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Carlos Fuentes retorna a Formentor con el poder de la palabra

Las Conversaciones Literarias se abren con el tributo a la obra y la figura del escritor mexicano

Carlos Fuentes en la casa de Leopoldo Rodés en Formentor en 2009.
Carlos Fuentes en la casa de Leopoldo Rodés en Formentor en 2009.tolo ramón

“Un escritor, un libro y una biblioteca nombran al mundo y le dan voz al ser humano”. De Carlos Fuentes (Panamá,1928-México, 2012), en este un renglón -y precursor tuit manuscrito a rotulador-, pueden recogerse el credo y el legado. El autor de La muerte de Artemio Cruz desde la cultura de la modernidad pugnó con “el provincianismo de fondo y anacronismo de forma”. En la apertura de las Conversaciones Literarias en Formentor, en la noche del viernes, la figura y obra de Fuentes fueron celebradas por su fe infinita en el valor y el poder de la palabra.

La cita reúne a más de treinta ponentes, autores, críticos y editores. Las sesiones, seguidas por dos centenares de lectores, giran alrededor del epígrafe Belleza, violencia y dolor. El destino del mundo en la narrativa contemporánea. En un ocaso sereno, en la frontera del mar y de la noche, en el paraje del finisterre literario y turístico de Mallorca, Carlos Fuentes recibió a título póstumo el doctorado Honoris Causa de la Universidad de las Islas Baleares (UIB). La distinción le había sido otorgada el día antes de su muerte, el 15 de mayo de hace dos años. El claustro y la coral universitarios, en desfile ritual y colorido, se trasladaron a las escalinatas de Formentor, bajo los pinos, sobre la playa, a 85 kilómetros y muchas curvas del campus.

Carlos Fuentes veraneaba allí y, tras la estela de los eventos editoriales rupturistas de Carlos Barral y de Camilo José Cela, fue el impulsor del reinicio de las Conversaciones. El encuentro lo organizan desde hace siete años la fundación Santillana del grupo PRISA, editor de EL PAÍS, con el Instituto de Estudios Baleáricos del Gobierno de Baleares y el hotel Barceló Formentor.

Los intelectuales como Fuentes han aceptado la responsabilidad de recordarnos que el mundo no puede condenar a nadie a la necesidad”

Ignacio Polanco

“Los intelectuales como Fuentes han aceptado la responsabilidad de recordarnos que el mundo no puede condenar a nadie a la necesidad”, dijo el editor Ignacio Polanco, presidente de la fundación Santillana en su discurso. Vindicó al “sagaz ensayista, intelectual de acción, hombre político, activísimo gestor de ideas e iniciativas”. Polanco recordó, además, el valor moral del “añorado maestro” que “honró como nadie” la lealtad y la amistad con su editor y amigo, “cuando con mi padre Jesús de Polanco tuvimos que soportar una época de adversidad y hacer frente a la infamia”. Fuentes dio la cara en 1997 para denunciar la manipulada guerra político judicial con la querella contra los editores de EL PAÍS por el caso Sogecable. El juez Javier Gómez de Liaño, que tramitó el caso, fue condenado por prevaricación.

“Escritor caudal y poligráfico”, llamó al novelista la profesora María Payeras, que hizo la loa académica del doctorando traspasado. “Es una de las mentes más inquisitivas y lúcidas que han atravesado el panorama literario del siglo XX”. Habitante en más de una decena de distantes países del mundo, especialmente en América, "este nomadismo que se impuso a su infancia, fue poco a poco adoptado como marca identitaria y elevado, finalmente, a categórico interés por lo humano universal”. México en el corazón, porque “la reflexión histórica, la épica del país, su mitología, sus tradiciones, sus conflictos heredados y actuales se afianzan en la voz de Carlos Fuentes y se aglutinan en un proyecto extraordinario”, concretó la apologista universitaria.

“Nunca dejó de alentar a los jóvenes”, fue “un maestro” que “jamás quiso distanciarse de los lectores”, recordó la periodista Silvia Lemus, su viuda. Profesor en más de media docena de claustros de Estados Unidos, “creía en la universidad como un espacio crítico donde se trataba de entender al otro, no de derrotarlo y mucho menos de exterminarlo”. Lemus, acreditada entrevistadora televisiva de grandes personajes, trazó un cálido y profesional perfil del intelectual y ausente marido, sobre sus palabras y con apuntes privados. Fuente clamó por la cultura y la universidad como “valladares contra la intolerancia, el engaño y la violencia”.

Un naranjo cargado de frutos verdes fue sembrado por Silvia Lemus y el rector de la UIB Llorenç Huguet en el campus, cerca de Palma. El árbol es un más que simbólico homenaje porque el escritor publicó un libro de cuentos en 1993 titulado El naranjo o los círculos del tiempo. Los pinos, el mar y las puestas de sol en Formentor sedujeron al hombre sensual. Quedan aun letras inéditas de Fuentes que se desvelarán en sus 180 cartas con Octavio Paz, 26 años de correspondencia (1956-1982) que estaban blindadas en la Universidad de Princeton, así como un nuevo título, Las pantallas de plata, de ensayos sobre cine.

Nunca dejó de alentar a los jóvenes y jamás quiso distanciarse de los lectores”

Silvia Lemus, su viuda

Basilio Baltasar, motor de las Conversiones como director de la Fundación Santillana, explicó en su intervención que está edición está dedicada “a meditar en la catástrofe”. Los motivos: “Nos interesa saber cómo enmascaramos la condición humana, cómo fomentamos el supuesto misterio de su enigma y cómo sostenemos la historia de nuestra decencia”. La inicial mesa de editores acogió visiones –algunas crudas- sobre el presente y el porvenir de la industria cultural del libro en las voces de Gonzalo Pontón, Valeria Ciompi, Gustavo Guerrero, Joan Vives y Toni Xumet. Para los paneles de las cinco mesas previstas hasta el domino, Baltasar eligió “rótulos de la actualidad": "Perdición, Desgracia, Destrucción, Devastación y Hecatombe”.

En su rol de provocador apocalíptico, Basilio Baltasar sostuvo que “el hombre que se pierde, caerá en desgracia; la devastación es un grado superior de la destrucción; y todo ello concluye con la hecatombe en que víctimas y verdugos se inmolan en la última extinción”.

Este sábado, entre otros, en los coloquios hablarán el novelista Agustín Fernández Mallo, el poeta Enrique Juncosa, el dibujante Pere Joan, el periodista Joaquín Estefanía y el escritor Antoni Serra. El broche vespertino será un encuentro diálogo con Javier Cercas. El domingo le toca el turno al académico Juan Luis Cebrián, presidente de EL PAÍS y novelista, que reflexionará sobre el libro de Juan Rulfo El llano en llamas con el poeta Antonio Colinas. Allí, en Formentor, en un verano que no acaba, profesores, jueces, estudiantes y jubilados miembros de clubes de lectura atienden y preguntan a los líderes convocados. Hay una larga tradición que se remonta a 1930: este lugar recóndito ya acogió unas mundiales conversaciones filosóficas convocadas por el conde Keyserling, Joan Estelrich y Josep Pla.

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