel y de nuevo al coche por la mañana hasta el siguiente destino. Algo muy parecido a lo que hizo Casals cuando era joven e hizo una gira por EE UU. Fueron tres meses pero se movió por el país en tren, y allí donde se hacía una parada, daba un concierto y se marchaba. Por muchos de los lugares donde voy a tocar pasó Casals con este mismo chelo hace décadas", dice. Lejos de las grandes ciudades, porque Casals pensaba que había que llevar la música al mundo, y el mundo a la música.

Recuerda Peled con emoción cuando tomó por primera vez el instrumento en sus manos, aquel día en presencia de Marta Casals. El chelo "nunca será vendido", sino que es propiedad de la fundación que lleva el nombre del músico catalán para cederlo a instrumentistas y "no para tenerlo detrás de una vitrina en un museo y que los turistas puedan hacerle fotos". Peled tendrá la suerte de poder tenerlo los próximos años. "Cuando lo cogí por primera vez estaba temblando. Empecé a tocar Dvorák con la grabación del concierto que había escuchado protagonizada por el maestro, y tuve que parar. Le dije a Marta Casals que tenía la grabación metida en la cabeza. A lo que ella me respondió: ‘sí, pero él lo tocaba más rápido".

Poco a poco ha ido acomodándose al instrumento, intentando encontrar su forma de ser reflejada en este violonchelo con tanta historia grabada en su madera. "Pienso que cada momento que pasa me siento más cercano a este instrumento, a su olor y a su forma de comportarse. Es como una persona a la que tienes que intentar no molestar, pero al mismo tiempo, encontrar tu propia voz con él. Al principio me costó mucho, porque no podía evitar imitar a Casals. Ahora, después de años de trabajo, he comenzado a encontrar mi sitio", comenta el instrumentista, que sintió el vértigo el verano pasado al interpretar con su guarneri las Suites de Bach en El Vendrell, el pueblo natal de Casals.

Pero para llegar a esta gira el instrumento ha vivido tiempos de silencio. Al recibirlo, Peled se dio cuenta de que los años le pesaban al violonchelo. "Cuando cogí el chelo, y al llevarlo a los primeros conciertos, me di cuenta de que el instrumento necesitaba un arreglo, ya que en muchos años no había pasado por las manos de ningún lutier. El sonido era muy bueno, pero algo sordo ya que el puente estaba muy bajo y el cuello del instrumento se había vencido por el paso de los años. Así que me armé de valor para llamar a la señora Casals y decirle que era un honor para mí tocarlo, pero que necesitaba un repaso. Lo entendió perfectamente y nos pusimos en marcha para buscar unas manos cuidadosas que se encargarán de restaurar algo tan delicado".

El encargo cayó en Julie Reed, lutier de Nueva York a la que Peled define como "la Messi o Cristiano Ronaldo de los luhieres". Durante un año, Reed se encargó de mimar con la máxima responsabilidad el instrumento y devolverle el esplendor. Después de la restauración, como si fuera una persona y hubiera vivido una operación, el instrumento pasó un periodo de recuperación que duró unas semanas antes de devolverle la vida de nuevo con el arco. "Ahora el sonido es envolvente y poderoso, se despliega por encima de la orquesta. Lo he probado tocando el Concierto de Dvorák en Rusia, y ha sido fantástico".

La gira lo llevará a 19 localidades de EE UU, con el chelo de Casals como una persona más en el coche y casi a concierto por día. En esa gira, que arranca este viernes en Park Rapids (Minesota) tocará piezas que van desde la banda sonora de La lista de Schindler al Ave María de Schubert. El músico pasará por la Rockefeller University de Nueva York el 17 de diciembre, y el tour culminará en el Peabody Conservatory. Ese 12 de febrero, en Baltimore, se cumplirán 100 años de un concierto que dio Casals en esa sala. El violonchelo volverá al mismo lugar un siglo después con el mismo programa que entonces, que incluye una suite de Bach y la Sonata de Händel. "Este programa es como una gran y opulenta cena española, que termina con un buen postre y un gran orujo", dice entre risas.

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