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El Congreso del Cine Español inicia su cuenta atrás en San Sebastián

La celebración del encuentro se anunciará el último día del festival donostiarra, que arranca hoy

Rocío García
El palacio Kursaal, sede del festival de cine de San Sebastián.
El palacio Kursaal, sede del festival de cine de San Sebastián. Javier Hernandez Juantegui

“Estamos en un excelente momento para repensar el cine español, para juntar a los diferentes sectores y, sobre todo, para debatir sobre las formas de producción, contrastar opiniones”. La reflexión de José Luis Rebordinos, director del Festival Internacional de Cine de San Sebastián, pone en contexto la celebración de un Congreso de Cine Español para discutir los problemas que atenazan a esta industria. El anuncio de convocatoria de este congreso, a celebrar en el primer semestre de 2015, será en San Sebastián, el último día del certamen, y correrá a cargo del director de cine Manuel Gutiérrez Aragón.

De llegar a buen puerto, este congreso llegaría 37 años después del histórico celebrado en 1978. Solo tres años después de la muerte de Franco se organizó el Primer Congreso del cine español, de donde surgieron varias propuestas, algunas recogidas más tarde en la llamada ley Miró con la llegada al Gobierno del PSOE.

Hay unanimidad en el sector ante la grave situación que vive la industria

El apoyo de Rebordinos —”estamos encantados de que el anuncio se haga en el marco del festival”— y el entusiasmo de algunos de los impulsores de esta iniciativa, entre ellos, el presidente de la Academia de Cine, Enrique González Macho, son puestos entre paréntesis por algunos representantes clave de la industria cinematográfica, presas de cierto escepticismo. Hay unanimidad en el sector ante la situación insostenible que vive la industria pero no en las maneras de abordar el problema. Muchos fijan su mirada en la política del Gobierno. La intención de los promotores es un congreso ambicioso, muy abierto a todo el mundo, no solo a los sectores de la industria, sino ampliarlo a catedráticos, estudiosos y teóricos del cine. Además de una nutrida representación de las distintas comunidades autónomas y de las televisiones, se hará una invitación formal al mundo de la cultura y las artes en general.

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Uno de los puntos de debate girará en torno a los caminos que deben buscar productores, distribuidores y exhibidores para adaptarse a la renovación tecnológica. El pasado marzo, en una asamblea de la Academia de Cine, González Macho lanzó la idea de un encuentro de un sector que sufre las consecuencias de la crisis. González Macho puso entonces y ahora dos condiciones: que sea un congreso con toda la profesión y que se dispongan de fondos para su organización.

Los presupuestos medios de las películas se han reducido a la mitad

Al incesante recorte en los presupuestos de Cultura se añade la subida del IVA al 21%, vigente desde hace dos años, y la cada vez más escasa financiación. Los presupuestos medios de las películas españolas están descendiendo a velocidad de crucero —en 2009 eran de 3 millones de euros y en 2013 se situaban en torno a 1,5 millones—, mientras también baja el número de títulos rodados: en 2012 fue de 182, en 2013 se situó en 115 y en 2014, 107.

La intención de los promotores es que las televisiones acudan a la cita

El propio sector está dividido ante lo que tiene que ser la búsqueda de soluciones. José Antonio Félez, productor de La isla mínima, el thriller de Alberto Rodríguez que concursa el sábado en la sección oficial de esta 62ª edición de Zinemaldia, no oculta su escepticismo. “Tengo muchas dudas. Los congresos de este tipo tienen que contar con una representación amplia, con todos los intereses y sectores, convertirse en un foro amplio. No creo que en estos momentos se pueda conseguir”, asegura. “Lo fundamental es la creación de un marco regulatorio por parte de las instituciones públicas. Sólo así, el cine prosperará”, aseguraba Félez ayer a este periódico. Para él, las alternativas del crowdfunding (el micromecenazgo) o las cooperativas no son la solución. “El cine necesita presupuestos fuertes”. Parecida opinión, aunque algo más radical, es la que muestra Juan Ramón Gómez Fabra, exhibidor y presidente de la asociación que reúne al 90% de los empresarios de las salas de cine. “Este Gobierno, que desprecia a la cultura, tiene en su mano las medidas para solucionar los problemas. Es el Gobierno el que tiene que bajar el IVA y luchar contra la piratería. Seguimos sumidos en una crisis aguda y, aunque no vendría mal la celebración de un gran encuentro, al que por supuesto apoyaríamos, creo que hoy por hoy no vamos a conseguir nada”.

Para Adolfo Blanco, consejero delegado de la distribuidora A Contracorriente Films, que presenta seis películas en San Sebastián, lo interesante del congreso sería la participación de los políticos que, en su opinión, son los únicos capaces de “enderezar las cosas y acometer los problemas”. Blanco pone el acento también en las televisiones públicas y privadas. “La desgraciada política de nuestro Gobierno es coyuntural porque los mandatarios cambian, pero el tema estructural del cambio de modelo de negocio y de ocio está ahí. El cine es un terremoto y para arreglarlo se necesita voluntad. La raíz de los problemas no están en el IVA, aunque el IVA sea una catástrofe”.

“La culpa no es solo del Gobierno”

GREGORIO BELINCHÓN

Los miembros del jurado de la sección oficial empiezan a llegar a San Sebastián y, entre entrada y entrada, el responsable del festival, José Luis Rebordinos, reflexiona sobre el momento actual del certamen y del cine español: "Baja el número de producciones, las que se hacen tienen menor presupuesto… El diagnóstico del cine español no puede ser peor. Nosotros, desde el festival, empezamos el año muy asustados. Pero, contradictoriamente, en esta situación se logran las mejores taquillas desde hace años y en la faceta creativa nuestro cine está superfuerte. En la sección oficial hay seis filmes españoles, cuatro a concurso". Rebordinos no tiene clara la razón de este "hervor creativo", pero apunta varias posibilidades: "Puede que hayan explosionado nuevos cineastas y nuevas formas de producción. O lo mismo es un cúmulo de cosas que han dado una cosecha de títulos atractivos de cualquier género, porque usan el terror y el policiaco para contar historias universales". Y en el Zinemaldia hay thrillers, ciencia ficción, dramas, documentales, comedias salvajes, reflexiones sobre la España de los ochenta y sobre la crisis actual…

Rebordinos saca pecho sobre una de las líneas esenciales, para él, de la identidad del certamen: el apoyo al cine español. "Todos tenemos que remar en la misma dirección. Desde las instituciones a la industria. E incluyo, por ejemplo, a los productores. No podemos estar viviendo una ruptura en la asociación de productores. Claro que hay quejas sobre el Gobierno, pero nosotros también tenemos que hablar con una sola voz, ofrecer un interlocutor claro. En general hay que hacer lobby, en el mejor sentido de la palabra, que nos peleemos porque nuestras películas estén en Cannes o en Venecia… En fin, creo que la culpa no es solo del Gobierno sino que el propio sector no acaba de ponerse de acuerdo".

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